La figura del Nómade Digital y su momento de auge
Argentina fue el hogar de Micaela Bellati durante la mayor parte de su vida, sin embargo, hace un tiempo tomó la decisión de hacer las valijas, como se dice comúnmente, pero liviana, priorizando su ordenador como principal herramienta para iniciar un día a día diferente: “Ser nómade digital es un estilo de vida y un nuevo estilo de trabajo. En un mundo donde todo está sistematizado y organizado por rutinas mentalmente desgastantes, poder ser nómade representa autonomía y libertad de elección, sea trabajando en casa si así te apetece, en un bar, una biblioteca o una montaña”, define desde Cataluña, en España, su ubicación al momento.
Partiendo desde Perú, se construye una historia similar, porque también se trata de una mujer que decidió encarar el camino del nomadismo digital, pero en este caso en un formato familiar. Tarcila Shinno, quien ya tuvo dos experiencias viajando por México y España con su marido e hija, explica el concepto: “Es elegir un estilo de vida que plantea no tener un arraigo los 365 días del año en un lugar, sino la facilidad de movilizarse de un lado a otro, sea entre ciudades, países o mismo de la urbe a una zona rural”.
Posteriormente, introduce un hecho fundamental para la explosión de la figura del nómade digital: “Se trata de tener libertad para moverse, sin sentimiento de culpa, entendiendo que se puede trabajar desde cualquier lado. Por esto último, el trabajo remoto es muy importante en el nomadismo digital, ya que quienes no tengan el acceso a esa modalidad tendrán sin dudas más dificultades para escalar a este estilo de vida”.
Condiciones y experiencias que propician este estilo de vida
Lo dicho por Tarcila no es algo menor, porque está claro que el nomadismo digital se presenta como una opción más viable para quienes consigan adaptarse a ciertas condiciones particulares. En su caso, la posibilidad llegó tras una carrera profesional que inicio con el afán de escribir libros, pero viró a la venta de los mismos y a una maestría en marketing digital que realizó en Europa, para luego trabajar con la transformación cultural en compañías grandes de su país: “desde que el trabajo remoto irrumpió en mi vida, me di cuenta que nunca íbamos a volver a lo que se vivía antes y creo eso me permitió adelantarme. Me termine independizando, con una academy primero y luego la consultora”, cuenta, haciendo referencia a RemoteLAB & Academy.
Micaela por su parte, trabaja con Arte y Animación, de ahí la prioridad por el ordenador, aunque destaca: “Mi única herramienta de trabajo es mi ordenador, porque así mi carrera me lo permite, pero no nos olvidemos de la creatividad y lo importante que es estimularla y alimentarla”. Con sendos títulos en diseño industrial y multimedia, plantea un escenario en el que ser nómade digital no necesariamente está atado a la independencia laboral: “Es algo que no podría compararlo con ser emprendedora ya que nunca lo fui y creo son dos cosas distintas. Un emprendedor podría ser digital o no, y un nómade podría ser emprendedor o no”.
De todos modos, pese a no ser su caso, Tarcila coincide con tal visión. Eso si, le vale aclarar: “en caso de seguir trabajando en relación de dependencia, lo más importante es blanquear la situación, conversar con el empleador. Muchos afirman poder trabajar de forma remota, pero luego deben esconder sus viajes”.
Home office y trabajo remoto no son sinónimos
Para seguir desarrollando, la profesional del Perú establece la diferencia: “hay que partir de la base que home office no es lo mismo que trabajo remoto. El remoto es la libertad de elegir desde donde uno quiere trabajar y en las organizaciones todavía cuesta, es un tema de mindset que debe seguir trabajándose. Conozco casos de personas que viajaron a trabajar desde la playa y al enterarse el empleador hubo reclamos, lo que genera un sentimiento de culpabilidad que va en contra de ser nómade digital”.
Un estilo y una decisión de vida
Convertirse en nómade digital sin dudas que representará un cambio total de la realidad que se experimente de forma cotidiana. Sin embargo, antes de atravesar el umbral o, mejor dicho, para poder dar ese paso será necesario tomar la decisión: “es una declaración de como decido vivir la vida. Se trata de una decisión realmente trascendental, por eso siempre digo que hay que ser conscientes, porque si bien es un sueño que parece dorado de alguna manera, a veces puede resultar no tan sencillo. Puede significar comenzar de cero, en lugares donde quizás no conoces a nadie”, expresa Tarcila Shinno.
Además, la fundadora y CEO de una consultora boutique, con el propósito de fortalecer y construir organizaciones más humanas, suma: “para articularlo con la vida misma hay que tener muchas ganas de salir, conocer nuevos lugares, tener nuevas experiencias y resetear la máquina de forma constante. Si eso a uno no lo motiva, pues será difícil. Hay que tener un alto grado de adaptabilidad”.
En la experiencia de Micaela Bellati, todo parecía estar dado para tomar la decisión, aun antes de saberse nómade digital: “desde el momento que estudié diseño multimedia supe que no iba a necesitar estar atada a una empresa u oficina. Es un trabajo dinámico, con un abanico enorme de posibilidades: remoto, presencial, por proyectos, por asesoría, por pedido. Esto me ayudó a poder conectar mis dos pasiones: viajar y la creatividad digital”.
Complementando su declaración anterior, comenta: “La única decisión que tuve que tomar fue realmente enfocarme en esto, renunciar a mi trabajo bajo dependencia full time y dedicarme a ser freelance, buscar proyectos, trabajos, empresas, marcas, lo que vaya surgiendo. Ser creativa conlleva tener tiempo para realizar otras cosas que nutran mente y cuerpo, para no agotarnos en una oficina 8 horas diarias frente a un monitor. Las empresas aún no tienen claro lo importante de estimular la creatividad de sus empleados. Es mejor inspirarse fuera de una pantalla, sea en un museo, en la naturaleza, en una charla con amigos, viendo una pelicula, etc.”
