La consolidación de un niño entusiasta
Cuando era muy pequeño, Oscar Giraldo, quien hoy es una de las 500 voces empresarias más importantes de América Latina y continúa en franco ascenso al frente de Playvox, compañía que fundó en 2012, no se imaginaba realmente como un empresario en el futuro. Sin embargo, debido a la actividad profesional de su padre, al cual siempre le siguió los pasos, ya desde ese entonces comenzaba a forjar su perfil exitoso en el ecosistema emprendedor.
“En la casa donde vivíamos siempre hubo un cuarto reservado al que mi papá le llamaba 'el laboratorio'. Allí aprendía sobre todo de electrónica, ya que no tuvo una educación universitaria formal, era autodidacta. Había cables, equipos de electrónica, computadores y teléfonos. Accedí a muy temprana edad a eso y sin dudas me influenció en mi formación posterior”, dice recordando Oscar.
Teléfonos y computadoras: el dueto clave
Hubo dos elementos dentro de ese laboratorio que marcaron de forma más profunda al emprendedor colombiano y, casi como si hubieran permanecido en su inconsciente, lo acompañaron en la consolidación del rol emprendedor: “es muy loco, porque desde chico tengo recuerdos de computadoras y teléfonos. Mi papá trabajó mucho tiempo en Telecom y ese contacto realmente me marcó”.
No parecía haber otro camino y no lo hubo, el protagonista de la historia se decantó por estudiar sistemas, aunque en principio era para “relacionarme más con videojuegos”, pronto la matemática y programación, lo sedujeron. “En la tesis de grado desarrollé una aplicación de telefonía, que básicamente contestaba llamadas automáticas con un robot. Por ejemplo, si llamabas a un hospital, salían las opciones para dirigirse a un área en concreto”, cuenta.
El invento que despertó la inventiva
Antes de Playvox, Giraldo fundó otra empresa, Medularis, la cual trabaja con computadores y teléfonos precisamente. El objetivo era ayudar a las compañías que vendían por internet a conectar a sus usuarios en línea, con un representante de ventas en un call center, en menos de 15 segundos. “El sistema de Medularis trabajaba inmediatamente al entrar en un sitio y colocar el número de teléfono. Falabella fue nuestro primer cliente”, rememora.
Cuando mira hacia atrás y trata de buscar donde estuvo la primera chispa que lo llevó a tomar este camino, luego de renunciar a un empleo en un banco en Chile que no lo hacía feliz, el Ingeniero en Sistemas expresa: “el lado emprendedor puede haber surgido cuando mi papá inventó un software para que las empresas que vendían los minutos para telefonía, que era algo caro en Colombia, lo hagan de forma más segura. Allí hice de vendedor, iba y tocaba puertas, con spitch preparado, no me da vergüenza hacerlo”.
De Medularis a Playvox y directo a Sillicon Valley
Aunque estaba ahí, el emprendedor dentro de Oscar Giraldo se “despertó más tarde quizás”, como el mismo lo reconoce: “probablemente cuando me fui a Chile y tuve una experiencia laboral muy mala, en donde no me sentía valorado, ni tampoco que podía dar lo máximo de mí, estaba frustrado. Se despertó entonces ese bichito de ver y conocer otras alternativas, porque si no estaba feliz allí, ¿cuál era la otra opción?”.
Las vueltas que tiene la vida, lo llevaron a trabajar en una startup, todavía allí en Chile: “tenía unos 23 años y cuando vi lo que era crear una startup desde adentro, me dije a mi mismo ‘ah mira, yo también podría hacer esto’”, explica sobre aquel momento.
La insatisfacción como guía
Habiendo creado Medularis, recibió un llamado que lo cambió todo: “un cliente nos planteó la situación de que no estaban pudiendo convertir los llamados que le generábamos en clientes, por lo que quería cancelar el servicio”, comienza narrando y continúa: “fui a hablar y me llevé una sorpresa cuando me di cuenta que las personas en el call center estaban desmotivadas y por eso no vendían, a pesar del tráfico telefónico que lográbamos”.
Eso que sintió Oscar en aquel lugar, fue el puntapié inicial para todo lo que vendría luego: “así surge entonces Playvox, partiendo de esa concepción de como una persona desmotivada puede influir negativamente, tanto en desarrollo como desempeño”. Además, como si hubiese faltado otro empujón, el protagonista apunta: “fue curioso porque otro cliente del mismo rubro tenía resultados completamente diferentes y fui a verlos también, pero me encontré allí con un clima distinto, empleados motivados, valores, cultura sana y por lo tanto gente feliz, que trasladaba eso a resultados satisfactorios”.
