La valoración que se hacía de un trabajo hace 60 años no es la misma que se hizo hace 20, la cual tampoco coincide ya en nada con la que se hace hoy en día. Incluso, la percepción del empleo, tanto de patronales como de empleados, así como de emprendedores, startups y otras formas de hacer negocio, ha cambiado significativamente en los últimos 2 años, con una pandemia, aislamiento y tecnología aplicada que generó profundos cambios de paradigmas.
El home office ganó terreno, la globalización hizo estragos y, por sobre todo, esa mencionada valoración, que no es otra cosa que la forma de mirar y afrontar el trabajo, ha sufrido una modificación sustancial. Mucho tiene que ver el recambio generacional, pero también el hecho de poner la vida personal por encima de lo laboral, comenzar a darle más espacio al bienestar y la salud mental, así como aprovechar el tiempo que se tiene.
Los millennials venían dando indicios de que el tiempo que se pasaba en el trabajo no era coincidente con el disfrute o los planes de vida que se proponían, mientras que los centennials terminaron de reafirmar esa tendencia. ¿Por qué pasar mitad o incluso más del día en una oficina o abocado a tareas laborales? El orden de prioridades se invirtió, ya no se idealiza la estabilidad, el proyecto de familia, con la casa, el auto, el perro. Hoy la experiencia del día a día gobierna el futuro de los jóvenes.
En ese contexto, es que el trabajo full time perdió credibilidad y poder de seducción. Las compañías deben decidir y buscar la forma de motivar a los trabajadores y la flexibilidad en los tiempos o modos que ofrecen en relación a las jornadas laborales parecen ser una especie de movimiento de jaque mate para ello.
Históricamente a un trabajo se lo pensaba con un horario confirmado o fijo, que establecido por ley, actualmente en la mayoría de los países de América Latina, es de 8 horas. Muchas veces 9, con una hora de descanso entre medio para la alimentación. Sin embargo, nuevamente hay que hacer mención al concepto de flexibilidad, que entró en escena e invitó a revisar la modalidad de trabajo a tiempo completo.
El caballito de batalla de esta modalidad sigue siendo el hecho de contar con un ingreso de dinero estable cada determinada cantidad de tiempo, asegurado por un contrato, siempre y cuando sea bajo relación de dependencia por supuesto. Esa estabilidad es muchas veces un sostén y una manera de mantenerse enfocado, además de que permite una mayor proyección a futuro, tanto en la carrera dentro de una compañía, como en relación a saber con cuánto dinero se puede contar en un año, por ejemplo, para planes de índole personal.
Sin embargo, más allá de eso, el trabajo a modalidad de tiempo completo no compite contra lo que hoy en día puede ofrecer, en especial a los jóvenes, un empleo de medio tiempo o part time. Trabajar más horas, naturalmente repercute en mayor cansancio físico y psicológico, así como lleva a una menor cantidad de tiempo en familia, con amigos o en círculos que sean externos al trabajo precisamente. Perderse eventos importantes, postergar vacaciones, entre otras problemáticas, también juegan en contra de este método.
Las primeras virtudes que se le reconocen a este tipo de vínculo laboral son la flexibilidad horaria y la disminución de la carga, que se relaciona en directo con el estrés, aunque no en todos los casos es así, ya que en ese aspecto siempre habrá una cuota de responsabilidad tanto de empleado como empleador para generar un entorno sano y armonioso.
A quienes les gusta más la mañana, pueden elegir ese rango horario, mientras que los de la tarde lo mismo y hasta incluso aquellos que prefieren hacerlo en la nocturnidad, en el caso de que sea un trabajo remoto además de part time. Menos tiempo de trabajo, más posibilidades de actividades de ocio y de elección de momentos para disfrute personal.
Pero no solo es el tiempo libre, sino que tomar trabajos part time es también tener disponibilidad para participar de más de un proyecto a la vez, generando ingresos de distintas direcciones, algo que se conoce como pluriempleo y que tiene otro beneficio que es la oportunidad de adquirir experiencia y formarse mucho más rápido, aunque relegando continuidad y algo de sustento económico muchas veces. Claro que aquí vale hacer la advertencia de que superar las 8 horas con diferentes trabajos también terminará siendo contraproducente e incluso más que un empleo full time, ya que la multiplicidad de tareas, el famoso multitasking, puede terminar por agotar la mente y el cuerpo.
Es una realidad también que los trabajos de medio tiempo le facilitan a quienes están estudiando poder combinar las dos cosas de una mejor manera. Porque aunque lo online resuelve mucho, una media jornada hará mucho más amigable esa dualidad de estudio-trabajo.
Al ser part time, es lógico que las condiciones de contratación no sean iguales a las de un trabajo full time. En menor cantidad de horas, menor será el dinero y menores los beneficios que pueda otorgar una empresa, sin embargo siempre se puede recurrir al ya explicado pluriempleo.
De todos modos, también vale aclarar que el ingreso siempre dependerá de la industria, tipo de trabajo y otras condiciones particulares, pero en cuanto a la estabilidad, las posibilidades de ascenso y la cobertura ante situaciones imprevistas o de desempleo no serán las mejores.
