Una búsqueda ininterrumpida desde los 14 años: la visión de ir por más

A corta edad, el mitad Costarricence y mitad Dominicano, Jorge Vargas, se interesó por la programación, computación y los videojuegos, pero no tanto por jugarlos, sino por conocer que había detrás de su funcionamiento, cual era la magia. Esa búsqueda los llevó a iniciarse tempranamente en labores relacionadas al software, casi al mismo tiempo que pasaba a la universidad. Allí, confirmó su pasión por la programación, aunque no siguió el camino de los videojuegos.

Sus ojos ya se posaban en algo que iba más allá, con el futuro mismo. Fue un pionero al comenzar a trabajar con Python, un lenguaje de programación que, como el mismo lo dice, nadie lo trabajaba localmente”. Esa visión lo llevó a traspasar las fronteras y darse cuenta lo que realmente quería: “había una gran comunidad internacional en ese sistema. Trabajé con Inglaterra, Estados Unidos y en un momento llego a la conclusión de que debía crear mi propia compañía de software”.

Crear lo propio cuando no hay nada

Si se lee entre líneas, aquí está la primera enseñanza del viaje que ha sido la vida de Jorge Vargas. Construir su propio negocio al no encontrar nada que lo sedujera ni movilizara. “No encontré a nivel local nada atractivo para sumarme, ninguna empresa me ofrecía lo que yo podía dar, entonces funde la compañía”, afirma.

Su primer gran éxito fue dar el paso, crear la compañía que basaba sus funciones en un sistema que prácticamente nadie utilizaba y que hoy es de los más reconocidos en el mundo, como python. Luego vendrían muchos más, como reconocimientos de FORBES, Maven y hasta el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, por la proyección y logros de Codemera, como se llama su empresa de software.

Cómo hacer el negocio más negocio: “Ese famoso primer millón”

Una vez montada la estructura de su compañía, Jorge comenzó a pensar en su modelo de negocios, a formar su mente emprendedora y entre más investigaba, más caía en la cuenta de que los caminos no eran los correctos: estamos haciendo todo mal. Éramos una compañía con gran cantidad de empleados y no llegábamos a la valuación de 1 millón siquiera, cuando yo veía que startups con apenas 10 personas trabajando eran mucho más valiosas.

El cruce con Startup Weekend

Definitivamente instaurado como un emprendedor, en la búsqueda constante de “ese famoso primer millón”, como lo describe el mismo, es que se topó con Startup Weekend, un evento de 54 horas en donde emprendedores, desarrolladores y entusiastas mueven ideas, generan conexiones y más. “Se alinearon los planetas y dimos con un evento de Startup Weekend en un viaje programado que teníamos. Me encantó su propuesta y me volví voluntario entonces del siguiente startup weekend que fue el que se realizó justamente aquí en Santo Domingo”, cuenta Jorge.

Además, en su constante investigación e interés por el ecosistema emprendedor de República Dominicana, “llego a la conclusión de que no había una comunidad de emprendimiento local. Las universidades hacen cosas por su lado, había una incubadora y un fondo, pero una comunidad como tal, de emprendimiento, no existía. Entonces, con la chispa inicial de Startup Weekend, comenzamos a trabajar en eso. Llevamos ya más de 20 eventos realizados en conjunto”.

“La mentalidad emprendedora que buscaba”

Trabajando en la idea de esa comunidad emprendedora mencionada, Jorge comenzó a ver algo de lo que imaginaba: “Empecé a encontrarme con la mentalidad emprendedora que buscaba y me crucé con mucha gente conocida. Aquí en dominicana todos nos conocemos, es fácil tender redes de contacto, siempre hay un amigo, un primo, un conocido y por eso el ecosistema se volvió rápidamente compacto”.

