En toda organización y, sobre todo en las educativas, es necesario contar con personas que denoten una formación y capacitación plausible de trasladar a otros. Es decir, de poder trasmitir conocimiento, guía y apoyo, con el objetivo de aportar a la construcción de un futuro más próspero.
Eduardo Posadas en este caso, como creador y director del Centro de Innovación de la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH), es justamente una de esas personas. Queda claro al repasar su historia personal, la cual lo depositó en el lugar en que se encuentra hoy, pero no sin antes recorrer un camino cargado de enseñanzas.
“En el año 2011 llevaba varios años a cargo de los laboratorios de química para las ingenierías en la Universidad Tecnológica de Honduras, y ahí descubrí las capacidades que tenían nuestros jóvenes para desarrollar productos y equipos que resolvían problemas reales en la industria”, cuenta Eduardo en relación a lo que despertó su curiosidad para ir por más, a lo que también agrega: “Esto me hizo aplicar en 2012 a una oportunidad de formación en Europa, gracias a un proyecto en el que fue seleccionada nuestra universidad, como referente universitario en el país. Ese mismo año también pude formarme en Estados Unidos y Sudamérica, con lo cual me hice un panorama lo suficientemente amplio para crear mi propia propuesta de Centro de Innovación, a la presidencia de nuestra universidad, que decidió que nos arriesgáramos juntos”.
Lo transitado por Eduardo y esa decisión que tomó de crear y llevar adelante el Centro de Innovación, con apoyo de la UTH, que vio en su desarrollo una oportunidad importante para ampliar su oferta de servicios a los estudiantes, es reconocido por el propio protagonista como una situación netamente de emprendedurismo: “Esto para mí significó emprender, tomar un riesgo, por que difícilmente veía la posibilidad de volver atrás a los laboratorios, si la propuesta fracasaba. Y fue así como en febrero de 2013 la aventura empezaba para el Centro de Innovación UTH Avanza”.
Creado en el 2013, el espacio que pensó Eduardo Posadas y que la Universidad Tecnológica de Honduras recibió para dar estructura y soporte, ya está cerca de cumplir 10 años en funcionamiento, con una gran cantidad de chicos y chicas que han sido alcanzados por su accionar e impulso.
“UTH AVANZA es una plataforma integral que fomenta el emprendimiento, dando servicios de gestión y asesoría para la formación de nuevas empresas con innovación e investigaciones que deriven de estas o en transferencia tecnológica a otras. Busca facilitar las herramientas y recursos necesarios para que estudiantes, egresados y comunidad empresarial cuenten con oportunidades para lograr que sus ideas de negocios sean una realidad”, explica Eduardo respecto a la misión y al objetivo preponderante que tiene el Centro, dentro de la UTH.
Yendo a lo más específico de las tareas que en el día a día lleva adelante UTH Avanza, su director comenta: “Nos dedicamos a trabajar la pre-incubación de empresas innovadoras y a realizar transferencia tecnológica de las invenciones de los equipos de investigación y desarrollo de UTH”.
Hay un par de puntos claves en los que la UTH se destaca y tienen que ver con la adaptación a los tiempos que corren, la ya sabida transformación digital a la que la mayor parte del mundo asiste. “La UTH en Honduras está en la vanguardia de la enseñanza, con las mejores herramientas digitales y sus laboratorios en TIC´S, renovando siempre sus tecnologías. Esto hace que la visión de nuestros egresados les permita trabajar en cualquier parte del mundo”, define Eduardo.
Sin embargo, en una manera más conceptual de lo que la educación de los jóvenes requiere hoy en día, a un nivel académico universitario, Eduardo expresa donde debe focalizarse la instrucción: “En la detección de necesidades y en la investigación sobre cómo se resuelven actualmente esas necesidades, más descubrir en que fallan esas actuales soluciones. Esa es la beta hacia la innovación”.
El éxito y el fracaso suenan como conceptos opuestos, paralelos entre sí, pero sin conexión. Uno representa el ganar, otro el perder, uno es crecimiento, otro descenso. Sin embargo, cuando se trata de emprender y probablemente en muchos otros aspectos de la vida, es importante quitar las nociones más básicas de estas palabras tan poderosas y entender que puede existir una relación mucho más directa entre ambas y hasta un entrecruzamiento, una complementación.
A eso apunta Eduardo Posadas, que en su rol no solo enseña desde lo técnico, sino que aporta un costado motivador, que resulta elemental. Para el, la satisfacción no pasa solo por ver triunfos: “ver la realización de los emprendedores y sus proyectos gracias a UTH Avanza es una gran satisfacción. Pero no radica en pretender ver solamente los éxitos, sino también los fracasos surgidos de romper el miedo a intentarlo, ya que es mucho más probable fracasar al intentar comenzar emprender, sin embargo, es mucho más cercano el llegar a tener una empresa duradera si se ha aprendido, lo más pronto posible, de los primeros mal llamados fracasos que, para nosotros y los jóvenes emprendedores, son en realidad medallas en su camino de conocimiento”.
Con el fin de clarificar un poco más su posición acerca de la importancia que tiene aprender de los errores, esos mal llamados fracasos, Eduardo cuenta una experiencia puntual que vivió en 2018, en el marco de un evento de emprendimiento nacional realizado en la UTH: “los emprendedores que quedaron en segundo y tercer lugar decidieron luego de su participación unir fuerzas y formar un nuevo emprendimiento, que así pudo competir en el nacional de Costa Rica, debido a que uno de sus socios era de dicho país. En esa competencia si lograron juntos el primer lugar y además, les permitió llegar a la final centroamericana en Guatemala, logrando un honroso segundo lugar que finalmente les financió su emprendimiento”.
Innovar es algo que se escucha cada vez con mayor frecuencia, porque la tecnología arrasa y parece estar todo dispuesto para que cualquiera de el paso. Para Eduardo, el significado de esta acción está en: “ser un gran observador del entorno, con gran vocación a la interacción con los demás, para obtener impresiones y puntos de vista de su comunidad. Sumado a la voluntad e inversión de tiempo en el conocimiento de lo ya existente como solución, así como sus fallas para la posterior investigación a prueba y error, de lo que sería una nueva forma efectiva de obtener mejores resultados en nuevas soluciones”.
Como consejo primordial, para cualquier mente emprendedora que desee sumarse al programa que el dirige en UTH o también desde su óptica más personal e impulsora, porque Eduardo es un hombre muy activo en redes sociales y con reiteradas participaciones en charlas, conferencias y otro tipo de eventos, dice: “Primero el convertirse a tiempo completo en un detector de necesidades, un gran conversador y escucha de lo que tienen que decir los demás para tener la perseverancia de investigar a fondo las soluciones existentes y sus fallas que le traerán las oportunidades a solucionar”.
El protagonista responde y cierra: “Paralelo a la gestión universitaria del emprendimiento en UTH,que es a nivel nacional, hemos tenido a diversos gobiernos amigos que, a través de sus agencias de cooperación internacional, nos han retado a llevar nuestros conocimientos y experiencias a diversos ámbitos. Entre ellos, a lo rural en lo que hemos descubierto una gran riqueza de esa juventud y en el enfoque a formar mujeres emprendedoras, en aquellas lideres de familia que han iniciado como micro empresarias de manera informal, para llevarlas a una mayor competitividad. Nuestra apuesta para este 2022 es ampliar estas acciones”.
desde Honduras 
