Primeros desafíos

¿Qué riesgos me acechan en los primeros años de vida de mi negocio?

Emprender representa mucha expectativa y entusiasmo, sin embargo los primeros años pueden ser los más difíciles para cualquier proyecto. En esta nota, dos especialistas detallan los principales riesgos y las mejores formas de afrontarlos.
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¿Qué riesgos me acechan en los primeros años de vida de mi negocio?

Primeros años: un momento crítico y bisagra para nuestro emprendimiento

Es evidente que todo comienza por el principio. Dicho así, puede parecer una frase obvia y sin ningún tipo de valor, aunque nunca está de más recordar la importancia de avanzar paso a paso y no saltear etapas. En los negocios, puntualmente, es fundamental conocer los desafíos y riesgos de cada momento del proyecto y así poder enfocarse en crecer ordenada y efectivamente.

Los primeros años de vida de un emprendimiento, entonces, tienen sus problemáticas particulares y componen un período de alto riesgo aunque bisagra para un futuro promisorio. David Dávila, coach de negocios con más de 17 años de experiencia en empresas multinacionales, devela una estadística tan cruda como real al respecto: “Estadísticamente se calcula que 3 de cada 4 fracasan en los primeros cinco años y de ese 80%, incluso, la mayoría lo hace en el mismo primer año”. Tras esta afirmación, no obstante, arroja el dato esperanzador: “Normalmente cuando sobrepasan el primer año, hay un grupo más grande que logra sobrevivir”.

En el mismo sentido, el coach Eduardo Ortiz, experto mentor de negocios certificado por Action Coach y la International Society of Neuro - Semantics, confirma acertando con su colega: “El 80% de las empresas tienen que cerrar a los pocos años de abrir”, y desarrolla: “No hay buenos o malos negocios, solo hay buenos o malos dueños de negocios, depende del conocimiento, las decisiones y el enfoque. Lo principal es analizar desde la dirección para poder ver todo en perspectiva y así tomar mejores decisiones”.

Con el panorama más claro y conociendo el desafío concreto que comprende este período, Ortiz empieza a explicar las posibles soluciones que luego desarrollará en profundidad: “Simplemente basta con entender que a los negocios hay que administrarlos, ofrecerlos a través de la venta, dirigirlos y operarlos. El secreto es entender y buscar ese equilibrio”.

Emprender es humano, tener miedos también

Previo a avanzar con los problemas y las estrategias concretas y un tanto más técnicas, los especialistas tocan una variable no menor en los inicios de cualquier emprendedor: los miedos. Aunque puede parecer un dato insignificante, es importante reconocer que estas inseguridades son normales y parte inevitable de este proceso.

Si hablamos de miedos, el principal de un emprendedor es dejar lo que está haciendo, que por lo general es un empleo seguro y estable, para dedicarse a emprender”, indica Dávila. De igual manera, Ortiz agrega: “La mayoría de las personas que deciden emprender normalmente estuvieron trabajando para una empresa antes, y son tan buenos en lo que hacen que deciden emprender algún día, pero, desafortunadamente, pierden de vista otros aspectos del negocio”.

El miedo, en conclusión, es un sentimiento lógico. Sin embargo, concentrar las energías en los lugares correctos parece ser la clave para eludir con éxito este gran filtro inicial que muestran las estadísticas.

Principales problemas durante los primeros años

Introduciéndonos en los inconvenientes concretos que suelen surgir en los primeros años de un emprendimiento, encontramos en la explicación de Dávila una definición puntual, certera y un tanto técnica ideal para un emprendedor principiante: “La toma de decisiones de invertir en algo o no, dejar de recibir el pago de los clientes, tomar decisiones financieras pero sin validar y el flujo efectivo son los riesgos más comunes”, enumera y concluye: “Varía mucho en Latinoamérica pero estadísticamente las pequeñas empresas, medianas y los emprendedores cuando arrancan tienen flujo para uno o dos meses de operación. Uno de los grandes riesgos entonces es que no evalúen su flujo efectivo y, por lo tanto, aunque tengan grandes proyectos y accesos a clientes, simplemente no pueden operar más porque no tienen cómo pagar sueldos o seguir sobreviviendo”.

Sumando otras variables al análisis, Ortiz también menciona los ejes problemáticos a su criterio: “Los principales problemas aparecen en la administración, la mercadotecnia, y algo mucho más importante: la dirección. Muchas veces cuando alguien decide emprender parece tener toda la claridad con lo que quiere hacer, pero se mete tanto en el área de la operación que pierde el equilibrio”.

Desarrollando esta última afirmación, Ortiz concluye: “En una empresa no solamente se opera, hay que administrar, asegurarse de generar crecimiento, más clientes y dirigirla. Si uno no se toma todo ese tiempo no sabe para qué dirección va la empresa, no pone metas claras, no mide los avances y si te pierdes de esas cosas generas una falta de equilibrio que puede ser el principio del fin”.

Estrategias para sortear los desafíos iniciales

Conociendo y teniendo mucho más claros cuáles son los problemas y desafíos que acechan al dar los primeros pasos, se torna un poco más sencillo poder encontrar soluciones y estrategias que permitan solventarlos con algún tipo de soltura e ingresar en una etapa mucho más estable y prometedora del proyecto.

En este sentido, Dávila detalla de manera precisa “tres cosas básicas y vitales” que no pueden faltarle a un emprendedor en sus comienzos: La número uno es hacer una planeación de negocios. No hace falta ser un experto ni tener certificaciones, pero sí tener un plan para saber cuáles son tus metas, cuánto esperas vender, en cuánto tiempo, a cuánta gente, etc”.

