Promover el desarrollo económico a partir de la educación y la acción emprendedora
El destacable trabajo de Ever Israel Martinez Reyes se ha estructurado principalmente sobre dos pilares como las políticas públicas y el programa de emprendimiento, con el objetivo de promover el desarrollo local y crear puentes a gente de escasos recursos económicos. “La meta es que puedan realmente salir de su esquema, que logren sembrar semillas en su lugar de origen, que puedan crear desarrollo tanto en términos económicos, humanos y sociales a sus comunidades”, explica convencido.
A partir de allí, su extensa carrera profesional y académica lo llevó por numerosos puestos y cargos de prestigio en las esferas de la academia y el mundo corporativo. Hoy en día, como Vicerrector General de la Universidad de Oriente (UNIVO) e integrante del Consejo Directivo del Banco Central de Reserva de El Salvador, reconoce su palmarés con admirable humildad: “He tenido algunos logros, pero no es un éxito mío, son éxitos articulados. Son éxitos que trabajamos con la academia, con la empresa privada, con cooperación, con voluntariado. Se han sumado a los proyectos muchos jóvenes alumnos y se les han abierto oportunidades, acercando beneficios tanto a ellos como a sus familias. Cuando la gente cree en eso, participa y los impactos se ven de una u otra forma”.
Marca familiar
Esta clara conjunción de intereses que Martínez Reyes responde, como en muchos casos, a la más temprana inspiración. Lo que en principio puede no parecer encontrar vinculación, finalmente, puede resultar el motor de una fuerza transformadora.
“Mi mamá es maestra y mi papá era comerciante, por lo que tuve que hacer actividades comerciales a los nueve años junto a él. Dos conceptos diferentes, mi madre dedicada a la educación y mi padre en otro ambiente. Eso me generó una inquietud desde ese momento”, confiesa.
Empresarios Juveniles, una de las primeras experiencias
Repasar algunos de los hitos a lo largo del camino recorrido por Martínez Reyes resulta muy esclarecedor en términos de comprender su labor y su verdadera incidencia en el desarrollo de propuestas de impacto para la sociedad salvadoreña.
Al comenzar repasarlo, una de sus acciones iniciáticas de trató del proyecto Empresarios Juveniles, el cual fundó cuando trabajaba a nivel de bachillerato dando las materias contables. “Una de las cosas que notábamos era que el alumno se encajonaba solo al momento teórico y no estaba llevando su momento a la práctica, y en ese sentido logramos que el alumno tuviera que hacer un porcentaje en el aula y otro porcentaje en el programa”, recuerda.
“Logramos articular el proyecto con una o dos materias en el bachillerato, los fines de semana cada quien hacía como un programa de emprendimiento, sacaba su invento, lo sacábamos a la venta y se generaba una oferta y demanda”, continúa, y confirma: “Fue un programa muy exitoso, muchos empresarios que están en relevos en este momento son producto de ese proyecto”.
Llegada a la Universidad: solución a la crisis y cambio de enfoque
El actual Vicerrector llegó al a Universidad en 1984, y apenas un par de años después la situación se tornó realmente complicada por la emigración masiva a causa de la guerra, bajando en gran medida la matrícula. Con respecto a esto, Martínez Reyes rememora: “Teníamos dos opciones, cerrar la institución o cambiar el modelo educativo. Eso fue lo que hicimos, creamos una estrategia de dos grupos, un plan normal de lunes a viernes y otro especial sábados y domingos para quienes trabajaban. Ese invento nos dio un espacio y empezamos a penetrar en toda la zona oriental del país”.
Luego de esta instancia, se enfocó en sus premisas principales: “Yo siempre propuse trabajar enfocando en que el joven tenga una oportunidad en empleabilidad o una oportunidad en emprendimiento”, indica, y complementa: “Entonces creamos la Unidad de Emprendimiento, diseñamos una guía técnica para preparar planes de negocio, capacitamos a los jóvenes de la carrera de comercio y a la gente le fue gustando. De ahí nacieron varios jóvenes que se volvieron empresarios”.
Centros de Desarrollo Empresarial, el siguiente paso
“A lo largo del tiempo fuimos modificando la currícula en la Universidad y hoy por hoy todas las carreras tienen materias de emprendimiento. Esto permitió que tengamos el Centro de Desarrollo Empresarial”, asegura con orgullo. Estos centros, por su parte, están compuestos por la Unidad de Emprendimiento, la incubadora y la aceleradora.
