El escenario del empleo y a su vez el emprendedor, comenzaba a visualizar cambios, pero de forma paulatina, hasta que, por motivos de pandemia, ciertas tendencias de esas que introducían nuevos procesos y conceptos, sufrieron una notoria profundización.
“Las tendencias pre-pandemia se aceleraron, en tanto al enfoque en tecnología y automatización, por medio de la robotización o la inteligencia artificial”, comienza destacando Erika Garderes, quien se desempeña como CEO y coach de vida y negocios en Goa Estudio, en Uruguay.
La fundadora de Goa, además menciona: “están cambiando las formas de trabajar, remota e híbrida”, aunque aclara: “en Latinoamérica todavía hay ciertas resistencias y se presentan dificultades para crear sistemas que faciliten trabajar en remoto. Muchas empresas en Uruguay están volviendo a exigir la presencialidad, maquillada como una exigencia de los empleados”.
En Argentina, Gabu López, coach ejecutivo y mentora de negocios, consultada sobre la misma cuestión, entiende que hay una nueva generación que impulsa los cambios: “en los últimos años cambió drásticamente la forma en que las personas miran su trabajo, sobre todo de la mano de los millennials y su búsqueda de equilibro entre lo laboral y lo personal. Ahora se busca un empleo que no sólo de dinero, sino que también de propósito”.
En su visión, la pandemia fue también un acelerador de esta transformación, algo que llevó a otras generaciones a adoptar la misma mentalidad: “no hay vuelta atrás”, afirma la coach y se explaya: “una muestra evidente de esto es la Gran Renuncia, proceso que se inició cuando empezaron a liberarse restricciones y muchas personas no aceptaron volver a trabajar en oficinas, bajo las viejas reglas”.
A todo esto, Gabu agrega: “otras personas eligieron iniciar su propio negocio con propósito, concretar sueños que habían postergado por años y que ahora, luego de plantearse cuestiones más existenciales a través de aprendizajes y cuestionamientos por la pandemia, sienten que llegó el momento de desarrollar”.
Con el panorama establecido y descripto, las expertas revelan los modos más efectivos para poder prepararse y surfear de la mejor manera las olas de los nuevos paradigmas. Erika Garderes, quien se define como un agente de cambio y ha ayudado a crear más de 100 modelos de negocios para mujeres que trabajaban en régimen de dependencia y buscaban dar el paso hacia un sueño personal, distingue justamente las situaciones particulares que pueden darse: “todo depende de hacia dónde se quiera ir. No es lo mismo un profesional a una mujer en Latinoamérica que quiere conseguir 2 mil dólares de ganancia para mantener su casa, con un emprendimiento de cosmética natural, sin estudios en programación, inteligencia artificial, u otra skill de trabajos bien pagos, de clase media alta”.
Puntualizando en esos casos, Erika complementa: “no se puede hablar de escalabilidad, sistematización y otro montón de términos, por lo que lo más importante es prepararse en ventas, marketing digital y habilidades blandas, para que, como marca personal, trascienda y la compren”.
Apuntando a la misma población, pero de forma más general, Gabu López también resalta el aspecto clave a trabajar: “para las personas que prefieren dar un paso al costado del mundo corporativo, es fundamental entender cuál es su talento, por dónde pasa, y de qué manera pueden monetizarlo. Hay personas que, de tanto mandato social, tantos años de trabajar en algo que no los apasiona, han perdido el rumbo y necesitan re ajustar sus brújulas internas”.
La mentora argentina pone el acento en: “hacer lo que es acorde al deseo de cada uno, en base al propio talento, e incorporar las estrategias necesarias de marca personal, marketing y negocios para desarrollarlo, será esencial para planificar y tener éxito en el largo plazo”.
Cuando se habla de estar listo para afrontar el escenario planteado según nuevos paradigmas en empleabilidad y emprendedurismo, no solo se trata de aquel que sale a emprender por su cuenta. “para quienes trabajen para otros, laborar la marca personal como un producto para diferenciarse y destacar de entre los miles de super genios, será clave, más que adquirir habilidades duras, las cuales se pueden obtener en una empresa con formaciones inhouse, por ejemplo”, expresa Erika.