Nomadismo digital: ¿individual, en pareja o familiar?
La ya mencionada figura de nómade digital, no distingue entre individual o colectivo. Los dos casos testigo que impulsan este artículo pueden dar cuenta de ello. “En mi caso es un nomadismo digital familiar, por lo que, si a nivel de pareja, al otro no es algo que lo seduzca, sería difícil”, comienza relatando Tarcila.
En el caso de Micaela, que además de diseñadora es activista digital, como ella misma lo define, se trata de algo más personal: “mi idea es poder empezar a viajar al mismo tiempo que trabajo. Menos es más, vivir y trabajar ligero”, afirma.
Habilidades y aptitudes básicas de cualquier nómade digital
“Ganas, iniciativa, responsabilidad, organización y convivir combatiendo incertidumbres”, comienza enumerando Micaela, que argumenta: “no es algo a lo que estamos acostumbrados. Venimos con sesgos sociales inculcados inconscientemente desde que nacemos y, romper con esos moldes, es lo más difícil de llevar”.
En torno a las habilidades más importantes, Tarcila elige: “Idiomas, al menos inglés es fundamental. Al igual que saber manejarse con herramientas virtuales, para cualquier nómade digital será esencial, sean herramientas colaborativas, de planeamiento, seguimiento, etc. yendo al costado humano, debe estar necesariamente la mentalidad de ‘el trabajo es lo que hacemos y no el lugar al que vamos’”.
Para completar este punto, advierte algo que a ella le resulta un desafío: “es importante ser muy organizado y entender que ser nómade digital no es sinónimo de hacer turismo. No es posible trabajar y turistear al mismo tiempo, pero en este estilo de vida, con buena organización se pueden combinar las pasiones por el trabajo que se tenga y por el conocer los lugares a donde se está”.
¿Cualquiera puede ser un nómade digital?
Pregunta que todos los que escuchan de esta modalidad se hacen. Es que el viajar siempre seduce y si se puede combinar con lo laboral, que mejor sería. Sin embargo, como ya adelantaron antes, las protagonistas que guían esta publicación, puede haber limitantes. “Creo que no cualquiera podría serlo, pero si aquel trabajo de oficina que lo único que requiere es una computadora para trabajar todos los días. Eso mismo podrías hacerlo desde cualquier lugar que elijas. De hecho, las empresas ahorrarían mucho”, expresa Micaela, quien en su experiencia logró dar con una agencia de triple impacto (We Are Planta), que la acompaña desde entonces.
Tarcila agrega a ello el aliciente del dinero, cuestión que no puede dejarse de lado, porque viajar tiene sus costos, así como encontrar vivienda en cada sitio que se visite. Pero, no siempre es necesario tomarse con literalidad lo de viajar: “Hay muchos planteamientos que se van corriendo y mismo el nomadismo digital, que quizás se podía entender desde la literalidad de subirse a un avión y viajar, pero hoy día, hay muchos nómades digitales de la nueva generación que eligen no estar en un empresa, para ir por otras oportunidades, moverse constantemente, sin viajar incluso”. Así mismo, aporta: “ser nómade digital es transgeneracional, porque, aunque los jóvenes son los que más lo abrazan, hay muchas personas grandes que cada vez lo desean más”.
El futuro del nomadismo digital es prometedor
Sin dudas este estilo de vida está en etapas de crecimiento y será un movimiento que seguirá profundizándose con el paso del tiempo. Lo dice la propia Micaela Bellati: “Creo que es una nueva modalidad de vida y trabajo que va ganando terreno. Si se piensa desde distintos aspectos, todo es favorable, por lo que no entiendo como a muchas empresas les cuesta tomar esta iniciativa”, que también agrega a su definición: “Para mi va más allá de poder trabajar y viajar, es también una cuestión ambientalista y social. Todo se reduce a un ordenador, wifi y yo. Necesitamos menos, pero en el camino experimentamos más”.
Derrumbando paradigmas
“Los paradigmas se caen a pedazos, cambiaron muchas cosas en los últimos años y el futuro del trabajo ya no solo incluye al trabajo, nos replanteamos nuestra forma de vivir, relacionarnos, criar a nuestros hijos, vestirnos incluso”, comienza marcando Tarcila, para continuar: “la gente se cuestiona que es lo que vale la pena en esta vida, se cambió el concepto de vivir para trabajar por el de trabajar para vivir. Antes la frase ‘el trabajo dignifica’ me parecía genial y ahora la repelo, ¿acaso si no tienes trabajo no eres digno?”.
En la misma línea, Micaela resalta la apertura global y accesibilidad a “talentos de todas partes del mundo para generar diversidad y perspectiva”, y concluye: “Es un nuevo paradigma de trabajo que es posible, amigable con el medio ambiente y con las personas. La salud mental, tan importante y tan olvidada”.
Trabajo remoto como clave indispensable
La llegada del trabajo remoto ha generado que muchas Pymes y emprendedores encuentren una oportunidad de eficiencia en costos y tiempo. “Se dan cuenta que no necesitan una oficina en una zona cool”, comenta Tarcila, que ejemplifica: “Yo monté mi consultora sin oficina. Puedo irme 6 meses a mi ciudad favorita en el mundo y seguir construyendo mi emprendimiento, es más, puedo nutrirlo con nuevas experiencias y conocimientos”. Por último, sentencia: “La prosperidad del nomadismo digital está ligada a entender el verdadero poder del trabajo remoto".