Ever Israel Martínez Reyes
Desde Salvador 
Es fácil reconocer a una persona apasionada. La forma de hablar, de querer destacar su vocación, que muchas veces va más allá de la propia profesión, título o certificaciones, realmente sobresale. Eldra Hernández Calcerrada es una de esas personas, a las que le brota la pasión y si bien su formación inicial se ha dado en el plano empresarial privado, con Administración de Negocios y Recursos Humanos principalmente, su mayor orgullo ha sido el camino realizado a través de la enseñanza.
La vida la cruzó con la posibilidad de dar clases y cursos en prestigiosas universidades, hasta establecerse como catedrática de la mayor casa de estudios de su país, la Universidad de Puerto Rico. Eldra, quien alguna vez fue una joven entusiasta, hoy es una mujer experimentada que disfruta de acompañar y guiar a jóvenes con el mismo entusiasmo que ella supo demostrar y que hoy sigue teniendo, pero desde una posición diferente, siendo la referente y asumiendo el compromiso de velar por la educación y formación de los jóvenes.
Hija de agricultores, criada con valores muy marcados sobre la importancia del trabajo, por personas que siempre labraron la tierra, Eldra reconoce: “Vi en mis papás y abuelos el trabajo duro”.
Una vez en la Universidad, su interés estaba en estudiar la carrera de Física, pero cuenta “dicen por ahí que lo que está en la vena siempre llega y con la familia y los negocios, finalmente comencé en la empresa privada aquí en Puerto Rico, cumpliendo diversas tareas”. Sin embargo, el destino tenía reservado un camino alternativo, que se convertiría en su ruta principal: “un día, me invitaron a dar una clase de supervisión en una Universidad Privada y lo acepté. Fue una experiencia muy buena, me quedé mucho allí, compartiendo tiempo con la empresa. Luego, llego a la Universidad de Puerto Rico, por invitación de una persona muy respetada, principalmente por mí y al cabo de un tiempo ofrecí dar clases allí, transmitir mi experiencia, encaminar personas hacia sus sueños”.
Eldra confía que: “realmente nunca pensé en llegar a dar clases a otras personas y enseñar. Yo más bien me veía dirigiendo un área de RRHH que es lo que hacía en la empresa. Recibir esa invitación, para enseñar supervisión y ver un salón con 50 personas, muchas de ellas mayores que yo, escuchándome, fue algo raro, pero luego me di cuenta que eso era lo mío”.
Resumiendo lo que ha sido su recorrido profesional y personal también, porque su vida ha quedado ligada ya al hecho de enseñar a crecer, en base a su propia experiencia, define y narra: “ha sido una vida de establecer metas. Se los debo a mis padres, en el sentido de que siempre he sido independiente en los criterios. Mi padre siempre me dijo: 'para hacer las cosas bien, tienes que aprender'. Si quieres tener un negocio, tienes que aprender de abajo y así lo hice. No ha sido un camino fácil, ha sido un aprendizaje constante. La vida es un caminar y cada uno hace su propio caminar, ya sea éxito, fracaso, aprender de esos fracasos, encontrar oportunidades, ayudar a otros y en definitiva no caernos, más allá de las altas y bajas de la vida”.
Trabajar hace tantos años con jóvenes que buscan encontrar y encausar su futuro, hacia el éxito desde lo académico y profesional, sumado a su área de expertise desarrollada en ámbito privado, le ha a dado a Eldra la capacidad de poder leer la situación y el contexto en el que sus estudiantes se ven inmersos.
“Hay mucho trabajo y cosas para hacer”, expresa la catedrática y añade una apreciación con un deseo de carácter personal asociado: “Siempre he tenido el sueño de que los emprendimientos comunitarios, ecológicos, se den con frecuencia, pero para eso hay mucho camino por recorrer y pienso que la base de todo es la educación”.
Tal como enunciaba anteriormente, la protagonista cree que la única forma de avanzar es sentando las bases en una educación de calidad, que comience desde pequeños: “En Puerto Rico se trabaja mucho con los niños, desde la primaria, para que ellos puedan desarrollar el saber emprendedor y se está logrando. Yo personalmente colaboro con una organización sin fines de lucro, que trabaja con niños y creo fervientemente que es desde la escuela primaria, la base, desde donde debe iniciar todo”.