“Justamente con la aceleradora”, explica Martínez Reyes, “logramos una asociación público-privada con el gobierno en 2014 que permitió que integremos la academia, la investigación y la proyección social a un objetivo”.
En este sentido, destaca que este servicio prestado a la comunidad fue gratuito y que “representó un éxito para nosotros ya que inscribimos a 600 microempresas, teniendo hoy por hoy empresas que están exportando calzado, otras en agroindustria, textiles y empresas abiertas en otro tipos de proyectos colaterales en informática”.
El éxito de Puentes para el Empleo
Otro de los impactos reales en la sociedad de su país, se dio con la ejecución del programa Puentes para el Empleo, un fondo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo que la UNIVO ganó para preparar a mil jóvenes de escasos recursos en habilidades de programación.
Con respecto a esto, Martínez Reyes asegura: “Hoy por hoy el programa es una estrella de la UNIVO, el 100% de las personas que logramos graduar están o en la vía de la empleabilidad o del emprendimiento. Ha sido un proyecto tan exitoso que nosotros mismos queremos reclutarlos, sin embargo sus compromisos ya están con otras instituciones, tanto en el país como en el exterior”.
Surgimiento de ADEL San Miguel
A partir de esa enriquecedora experiencia, Martínez Reyes intentó vincular otras universidades para generar un proyecto de mayor impacto, aunque la competencia interna lo impidió: “Encontré una barrera muy fuerte y fue cuando empecé a crear la Asociación de Desarrollo Económico Local San Miguel, que no pertenece a ninguna institución educativa y tiene como objetivo trabajar fuertemente en los programas de emprendimiento, desarrollo local y tecnológico”, ilustra.
“Tenemos gente haciendo pasantías, proyectos, trabajo comunitario, estamos trabajando con el tema de la responsabilidad social y apuntamos a medio ambiente y la parte tecnológica”, explica Martínez Reyes. Seguidamente, desarrolla: “Toda la academia puede depositar sus alumnos a hacer apoyos en diferentes proyectos, hoy en día tenemos ciento cincuenta jóvenes haciendo programas de especialidad en matemática, de ciencias, tecnología y se está trabajando un proyecto de emprendimiento”.
Satisfecho con lo realizado, reconoce: “Hemos descubierto jóvenes muy talentosos que ahora estamos buscando un eslabón para insertarlos con becas en el exterior, tenemos que buscarles todas las herramientas técnicas para que alguno de ellos lo consiga”.
Su Rol en el Banco Central
Como miembro del Consejo Directivo del Banco Central de Reserva de El Salvador, su función e intereses representados destacan por su claridad: “Nosotros estamos viendo los intereses como representación de la academia en el país, y también articulamos con temas como la educación financiera”, esclarece.
A propósito de esto último, Martínez Reyes argumenta: “Uno de los problemas que encontramos en la academia con el mundo empresarial, es que la mayor parte de negocios han fallado por no tener educación financiera. Por eso, desarrollamos un evento para cien mujeres emprendedoras y les brindamos apoyo desde ese lado, que luego permitió generar un programa de apoyo de capital semilla. En definitiva, articulamos los esfuerzos públicos y privados en beneficio de este sector”.
Apostar por la educación: la mejor y única opción
Finalizando con su recorrido, el Vicerrector General de la UNIVO se toma un instante para reflexionar acerca del rumbo adecuado para el desarrollo próspero de su región: “Puedo elogiar varias cosas que hoy en día se están haciendo bien, la apuesta más grande de un país como el nuestro es la educación, mejorar la calidad educativa a todo nivel”, asevera con convicción.
Sin embargo, es claro con una condición no menor: “La respuesta debe ser a largo plazo, un proyecto que se sostenga”, señala, y concluye: “Necesitamos un modelo educativo que responda a un emprendimiento basado en investigación, basado en la transformación e innovación, por eso hay que apuntarle a las nuevas generaciones. Los jóvenes deben aprender nuevos métodos, idiomas, conocimientos. Si eso se da en el país tendremos un desarrollo en crecimiento y transformación”, concluye.