En algunos casos expuestas de forma más evidente y en otros de manera pasiva, existe una serie de maniobras malintencionadas por parte de una empresa para lograr que un empleado renuncie "voluntariamente". Principalmente con el motivo de intentar eludir su despido y por consiguiente su indemnización, estas operaciones se basan en un desgaste lento y desmotivador. De esta manera, así se produce el denominado “despido silencioso”, el cual le quita a cualquier empleado las ganas de hacer bien su trabajo.
Por otro lado, a pesar de que en muchas ocasiones el motivo de tal postura institucional radica en cuestiones económicas, también pueden estar presentes razones de reputación. Es decir, posiblemente la imagen de la empresa se verá desmejorada ante despidos, por lo tanto se intentan evitar. Así también, suele ocurrir que institucionalmente la empresa no tiene la intención de generar un despido silencioso, pero igual se produce. Aquí usualmente los problemas están relacionados con la comunicación de la organización. Hasta en muchas ocasiones se suele responsabilizar a un líder, ya sea por no contar con la formación necesaria o llevar adelante una mala gestión.
De esta manera, cuando la intención está, son múltiples los indicadores que reflejan esta postura institucional por desgastar a un trabajador. Dentro de algunos de los recursos utilizados se puede mencionar la ausencia durante un tiempo prolongado de un aumento del sueldo. También suele hacerse presente una total falta de comunicación con el empleado, casi como si no trabajara allí. A su vez, sea cual sean las maniobras realizadas, lo importante a resaltar es que las consecuencias se observan en la disminución del compromiso y la falta de motivación de los empleados. Una realidad que también afecta a la organización, ya que su productividad disminuye notablemente.
Desde la perspectiva de la víctima en estos casos de despido silenciosos, es posible afirmar que la relación con sus superiores dice mucho. Si el empleado comienza a observar situaciones inusuales u observa que el feedback ha desmejorado notoriamente, puede que sea necesario comenzar a tener en cuenta este concepto de “despido silencioso”. No obstante, si esta realidad se produce de forma aislada no necesariamente es un caso de mobbing. Es decir, la alerta debería encenderse si esto se mantiene en el tiempo de forma constante.
Sumado a esto, precisamente para aquellos que cuantifican las horas dedicadas a proyectos y actividades, si las mismas sufren una baja considerable por decisiones directivas esto también se puede comprender como otro indicio. Asimismo, otro ejemplo es cuando el empleado deja de ser convocado a reuniones. Ya sean dedicadas a planificar, controlar, tener un seguimiento o reuniones de organización. Más aún si anteriormente era tenido en cuenta y, por lo tanto, se produce un contraste notorio.
Generando un notable desgaste laboral, el despido silencioso afecta a muchos profesionales. Conoce de forma clara y concreta cuáles son las maniobras realizadas a nivel institucional para generar la renuncia de un empleado.
Cuando el tiempo pasa y el sueldo es el mismo durante años, puede que exista la intención por generar aquella desmotivación señalada. A su vez, esto no solo debe ser pensado en relación a factores económicos como puede ser la posible inflación a nivel país, sino también respecto a un balance anual de trabajo. Es decir, si se cumplieron los objetivos propuestos o se cumplió debidamente con los compromisos asignados.
El desgaste no se produce solamente por operaciones que invisibilizan al empleado o lo dejan relegado de todas las tareas. En muchas ocasiones también se lleva adelante la carga de compromisos sin una justificación clara o argumentada. Inevitablemente, las consecuencias de las mismas serán estrés y también posibles errores debido al cansancio.
Cuando un equipo es intervenido o se producen determinadas reorganizaciones puede que, al no ser gestionadas correctamente, se genere cierta inestabilidad. De esta manera, en estos casos de despidos silenciosos ocurre que tales cambios tienen el objetivo de eliminar las responsabilidades de un empleado dentro del equipo. Por lo tanto, al paralizar las tareas que este realizaba habitualmente, la víctima queda en un limbo sin una función clara.
Con el fin de detener las actividades o el margen de maniobra de un empleado, muchas empresas también recortan y detienen proyectos laborales. Con esta maniobra, la víctima del despido silencioso se encuentra imposibilitada de concretar aquellos objetivos propuestos y comenzará a manifestar malestar.
Por último, es necesario resaltar que estas operaciones traen consecuencias negativas por diferentes motivos. Si son pensadas respecto a cuestiones funcionales o de reputación, las mismas no hacen más que empeorar el ambiente laboral. En primera instancia, la confianza de los demás empleados se degradará indefectiblemente. A su vez, un empleado desmotivado y falto de compromiso no hará más que perjudicar a los demás compañeros.
En otros aspectos, el capital humano es fundamental para una empresa. Es por eso que cuando el mismo no es valorado como corresponde se pueden ver grandes problemas en relación a su productividad y eficiencia. Cuestiones como la creatividad, la capacidad resolutiva y la calidad de trabajo son algunos de los aspectos que desmejoran notablemente cuando el ambiente laboral no es favorable. Además, frente a este marco de despido silencioso también se puede producir una respuesta del trabajador llamada “renuncia silenciosa”. Una postura en donde el empleado manifiesta indiferencia y no le importa ser despedido.