Una vez en carrera, en la Universidad de Puerto Rico, Eldra entiende que llega el turno de “Reforzar la educación emprendedora, darle herramientas, apoyarlos, porque en todas las ramas de conocimiento se puede emprender. Yo insisto que me gustaría que sea desde el lado de proteger la tierra o en salud, hacerla accesible para todos. No ver el emprendimiento solo como negocio, sino como algo que aporte al bien general”.
Más allá de su papel de docente, la experta en ética del empleado público, se define: “Yo siempre me he visto como un agente de cambio. Pero no soy una persona que obligo a la gente a cambiar, sino que los guio, los llevo a que aprendan como yo, de lo bueno y lo malo”. El objetivo, es que "el resultado sea el que aspiran alcanzar. Hasta ahora he tenido muy buenos resultados, con egresados, ex alumnos, que siguen en contacto”.
“Siempre he pensado que los seres humanos, jóvenes especialmente, todos son líderes, todos tienen ideas. Es cuestión de conocerlos, saber lo que desean, pulirlos y dejarlos ir”, enuncia Eldra y agrega respecto al modo de llevar adelante ese proceso: “Llevar, pero sin obligar, dar tiempo a que salga”.
En la visión de la experimentada entrevistada, “los jóvenes se están destacando y son futuros líderes. Si bien vivimos un mundo turbulento, parte de esa turbulencia es la que trae soluciones y personas que aportan. Aquí los jóvenes tienen la oportunidad de aportar mucho”, y confirma que, a su entender, “líder no se nace, sino que cualquier ser pensante puede desarrollarse, ver las oportunidades y aprovecharlas. Tampoco hay solo una oportunidad, porque cuando una pasa, surge otra”.
Uno de los temas predilectos de las cátedras de Eldra tienen que ver con la ética ligada al trabajo. Para la especialista, se trata de un elemento fundamental para el buen andar de cualquier compañía, así como para el crecimiento del ecosistema emprendedor ven la región: “Todo negocio debe ser transparente, no importa si es privado o público”.
Allí entran en juego entonces “La educación de todos los miembros del negocio, con espacios de desarrollos de idea”, pero además, resalta la importancia de focalizar en “El perfil de empleado que cada empresa o emprendimiento quiere tener. Tiene que ser con valores, principios, con compromiso por parte de los dueños o creadores de compartir la integridad que solicitan en los empleados. Desarrollar un buen perfil de empleado es fundamental para el éxito”.
Siguiendo con las conjeturas a nivel Recursos Humanos, su área de mayor expertise, afirma: “Es importante valorar, no solo como parte de un recurso vital, sino como esencia, respetar y honrar los compromisos. Debe existir una armonía en todos los sentidos. Reconocer los aportes en el día a día. Yo les digo a mis estudiantes siempre que lo más lindo es cuando un jefe todos los días llega y saluda de buena manera, al igual que reconoce el valor de sus empleados”.
“Todavía tengo mucho por hacer”, dice con seguridad Eldra y anuncia: “próximamente, cuando me retire en 5 o 6 años de la Universidad de Puerto Rico, quiero hacer un libro que no tiene que ver con mi área profesional, sino más bien mi lado personal. Es un libro de poemas y novelas que he dejado a un lado, es algo para satisfacción propia y es un sueño que no he cumplido hasta ahora”.
Entre risas, advierte sobre la posibilidad de sacar a relucir su lado más artístico: “Dicen que los administradores no tenemos vena artística, pero yo creo si tengo algo de eso ahí”.
La inspiración que transmite Eldra a sus alumnos, tiene que ver con el hecho de que confía plenamente en lo que las nuevas generaciones pueden aportar para crear un ecosistema emprendedor mucho más fuerte y solidario, con consciencia ambiental y social.
“Mis estudiantes me sorprenden con cosas que me dicen que piensan y yo los aliento a que lo hagan, que es el momento de ellos”, cuenta la mujer puertorriqueña, que no cree en lo imposible: “El ‘No’, a mí no me gusta. Lo veo como una excusa. Cambiar ese no por ‘lo voy a hacer’, con dedicación, entereza, es muy importante. Ser positivos, tener valores tales como integridad y honestidad, así como motivación, muchas veces automotivación y dejar las excusas de lado, mismo que apartarnos de aquellos que nos dicen cosas negativas, es la clave”.
Finalmente, deja una sentencia absoluta: “La vida no se repite, es una sola y hay mucho para hacer”.
desde Puerto Rico 
