Sebastián Renzacci
Desde Hong Kong 
Cuando los argumentos para explicar lo que se hace van hacia los rincones más íntimos de los deseos, a los orígenes más lejanos, lo que se pone en juego y brota incontrolablemente, sin dudas, es la pasión. Por eso, para María Fernanda Giraldo Quintero nunca hubo una mejor opción que ser ella misma: “Desde muy pequeña ha estado en mi ese bichito emprendedor que te mueve, eso me define”, asegura convencida.
A pesar de poder recorrer otros caminos, la colombiana residente en Chile hace nueve años ha decidido transitar el que le genera mayor satisfacción: “Podría haber tomado la decisión de contratarme y estar tranquila, pero en el día a día me emociona el generar cosas nuevas, pensar qué hacer, cómo mejorar algo, cómo ofrecer nuevas alternativas. Ese es el paso para luego poder subirse a este carro del emprendimiento, que tiene sus desafíos y no son menores”.
Bastante antes de lanzar su proyecto actual, Giraldo detectó por primera vez lo que sería la semilla generadora de su idea de negocios. Aunque muchas veces pensar demasiado a futuro termina siendo inútil, dar un pequeño pasito hacia adelante para emparejarse con las tendencias y los fenómenos que están por ocurrir puede cambiarlo todo.
“En el año 2005 me mudé a Estados Unidos y empecé a notar que la dinámica del ecommerce funcionaba súper bien, pagabas y comprabas por internet sin ningún problema. En cambio, cuando vivía en Colombia veía que ni pensábamos en comprar zapatos o vestidos por internet sin ir a los locales”, explica sobre el viaje que cambió su percepción. A partir de allí, viendo la oportunidad de mercado y siguiendo su espíritu emprendedor, se apasionó, comenzó a formarse y abrió su propia tienda virtual de ropa y zapatos.
En medio de esa reveladora etapa que incluso arrojaba buenos resultados, debió volver a Colombia por cuestiones personales y trabajar contratada, aunque nunca se separó de esa oportunidad que entendió existía en Latinoamérica. “Al llegar a Colombia vi la misma dinámica, entonces entendí que la región iba para ese lado y lo seguí de cerca. Luego salieron las aplicaciones móviles y ya no tuve ninguna duda, por lo que me dije a mi misma que mi próximo emprendimiento iba a ser un ecommerce con una App móvil donde intermediemos y mejoremos una industria”, recuerda.
Justamente ese próximo emprendimiento fue la App de belleza que hoy no para de crecer internacionalmente y que, como todas las buenas ideas, nació para resolver un problema: “Como otros tantos emprendimientos, nace de una necesidad que uno mismo tiene en el día a día. Yo nunca podía ir a la peluquería o hacerme las uñas, no me cuadraban las horas, ahí hice match entre mis necesidades y lo que analizaba, y me lancé”, afirma Giraldo sobre aquel punto de partida en el 2016.
Penélope es la primera App especializada en belleza a domicilio en Chile, prometiendo brindar un servicio de calidad en inmediatez y comodidad. En concreto, lo que hace es conectar clientes con profesionales de esta industria, ofreciendo servicios de uñas, cabello, maquillaje, depilación, ojos y hasta una atención especial para novias en su boda.
“Tenemos un standard alto de calidad y procesos rigurosos a la hora de elegir a los profesionales que aplican para poder ofrecer realmente algo superador”, asegura la fundadora de esta startup que ya cuenta con más de 6.500 clientes activos habituales y opera en seis ciudades de cuatro países distintos: Santiago en Chile, Bogotá, Medellín y Cali en Colombia, Ciudad de México y San José de Costa Rica.
“Cuando empecé con esto pensé que mi App tenía que ser líder en Latinoamérica, ofrecer una solución a esa mujer que viaja, que se cuida, que tenga la oportunidad de hacerse las uñas a donde sea que vaya”, argumenta Giraldo, y confiesa: “Mi visión siempre fue muy pensada en grande, no solo quería ser los primeros en Chile, sino los primeros en Latinoamérica”.