Esos sentimientos calaron hondo, porque lo llevaron a Oscar a un lugar que el conocía muy bien: “me recordó a mi situación trabajando en el banco, donde no era feliz”. La idea de Playvox entonces, “nace con esa insatisfacción laboral, nos preguntamos cómo hacer para aliviar el estrés en los trabajadores, generar una experiencia positiva y que sean felices con lo que hacen, lo que, si se logra, resultará en un incremento de ganancias en las empresas, que podrían cumplir con la obligación de nuestros servicios”.
Misión, visión y razón
¿Por qué Playvox hace lo que hace? La pregunta es fácil de contestar para su fundador, porque el propósito está bien claro: “la misión que tenemos es que las personas en los call center tengan una buena experiencia, impactar positivamente en sus vidas. Partimos de un enfoque humanista, buscando que la mejor experiencia de los empleados haga crecer a las empresas”.
En cuanto a acciones concretas, destaca: “ayudamos a medir la calidad de servicio al cliente con tecnología, analizando llamadas, interacciones y presentando los resultados a la compañía, para lograr una mejora continua”. De todos modos, para ser más específico, ejemplifica: “cuando llamas a un call center, banco o empresa de telefonía y escuchas ‘esta llamada podría ser grabada para mejorar la calidad del servicio’, Playvox es lo que está detrás de eso”.
El emprendedor y ya empresario colombiano, vuelve a hacer énfasis en la razón sobre la que construyó todo: “emprendí muy enfocado en la emoción de insatisfacción propia, pero a la vez pensando en cómo hacer para que muchos otros logren salir de eso también. Más que en validaciones externas, me concentré en eso”. A su vez, describe una realidad que puede ser general a muchos emprendedores, sobre todo los que recién despegan: “fueron 5 años iniciales muy duros, no había reconocimiento, no había nada, pero no era lo importante, porque no trabajamos para obtener ese reconocimiento, sino para solucionar problemas diarios. Muchas veces estuvimos cerca de quebrar, pero aparecían de alguna u otra manera inversionistas que seguían manteniendo a flote el sueño”.
El éxito en cada mañana
El crecimiento de Playvox ha alcanzado sitios de enorme relevancia, como el mismísimo Sillicon Valley, la meca de startups tecnológicas. La compañía cuenta con una nómina de empleados que asciende a los 250 y que se dispersan en casi todos los continentes, con una modalidad de trabajo 100% remoto. Sin embargo, más allá de todos los logros y el porvenir de la empresa en si misma, el éxito para el CEO está en otro lado: “es despertarme todas las mañanas con la coherencia de que estoy haciendo lo que me apasiona y que el nivel de felicidad llega a unos puntos que realmente no puedo creerlo”.
Igualmente, aclara y completa: “por supuesto no todos los días son así, pero el éxito está ahí, cuando me levanto y me doy cuenta que todo lo que hago es porque lo elegí y porque quiero hacerlo, nadie me obliga a nada. Estoy alineado 100% con mis principios, sin hacerle daño a nadie y generando impacto positivo en otros para que puedan llegar a alcanzar su punto de felicidad”.
La unión del crecimiento personal y empresarial
El éxito, sea una sensación o así venga acompañado con datos concretos, se alcanza de diferentes maneras, sin embargo, en el hecho de emprender hay un modo que permite asimilar de mejor forma todo lo que sucede: “Cuando tu trabajas tanto, todos los días, y llegas a cierto punto, pues obviamente te puedes asombrar, pero en el fondo sabes que era el resultado esperado por todo ese esfuerzo y trabajo que se hizo”, explica Oscar.
“No es que de repente compraste un ticket de lotería y te lo ganaste y todo aparece de la nada, no, esto por ejemplo empezó cuando tenía 5 años, jugando con aquellos teléfonos y computadoras. La gente suele ver las historias de éxito y el final feliz, pero quizás en la prensa no sale todo el proceso que se transcurrió para que eso suceda”, resalta y suma una arista más que interesante para atender: “creo que tiene que ver con temas de crecimiento personal también, porque yo recuerdo que un momento Playvox no crecía y miré hacia adentro, empecé a invertir en mi persona, en cuestiones emocionales, espirituales y se dio un click, se equilibró lo profesional y personal”.
El futuro
“Uno como emprendedor tiene una visión de futuro, que debe plantearse de forma optimista, porque uno tiene la convicción de que llegará a donde se propone, ahora el tema es que no se sabe cuándo”, reflexiona sobre lo que viene y cierra: “puede ser en menos o más tiempo, ese creo es el factor sorpresa. Nosotros ahora queremos, por ejemplo, hacer la compañía pública, sacar un IPO, y si bien no sé cuándo sucederá, si se que llegaremos a ese punto”.