Co-Working space: la antesala a Venture.do

En colaboración con algunos de los organizadores locales de Startup Weekend y otros socios, Jorge Vargas inició un co-working space, en donde convivían, entre otras actividades, emprendimientos y programación. “Fue una experiencia muy interesante para generar ese sentido de comunidad, pero financieramente no se sostuvo”, relata con cierta desazón el protagonista, aunque el proyecto no se terminó por completo, sino que viró a un espacio de busqueda de otros co-working spaces, que tiene función de directorio hoy día también. 

La experiencia no fue para nada en vano, porque dio pie a lo que es hoy el gran proyecto que lidera el propio Jorge: “Lo que más disfruté en ese periodo de co-working  fue el programa de aceleración de empresas que creamos. Me enamoré de aquel programa y es lo que hoy en día se ha transformado en venture.do”.

Cinco años y contando para venture.do

Una nueva aventura iniciaba para Jorge Vargas, pero que lo encontraba ya consolidado como un emprendedor con éxito, gracias a su empresa de software Codemera y otras experiencias de liderazgo.

“Pasamos de tener un espacio físico, en cual se hacen múltiples actividades, incluyendo la aceleración de empresas, a enfocarnos en encontrar talento, empresas, desde temprana edad para apoyarlos”, refiere acerca de Venture.do y agrega: “Se trata de cerrar un ciclo, crear emprendedores exitosos y hacer girar la rueda para que ellos entrenen a los que vienen. Nuestro foco es validar la idea y llevarla al mercado, que sea rentable, funcional, para luego pasar a la siguiente etapa”

Una aceleradora para potenciar el ecosistema emprendedor en República Dominicana, ese objetivo que tanto lo motiva a Jorge, ya es una realidad y hace 5 años que funciona: “vamos desde levantar capital, hasta ayudar en las decisiones de la compañía, es un apoyo total”.

¿Qué hace falta?

“Siempre nos preguntamos ¿Qué hace falta?, enuncia el experto programador y luego contesta: “hace 10 años no existía comunidad, se hizo. Luego, dimos cuenta de que faltaba apoyo para escalar compañías, guía de expertos y eso es venture.do. Pero hoy en día seguimos haciendo esa pregunta y, lo que yo creo que todavía falta, es cambiar la mentalidad de ser empresario local o emprendedor tradicional, a pensar en startups de gran escala”.

Dos modelos para hacer crecer múltiples ideas y empresas

Más que una aceleradora, ahora mismo venture.do se define como un venture studio, en el que se opera de dos modalidades diferentes. Una primera más tradicional, en la cual a los proyectos que llegan, se les detectan necesidades y se le otorgan soluciones, sea un co-founder, tracción o hasta tecnología. La segunda manera, es un modo de studio como tal, pero Jorge aclara: “en vez de ser un fondo o aceleradora que invierte en 20 empresas al año, nos enfocamos en tratar de sacar 1 o 2, invirtiendo una cantidad significativa de recursos”.

Se trata de un modelo más propio, pronunciado en la compañía. “Generalmente las aceleradoras o fondos de inversión son más de ‘toma el dinero y nos vemos cuando sea necesario’, pero aquí se trata de identificar el mercado, presentarse entre founders. En resumen, mayor intervención en el desarrollo y con toma de parte de la compañía”, comenta su fundador y managing partner.

¿Qué modelo se acerca más al éxito?

“Vamos probando los dos modelos en paralelo. Por ahora tenemos dos empresas que les ha ido muy bien con la aceleración y otras dos que les fue muy bien con la incubación interna y el modelo del studio. Otras dos más están en etapa de validación. A nivel de éxito diríamos que estamos 50 y 50, según el modelo”, responde Jorge.

Sin embargo, su definición se extiende: No hay una sola fórmula del éxito para crear compañías, porque si fuera así no estaríamos haciendo esto para generar startups. Hay que entender que cada empresa necesita una serie de pasos y cosas diferentes para ser exitosos”.