La número dos son las ventas”, continúa el coach mexicano: “Todos los negocios necesitan vender, el emprendedor o alguien de su equipo debe vender. No se pueden desligar todos de esa tarea por estar cumpliendo otros roles, un error muy común se comete al sentir que se tiene el mejor producto pero no se pone esfuerzo para venderlo por flojera o miedo”.

Por último, Dávila introduce el factor restante: El tercero es la falta de conocimiento básico financiero: Costos, gastos, margen bruto, punto de equilibrio, cuánto debo vender para sobrevivir o el salario y ese tipo de cuestiones básicas”, finalizando su análisis positivamente: “Si un emprendedor maneja bien estas tres cosas puede llevar el negocio de buena manera”.

Dirigir con inteligencia y aprender a delegar

Tal como adelantó sutilmente en pasajes previos, Ortiz le da mucha importancia a saber liderar y dirigir con conciencia e inteligentemente: “Uno de los principales retos de un emprendedor que es dueño de su proyecto es que entienda que debe ser multitasking”, asegura, y desglosa: “Tiene que entender que, dentro de un organigrama, debe planear los espacios para atender cada una de las áreas, ya que no es el mismo foco desde la administración, la operación, el marketing, las ventas o la dirección, tiene que organizarse para encontrar ese equilibrio”.

En concordancia con este abordaje, Dávila agrega reflexiones muy similares que ayudan a entender mejor el fenómeno: “Cuando alguien deja una empresa y forma un emprendimiento, se vuelve auto-empleado, por lo que el gran reto es aprender a cómo salir de ese lugar ya que se va haciendo dependiente de la empresa y al mismo tiempo la empresa de él”.

“Sobre todo en el primer año”, continúa y concluye Dávila, “es primordial empezar a delegar y sumar personas con el fin de poder hacer crecer el negocio, entender que mientras más manos tenga, mientras más delegue procesos y sistemas, podrá crecer en mayor medida”.

Consejos para emprender con éxito desde el primer día

Tener en claro los riesgos de esta etapa crucial y, a su vez, las variables más importantes para afrontarlos con solvencia resulta de vital importancia. Por esto mismo, fiel a su estilo conciso y práctico, Dávila amplia un poco más el abanico de estrategias en clave de consejos para los nuevos emprendedores

Con respecto a esto último, destaca tres factores a su criterio fundamentales: “En primer lugar hay que darle importancia a la planeación, cuando un emprendedor me consulta y no tiene business plan le digo que no va funcionar, el business plan nos dice desde los números si el proyecto es viable o no”.

En segundo lugar detalla: “Es importante el trabajo personal, tengo que saber y aprender de la industria en la que me quiero desarrollar, no serás un gran emprendedor si no te formas a ti mismo”. Y por último, desarrolla el tercer consejo: “Tienes que saber que no lo conoces todo ni puedes resolver todo, tienes que tener esa apertura de aprender, de conocer personas, de escuchar sugerencias y recomendaciones, de rodearte de personas que hagan crecer tu negocio”.

Esquema de crecimiento de negocio: cuatro niveles para garantizar buenos resultados

En la misma tónica formativa, Ortiz plantea su propia teoría y desarrolla un esquema que puede ser de mucha utilidad para organizar los primeros pasos y crecer de forma ordenada y exitosa. A propósito de ello, describe un esquema de pirámide que, lógicamente, comienza por la base: “En la base está el dominio del negocio: Tienes que conocer tus números, asegurarte que eres organizado y productivo, tener una visión del futuro y un plan de negocio, tener los estándares mínimos de atención al cliente y, por último, empezar a tener los KPIs básicos”.

Continuando con su explicación, Ortiz detalla el segundo nivel: “Luego es momento de trabajar en la mercadotecnia, generar más prospectos pero también incrementar tu capacidad de ventas, tu conversión, generar más venta repetitiva, etc”. Por último, expone los dos niveles restantes: “El tercer nivel es crear sistemas y el cuarto paso capacitar al equipo, esto generará que atiendan mejor a los clientes, que puedas delegar y provocará una sinergia para que tu negocio o empresa funcione como una máquina aceitada”.

Finalmente, Ortiz concluye reforzando la importancia del primer nivel: “Este sería el proceso que debería seguir desde el comienzo cada emprendedor o empresario para asegurarse de que va a tener un crecimiento sostenido, por lo tanto, en esta primera etapa es crucial la base de la pirámide: el dominio del negocio”.

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David Dávila
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David Dávila

Coach de Negocios
Ingeniero en Electrónica y de Comunicaciones, con MBA y Especialidad en Alta Dirección. Tengo más de 17 Años de experiencia con empresas Multinacionales como: MercadoLibre, EVO Payments, Cisco Systems y Westcon-Comstor. Coach de Negocios Certificado por ActionCOACH y reconocido dentro del TOP 10 en Iberoamérica y TOP 100 a nivel mundial.
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Eduardo Ortiz

Coach de Negocios
Mentor Coach | Fundador de EOrtizCoach | Speaker | Entrenador de Equipos | Entrenador Control del Tiempo | MC en MK y Ventas | Servicio al Cliente | Alineación de Equipos | Liderazgo | Coaching Ejecutivo|PNL-NS Hace 10 años funde mi propia firma, y sigo trabajando con empresas, empresarios, gerentes de áreas y ejecutivos. Meta – NLP Practitioner / Training to Meta – States – Accessing Personal Genius (APG), Coaching Genius and/or Self Leadership / Coaching Essentials Professional Communication Skills