En esta línea y con mucho tino, la decisión inicial del nombre que llevaría la aplicación tuvo que ver completamente con eso que proyectaba: “Muchos piensan que yo me llamo Penélope, pero no, la llamé así porque quise empoderarlo con un nombre de mujer que sonara muy bien en la región. Soy anti nombres clichés u obvios, por eso traté de darle personalidad y creó que lo logré”, explica.
Al igual que a la gran mayoría de los emprendedores alrededor del mundo, la aparición del Covid-19 y las consecuentes cuarentenas pusieron en verdadero peligro a la empresa. Así lo recuerda Giraldo: “Estábamos recién despegando y llegó la pandemia, lo que nos paralizó el negocio y quedamos parados. Fue un momento complejo, no sabíamos que hacer”.
Sin embargo, la respuesta ante esa amenaza fue totalmente opuesta y positiva: “Ahí tomé la decisión de expandirme cueste lo que cueste, no podía ser que el negocio se te caiga, y a partir de eso abrimos en Colombia”, relata con mucha satisfacción.
Con ese disparador e incentivados por los objetivos de aceleración que les proponía CORFO, una institución chilena de donde Penélope ha levantado fondos, la compañía despegó territorialmente con notable éxito: “La intuición que nació en medio del terror fue algo coherente con los resultados de la expansión”, asiente Giraldo.
La posición que hoy ocupa Giraldo como líder de una startup en pleno crecimiento, la transforma automáticamente en una voz más que legítima para pensar un ecosistema en donde al menos por ahora suelen verse más hombres: “Por razones obvias e históricas los emprendimientos masculinos llevan la delantera, pero creo que la mujer ha venido empoderándose en esta sociedad y eso sin dudas va a seguir creciendo”, considera al respecto.
En este sentido, la CEO de Penélope tiene una opinión muy clara: “El hombre y la mujer tienen cualidades y condiciones distintas, eso no los hace mejores ni peores, se desenvuelven en el entorno con sus habilidades y con sus diferencias”, enuncia y sostiene: “Siento que la mujer tiene mucho para aportar desde su lado más humano, siempre digo que hay una inteligencia emocional que tenemos que ayuda muchísimo a trabajar en equipo y a inspirar a otros para alcanzar resultados. Esas diferencias son las que las mujeres hoy pueden aprovechar en su entorno y en lo que hacen”.
“Cuando uno emprende, si no haces algo superior a ganar dinero creo que no estás haciendo nada. Tienes que tener un propósito”, empieza reflexionando Giraldo. Seguidamente, expresa: “A mí lo que me gratifica de este proyecto es ver la cantidad de mamás, cabezas de hogar que hoy trabajan con nosotros y logran sentirse independientes y empoderadas”.
En el fondo, el objetivo más puro de Penélope para su creadora responde finalmente a sus motivaciones iniciales, ofrecer mejoras y nuevas alternativas: “Siento que estamos haciendo algo trascendental y es empoderar a la mujer con independencia económica, que realmente pueda decir ‘yo puedo hacerlo sola’”, concluye.
Con la inercia propia de los soñadores y de los proyectos auspiciosos, Giraldo y Penélope App no piensan detenerse en lo conseguido hasta aquí, sino que se plantean objetivos que responden a esa meta continental.
“Nuestro objetivo para terminar 2022 es estar operando en diez ciudades de Latinoamérica, ya vamos más de la mitad del camino recorrido. Estamos en proceso de reclutamiento en San Juan de Puerto Rico y en dos ciudades más de Colombia que son Villavicencio y Bucaramanga, y próximamente también en Lima o Quito, que hoy están en proceso de evaluación”, expone Giraldo acerca de su ambicioso y prometedor plan.
desde Chile 