Requisitos para ingresar en los programas de aceleración de venture.do

La tesis de inversión de venture.do se enfoca en tres grandes vertientes, que su creador explica: productos digitales o mayormente digitales y que sean agnósticos al mercado, son las primeras dos. Esto último es porque en República Dominicana es difícil operar y no hay una gran capacidad de compra. Tercero y último, tener tracción, no tomamos empresas que no estén facturando, que no tengan un prototipo validado. Necesitamos la tracción, no incubamos mentalidad de emprendimiento, sino que trabajamos con la empresa ya existente”.

Mi TierraE´RD

El programa de aceleración, Mi TierraE´RD, tiene 3 requisitos adicionales, que también pasa a explicar Jorge Vargas: uno de los founders debe trabajar tiempo completo en la compañía, facturación anual alrededor de 25.000 USD y la visión del founder debe ser expansiva. Uso un ejemplo de restaurantes siempre, para decir que nosotros vamos por aquel que quiere montar una cadena, no quedarse con uno solo”.

Empresas aceleradas por venture.do y la opción de ir al norte o al sur

Siempre es bueno ejemplificar, para dar cuenta del trabajo que se hace y en este caso, Jorge tiene ya material del que agarrarse para poder explicar mejor lo que venture.do le ha otorgado a las compañías que pasaron por sus programas de aceleración e incubación.

Kasta.co y alterestate, son dos compañías surgidas del programa de aceleración tradicional, pero además sirven para entender algo muy interesante que es el hecho de expandirse hacia el norte o el sur, teniendo en cuenta que República Dominicana cuenta con una ubicación en el centro del continente americano.

“El ecosistema emprendedor en RD es una burbuja, no llegamos a ser el 5% de la población del país. Es un mercado difícil de trabajar, pero tenemos ventaja a la hora de exportar y crear productos que funcionen en Estados Unidos con menores costos operativos o que funcionen en Latinoamérica, estamos ubicados en una posición estratégica, expresa Jorge.

Así entonces, AlterState se pensó para exportarse en América Latina, ya que el mercado de bienes raíces es muy similar en toda la región y muy distinto a Estados Unidos. Pero con Kasta.co, pasa a la inversa, ya que al ser un casting de voces el núcleo de la idea, tiene mejores posibilidades de penetrar en USA, donde ese tópico está más organizado. Finalmente, para poner ejemplos del modelo venture studio, menciona a PrintHouse, agronet.do y alternaacademy.com.

“Orgullo y felicidad”: la Next Idea de Jorge Vargas está en proceso

Dos sentimientos igual de fuertes lo inundan a Jorge cada vez que ve triunfar a un emprendimiento que pasó por las filas de venture.do: Orgullo y felicidad. Se que también es algo cliché, pero esa frase de cuando ‘el estudiante supera al maestro’, es de las cosas más gratificantes que hay”. Sin embargo, hay algo que supera un poco a eso:lo mejor es ver cuando esa gente vuelve y contribuye al ecosistema, a la economía que alguna vez los ayudó a ellos. Esa es la meta final. Siempre he tratado de fomentar eso, de si alguien te dice que no, te pueda presentar a otro que diga sí. Mismo si no entraste a nuestro programa, te podamos ayudar a que sepas que te falta para el próximo año si poder ingresar”.

Empoderar a terceros

“Me he dado cuenta que nadie puede enfocarse 100% en dos cosas al mismo tiempo. Hay que saber escoger las batallas, porque todos tenemos 24 horas al día. Entonces, hay que buscar empoderar terceros, para que eso que quieres que pase, suceda efectivamente”, comenta Jorge a modo de enseñanza y cierra: “Un momento clave de mi compañía de software fue cuando me di cuenta que yo no podía seguir programando y liderando al mismo tiempo, no me alcanzaba el tiempo, me atrasaba. Me encantaría ser cabeza de la mitad de las compañías que apoyamos, ser co-founder de todos, pero no es realista hacer todo al mismo tiempo”.