A tono con ello, Gabu corre el eje y habla desde el lado de una empresa o compañía: “deben escuchar qué quieren las personas y crear planes de acción a partir de esas preferencias”, para luego ejemplificar: “Varias ya han implementado beneficios para sus empleados, como el trabajar de forma remota desde cualquier lugar. Otras, otorgan horas de terapia psicológica, mayores plazos para licencias por maternidad o paternidad, días extra de vacaciones y hasta cambios en la cultura interna”.
Finalmente, en relación a la preparación, Erika concluye: “No creo en respuestas genéricas, sino que todos debemos de estar preparados con educación emocional, financiera y empresarial. Saber quiénes somos más allá de que el escenario cambie. No somos las situaciones, eso nos tiene que dejar de predeterminar”.
“Ventas, ventas y ventas”, así comienza Erika a enumerar las habilidades más importantes de cara a los nuevos paradigmas. Luego, suma: “conocimiento de desarrollo de clientes, oratoria, marca personal, finanzas personales y empresariales. Liderazgo personal y de grupos. Es necesario un crecimiento continuo y adaptabilidad, así como poder de negociación”.
Desde su experiencia, Gabu no tiene dudas en decir que “el paso número 1 es aprender a manejar la mentalidad”, y argumenta: “La mayoría de los negocios que fracasan no es por cuestiones inherentes al negocio mismo, sino por la mentalidad del emprendedor”.
Gabu, con más de 30 años de carrera, tiene las credenciales para definir: “cuando no se trabaja la mentalidad, los desafíos se hacen aún más difíciles. Si no sabemos en qué somos buenos y en qué no tanto, ni cómo reconstruir permanentemente nuestra confianza o qué estilo de personalidad tenemos, es poco probable poder mantener un negocio a largo plazo”.
Emprender, sea personalmente o dentro de una estructura externa, siempre requerirá de una planificación, tal como lo vienen marcando las especialistas. “es necesario tener estrategia para todo en la vida, ir como pollo sin cabeza en el amor, en la salud y en los negocios nos hace ir hacia algún lado, pero sin un propósito”, expresa Erika con contundencia.
Asimismo, explica: “los negocios son el resultado de intercambiar un servicio o producto por capital, y un negocio que funciona es el que acumula la mayor cantidad de capital con menos inversión, ósea mayor ganancia. Ante esto, una estrategia es un conjunto de acciones para lograr el objetivo, no hay misterio, pero lo más importante es que el empresario o la empresaria, tenga claro lo que quiere, en ganancia, tiempo, cantidad de ventas y disposición para invertir, cambiar y estructurar”.
“No existe hoy negocio exitoso sin una pata digital”, enuncia categóricamente Gabu, que como experta en marketing, comunicación y desarrollo de negocios, así como todo lo relacionado con nuevas tecnologías digitales, entiende que: “dejar lo digital fuera es no incluir oportunidades para escalar y globalizarse. Esto aplica hoy a prácticamente a todos los ámbitos”.
En este punto, y retomando la idea anterior de una estrategia como algo primordial, Erika habla sobre el hecho de plantear una estrategia netamente digital, con sus debidas advertencias: “Una estrategia digital no se prepara de manera genérica, depende de cada caso. A quien compre su estrategia digital en un pack, le mando un beso grande (ironiza), pero seguimos comprando hacks que hacen personas que no venden ni mil dólares por mes con eso, para personas que no están dispuesta a trabajar de manera profunda para crecer”.
La velocidad de los cambios es cada vez mayor y esto genera una vorágine para la cual hay que estar atentos y despiertos, pero sobre todo muy dispuestos: “la oportunidad de optimizar y automatizar procesos se va haciendo más vertiginosa y eficiente. Hoy por hoy el 80% de mi negocio está digitalizado y automatizado, y esas automatizaciones generan el 50% de mis ingresos. A su vez, me permiten escalarlo con mínimas inversiones y mayores retornos”, declara Gabu, poniendo de ejemplo su propio negocio.
Finalizando su ponencia en este artículo, revela otro tópico fundamental a tener en cuenta para encarar de la mejor manera el futuro: “la formación permanente. Nada más valioso para un empresario o un profesional independiente que mantenerse actualizado. La inversión en capacitación puede marcar la diferencia entre el estancamiento del negocio y un crecimiento sostenido y exponencial”.
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