Un nuevo modo de encarar los emprendimientos, empresas y negocios
La fiebre de los unicornios, llamados así por su impresionante valor (superior a mil millones de dólares, sin cotizar en bolsa), ha visto en los últimos años como otro animal, sin características mitológicas, ha ganado terreno y popularidad para introducirse en la discusión del rumbo que deben llevar los nuevos emprendimientos, empresas y negocios.
El animal en cuestión es la cebra, dando lugar entonces a las llamadas empresas cebra. “El término empezó a hacerse muy popular en el 2017, año que se creó el manifiesto de las empresas cebra”, explica al respecto Alejandro Cabrera Correa, Gerente Estratégico en Sectorial.co, compañía dedicada al análisis de los diferentes sectores que conforman la economía colombiana.
“Básicamente, resulta que tal vez el mantra del emprendimiento, el objetivo de todo emprendedor era que su compañía llegue a convertirse en un unicornio, sin embargo, hubo un grupo de empresas que empezaron a decir ‘un unicornio es algo irreal, las cebras que son algo real’”, agrega Alejandro, en clara referencia a la dificultad que puede tener cualquier compañía privada para conseguir una valuación de mil millones de dólares.
La definición del analista para una empresa Cebra entonces, es: “son empresas que logran crecer pero crecen bajo control, de forma orgánica y ordenada, con planificación. No dejan de ser compañías igualmente que crecen generando utilidades y, adicional, tendrán un impacto en el frente social”.
A ritmo propio
El concepto de empresa cebra significa para Fernando Aguilar, uno de los impulsores de Espacio Euler en México, en constante vinculación con este modelo negocios, una modalidad en la que: “las empresas crecen a su propio ritmo, buscando ser rentables desde etapas tempranas, pero no crecer explosivamente”.
De todas formas, aclara y afirma a la vez: “eso no quiere decir que no puedan hacerlo, más bien, no lo buscan hacer de la mano de altos capitales, que les inyecten dinero, sino más bien con su propio crecimiento y, lo que hay detrás, es que en el fondo las empresas que más han perdurado en la historia y que son más sostenibles, son esas y no las que crecen de manera artificial”.
Cebra o Unicornio: ¿posturas enfrentadas?
El ser humano por naturaleza tiende a comparar y muchas veces a enfrentar posiciones, desde personalidades y nombres propios a corrientes de pensamiento. En este caso, son dos modelos de negocios, dos miradas distintas sobre el crecimiento de un emprendimiento o proyecto, porque inevitablemente las empresas cebra y las compañías unicornio han caído en ese juego.
Aguilar entiende sobre esto que las empresas cebra “no buscan ser un contrapeso con las unicornio, aunque a veces hay contenidos que encuentran esa distinción, sino simplemente como parte de una mezcla local. Yo te diría que es por ahí, por ese lado. Crecen con su propio capital, a su propio ritmo, pero también buscan ser rentables rápidamente”.
Puntualizando en las diferencias más notorias entre la analogía de ambos animales, Fernando marca: “tiene que ver con aquellos objetivos y lo que se pretende. Quizá un unicornio busca disrumpir rápidamente una industria, romper ciertos paradigmas y para hacerlo rápido necesita altos capitales, mucho dinero inyectado. Es el sueño del emprendedor y la lógica del inversionista, encontrar un nicho que me dé el famoso 10X o más”.
Perpetuidad versus éxito directo
Los propósitos y el horizonte que persiguen las empresas cebras, en comparación con los potenciales unicornios, difieren. Sin embargo, esto no significa que haya una opción mejor que la otra, como lo explica Alejandro Cabrera: “no quiere decir que el unicornio sea malo, ni mucho menos, de hecho son brillantes con esos volúmenes de crecimiento y de capturas”.
Sin embargo, el propio analista oriundo de Colombia distingue: “digamos que un unicornio tiene altas capacidades de crecimiento de doble y hasta triple dígito, por lo que se concentran mucho en capturar a usuarios y hacer crecer ese número, pero se pierde un poco el control y no necesariamente hay impacto en la sociedad”.
Ese pronto crecimiento del unicornio contrasta con la longevidad que pretende la cebra. Algo de eso refleja Aguilar, cuando explica: “el negocio como tal probablemente pueda o no tener, en el caso de unicornio, la búsqueda de una perpetuidad en el tiempo. Es más factible que busque venderse, llegar al siguiente nivel. La Cebra no está cerrada a tener inversión, pero su inversión la consigue de otra manera, no necesariamente es una inversión como apuesta, sino como posibilidad de maximizar lo que ya está demostrando”.
