Decidir en función del bienestar y la productividad en un ámbito sano de trabajo
Generar un ambiente que sea cómodo para todos los trabajadores que intervienen en el día a día, es una política de gestión esencial y que cada vez se hace más valiosa. De hecho, es una cuestión prioritaria para todas las personas que buscan empleo, mucho más en las generaciones jóvenes, siendo los centenialls los abanderados en estas causas pero incluyendo también a los millenials que son el grupo que de alguna forma marca una diferencia con sus predecesores.
Es así que todos los líderes y encargados de establecer un modo de trabajo, a través de diferentes pautas, indicaciones y normas, tienen que estar atentos a tomar las decisiones más acertadas. De hecho, un buen líder se destaca por lograr ser reconocido como autoridad sin imponerse mediante la "fuerza" de decretos, gritos, malos tratos, amenazas, desinteres, falta de escucha o falta de comunicación.
Sin embargo, las malas prácticas no siempre son tan fáciles de reconocer. Es decir que no solo esos malos hábitos mencionados son los que generan un mal desempeño por parte de las personas, equipos y, en consecuencia, una organización o empresa. Existen otras maneras de disminuír la motivación o provocar malestar, que termina incidiendo directamente en la productividad y a veces son acciones naturalizadas que no se detectan como nocivas.
También te puede interesar: Casas de una sola planta: las ventajas de vivir en un nivel
6 prácticas y hábitos que hay que eliminar para mejorar índices de productividad
Hay quienes aseguran que las tendencias deben usarse para enseñar, para marcar el camino. Por más tradicional que uno sea y por más métodos "exitosos" que se tengan en base a experiencias pasadas, siempre es bueno continuar actualizando las maneras de manejar y, sobre todo, liderar un equipo de trabajo.
Mantenerse en movimiento y atento a lo que el mundo del trabajo reconoce como positivo, ayudará a sostener el bienestar y conseguir mejores resultados, aún si se deben cambiar cosas que antes resultaban funcionales. Esto último parte de la comprensión de que los tiempos y las personas en cada uno de esos tiempos no son las mismas, hay paradigmas que se vencen, que se caen y no tiene sentido luchar para imponerlos nuevamente cuando existen conceptos evolucionados.
1- Líderes que miran desde arriba
Se terminó la era en la que los líderes ejercen y comandan desde una torre de control, de lejos, manteniendo distancia y marcando las diferencias con quienes conforman su equipo de trabajo. Tampoco las tendencias implican que el jefe debe ser un amigo, un compinche, pero si que liderar desde la cercanía, el trato cordial, dando el ejemplo y permitiendo el desarrollo, así como el lucimiento de cada trabajador, resulta inspirador y es una decisión que siempre será positiva en cuanto a resultados.
2- Micromanagement
La falta de confianza en el resto, el no querer delegar y sentir que se debe controlar todo, todo el tiempo, termina siendo una decisión con un final anunciado: problemas. Empoderar a los integrantes del equipo, de la mano con el punto anterior, llevará a construir relaciones de beneficio y obtener resultados sólidos.
3- No respetar los tiempos de descanso y vacaciones
Hay veces que una persona dice no necesitar vacaciones, no querer descansar, pero nunca será saludable estar atado al trabajo los 365 días del año. Es cierto que hay momentos en que se complica gestionar las vacaciones por cuestiones de flujo laboral, siendo cada rubro o caso un mundo en sí mismo, sin embargo respetar la necesidad física y mental que tiene el cuerpo de alejarse por un periodo de tiempo determinado de las responsabilidades y cargas del trabajo será fundamental para poder sostener un buen rendimiento.
4- No otorgar oportunidad de crecimiento
Nadie se conforma con estar en el mismo lugar durante toda la vida, por la inercia misma del ser humano lo natural es avanzar, evolucionar. Es así que si un trabajo no le muestra un camino con posibilidades de crecimiento al trabajador, este terminará por sentirse estancado, desmotivado, con energías que no alcanzarán un nivel óptimo. Siempre se debe tener una mirada a futuro, pensando en el desarrollo. Los jóvenes ponderan esta característica como una de las esenciales para decidirse sobre una u otra compañía.
5- Mails en exceso
Recibir mails de forma constante es retroceder en el tiempo. Los mails que se apilan en las casillas de correo son comparables a los archivos encima de un escritorio y no hay nada más desmotivante que sentir que lo llenan de papeles, más cuando muchos de ellos no tienen sentido o se podrían resolver de otra forma. Hay que buscar alternativas, pensar que a veces un llamado corto puede simplificar lo que 10 mails terminan por complicar.
6- Reuniones que se hacen eternas
La aparición del trabajo remoto y la flexibilidad que eso supone, les genera muchas veces a líderes de generaciones arraigadas a la modalidad presencial en oficina la necesidad de mantenerse en contacto durante muchas horas al día con un equipo o distintas personas de su trabajo.
Sin embargo, las reuniones largas, sean presenciales o virtuales, terminan generando pérdida de tiempo, cansancio y hasta fallas en la comunicación porque se pierde el foco o lo fundamental del mensaje ante tanta charla o palabrerío.