Finalmente, para cerrar está disyuntiva, Fernando se vuelve a expresar y sentencia: “quizás, son esas motivaciones detrás de los emprendedores y de quien fondea esas empresas lo que hace una diferencia importante”.
El impacto social, la clave de cualquier empresa Cebra
El hecho de incluirse bajo la denominación de Cebra, les exige a las empresas contar con una faceta social, es decir que su función responda a un problema de carácter general en la sociedad. Pero mejor aún, si se catalogan bajo el ya famoso triple impacto: “lo sostenible habla de eso, de ambiental, social y económico. Entonces, es por eso que se ven muy bien”, destaca Fernando Aguilar, que actúa como Socio Comercial en APTIA bienestar financiero, y también está detrás de lo que define como un “spin-off” de Euler, llamado Visión Catalítica.
De igual manera, Fernando advierte sobre la dinámica de los diferentes discursos y denominaciones: “En mi opinión y en mi experiencia, un buen número de Startups no tienen ese driver, a lo mejor lo usan más bien como elemento de marketing, pero su driver es romper y cambiar las reglas del juego y quizás eso implica también muchos problemas, resuelven algunos, pero crean muchos otros. Lo hacen tan rápido que no necesariamente es lo más adecuado y normalmente vas a encontrar otras empresas que tratan de acomodar ese mercado que se rompió”.
Social no es necesariamente ambiental
No necesariamente el impacto social que se menciona tiene que ver con el medio ambiente. Sustentable y sostenible son dos cuestiones diferentes y para una empresa cebra, alcanza con que su impacto sea significativo a nivel social. Escobar Correa plantea unos ejemplos de cebras interesantes: “Hay una compañía que fabrica juguetes y sus nichos principales son las niñas, siendo que a través de los juguetes busca mostrar el empoderamiento femenino, quitando estereotipos de género”.
“Otro ejemplo positivo, que ya no es cebra porque cotiza en bolsa, es Toms, fabricante de calzado. Toms lo que hacía era combatir el problema de los niños sin acceso a calzado en África, entonces por cada par de zapatos que se vendían de la marca, se le regalaba a un niño en África la posibilidad de contar con otro”, refleja Alejandro.
Por último, pondera otro ejemplo de compañía con modelo cebra, que si se involucra en la cuestión medioambiental: “en rubro textil, Ten Tree lo que hace es que por cada prenda de vestir que se compra en la plataforma, siembra 10 árboles en lugares que estén siendo vulnerables a la deforestación”.
¿Por qué encasillarse como empresa Cebra?
Así como existe una tendencia a comparar, para el analista mexicano Fernando Aguilar “los humanos queremos catalogar todo, somos seres que todo lo queremos encasillar, lo queremos meter en cajitas, todo. Así clasificamos las plantas, los animales, la vida”. Esa es una manera de explicar la razón por la que nacen estos modelos representados en la figura de un animal: “ayuda y economiza mucha energía mental el hecho de saber que al menos hay alguien ahí afuera que más o menos se te parece y más o menos te ayuda a definirte, aunque no sea preciso”, afirma.
Sin embargo, atento a las diferencias que hay entre los países donde suelen surgir estas ideas, mayormente Europa y Norteamérica, pretende dejar en claro que no es lo mismo la aplicación en uno y otro lugar: “no se adaptan mucho a la realidad que vivimos. Yo participo mucho en proyectos que son con gente de España u otros países y si se nota una diferencia fuerte en cómo hacemos negocios en Latinoamérica”.
De todas formas, cierra su participación con una visión positiva de este fenómeno de las empresas cebra: “a nivel concepto puede que funcionen, aunque como movimiento tal vez no. Creo que obedece más a la realidad que vivimos como países y que no impactan, pero a nivel concepto si ayudará mucho”.
Visibilidad y marketing
Desde la óptica del gerente estratégico de Sectorial, la agrupación de las empresas bajo una misma catalogación responde a que: “eso logra un poco más de visibilidad. De hecho, cuando una compañía logra ser un unicornio, inmediatamente salen publicaciones que muestran cuales son los unicornios y les dan un mayor impulso”.
“Este tipo de nombres, con el origen que traen y sobre todo la estrategia de mercado detrás, ayuda que las compañías se vuelvan más visibles, sin dudas”, declara Alejandro, pero pensando a futuro resuelve: “siempre van a estar, pero posiblemente ya no vayan a ser tan protagonistas desde el nombre, porque ya se habla de empresas con objetivos de desarrollo social, empresas B, entre otras. Lo que vamos a ver a futuro entonces no va a ser tanto como el nombre de cebra permanentemente, sino más OES (objetivos de desarrollo social)”.