Laura Cristina Guzmán Hernández
Desde México 
“Soy hondureña, emprendedora, madre de cuatro hijas y esposa”, enuncia como carta de presentación. Johanna Padgett tiene claros sus pilares que la han sostenido y llevado al lugar que hoy ocupa, liderando una de las organizaciones más importantes de emprendedurismo en su país.
Hace casi una década, cuando fue despedida de la empresa en que trabajaba, decidió volcarse de lleno al trabajo independiente que ya realizaba a medio tiempo y desde aquel momento no paró de crecer. Paralelamente a ese proceso, su coraje y entusiasmo en transformar no solo su vida sino también la de otras mujeres, la llevó a fundar el Club Nacional de Mujeres Emprendedoras por Honduras (CNMEH).
“El Club nace como idea en febrero de 2010, por iniciativa propia”, rememora Padgett, y explica: “Luego, tras la formalización como asociación legal, me convertí en la Presidenta”. Al conocer su historia, queda claro que sus motivaciones, al igual que sus valores, son tan nobles como ambiciosos, y por eso invitan a soñar: “El proyecto del Club Nacional de Mujeres Emprendedoras por Honduras nace por la motivación que me generó el crecimiento del trabajo cooperativo, el empoderamiento de la mujer y las alianzas entre microempresarias durante la última década en nuestro país”.
El único y más importante propósito para Padgett, “es el de alcanzar a cientos de mujeres de la micro y mediana empresa a nivel nacional que necesitan ser motivadas, capacitadas, inspiradas, orientadas y apoyadas por otras mujeres que comparten una misión, una visión y un objetivo: prosperar para sacar adelante a sus familias y a Honduras”, concluye contundente .
Tal como lo expresa su fundadora, el CNMEH es una organización conformada por un grupo de emprendedoras que comparten una fuerte visión. Como parte de la misma, las miembros se benefician con la participación en eventos de impulso y comercialización de sus bienes o servicios, así como con invitaciones a charlas y capacitaciones sobre temas de interés.
Desde su inauguración oficial en octubre de 2019 y hasta enero de 2022, ha logrado la afiliación de más de 140 emprendedoras de una amplia variedad de rubros a nivel nacional, quienes ahora forman parte de la red activa del proyecto.
Una de las preguntas trascendentales en la vida de cualquier emprendedor aparece a la hora de tomar una decisión que terminará siendo crucial: ¿es posible renunciar a mi empleo y tener éxito con mi proyecto? Para Padgett, hay tan solo una respuesta: “¡Claro que es posible! Yo lo hice. Cuando hace siete años me despidieron de la empresa en donde estaba trabajando por recorte de personal, decidí no buscar más empleo y dedicarme de lleno a mi negocio de venta de maquillaje y cremas para el cuidado de la piel, que continúa hasta la actualidad”.
De todas formas, reconoce que no es para nada sencillo y allí vuelve a aparecer la importancia del Club: “Toma tiempo y valentía tomar la decisión de dejarlo todo y aventurarse a emprender. No es fácil pues uno emprende solo, en nuestro país así se siente. He ahí del porque decidí formar el CNMEH, para que nunca más las mujeres nos sintamos solas y sí apoyadas e inspiradas por otras mujeres”.
Padgett no niega que en la actualidad, si bien las cosas han mejorado mucho, el escenario siga siendo complejo para muchas mujeres emprendedoras o en camino a serlo. De todas formas, nunca abandona su particular mirada que sin dudas la hace tal referente: “El presente me da esperanzas y me inspira a seguir adelante, aunque a veces las circunstancias se vean oscuras, siempre hay una luz al final del túnel”.
En el mismo sentido, la Presidenta del CNMEH, recalca la que para ella es la postura innegable que se debe tener antes los desafíos: “El esfuerzo del trabajo siempre se verá recompensado. Dios bendice al trabajador, al comprometido, al luchador y eso lo tengo 100% comprobado. Al haragán y pesimista es imposible que le vaya bien”.
Gracias a su vasta experiencia, Padgett conoce a la perfección los perfiles de las mujeres emprendedoras y qué características sirven para adaptarse mejor a los retos cotidianos. En esta caracterización, la emprendedora hondureña destaca un elemento en particular: “Una emprendedora debe creer en sí misma y en el producto que venderá o vende”, asegura, y continúa: “Se requiere mucho valor y mucha fe en sí misma. Si cree en sí misma y sabe y cree que su producto es el mejor producto del mundo y la gente lo demanda, ¡puede vender hasta piedras!”.
Dentro del mismo análisis, aunque en el sentido inverso, este factor puede ser una debilidad peligrosa: “El principal temor radica en no creer en sí misma, no creer que sí puede, no creer en su producto y no creer en las instituciones u organizaciones que la pueden ayudar”, explica seriamente Padgett. Por último, sumando a su reflexión, agrega sobre los temores: “La falta de educación sobre el emprendimiento y la ignorancia en el tema también dan mucha inseguridad”.
A la hora de aconsejar a mujeres que desean emprender pero atraviesan una etapa de miedos o temores, Padgett cuenta con una gran cantidad de experiencias ya consumadas, que convierten sus palabras en verdaderos mandamientos.
En este sentido, además de creer en una misma, la Presidenta del CNMEH sugiere: “Debe buscar organizaciones como la nuestra en donde encuentre un real apoyo y acompañamiento, tanto con su negocio como en lo emocional. Nuestra asociación ha servido de bendición para muchas mujeres que se acercaron con temor, pero encuentran en nosotras ese apoyo comunitario. Esa hermandad, que la anima, la entusiasma y sobre todo que la hace sentir que no está sola”.
Emprender en pandemia no ha sido para nada sencillo, ni para las mujeres hondureñas ni para nadie en ningún rincón del mundo. En relación a esto, Padgett analiza de manera sensible: “Muchos factores nos llevaron a dejar de emprender por razones obvias de bio-seguridad y la perdida de seres queridos, el impacto que la pandemia tuvo y todavía tiene en el micro empresario y el emprendedor provoca una inseguridad constante”.
“El problema principal es que ya se han abierto los negocios y seguimos pensando negativamente”, cuestiona Padgett, y plantea lo que para ella es el camino correcto a seguir: “Debemos salir adelante con la mente positiva, a pesar de las circunstancias. Saber que el virus vendrá y que tendremos que lidiar con ello. Cuidarnos, cuidar a nuestros clientes y seguir adelante con nuestra nueva realidad”.
Contemplando su personalidad y su historia, es de esperarse que la creadora de esta organización y red de contención para mujeres emprendedoras, no se quede conforme ni relajada con lo mucho que ha logrado hasta aquí. En consecuencia, ya da cuenta de su próximo paso: “Lo que más queríamos lograr era contar con nuestro propio local de oficinas y sede de la asociación para que nuestras emprendedoras puedan exhibir, promover y vender sus productos en un lugar seguro, amplio y con todas las medidas de bio-seguridad, algo que por suerte ya es una realidad".
"Casa Shop" como se llama el sitio físico ubicado en Tegucigalpa, Honduras, es el lugar de acogida para todos los proyectos que se manifiestan a partir del apoyo del Club. Se encuentra funcionando desde el primer día de febrero del 2022, pero la inauguración oficial será en marzo del mismo año. Johanna explica más de su funcionamiento e importancia: "A partir de esto también vamos a poder buscar capital semilla para las miembros del Club. Estamos muy contentas, las mujeres están felices. Si bien no entran todas al mismo tiempo, por ahora pueden ingresar 45, cada sábado se organizarán bazares, de forma rotativa, para que todas puedan traer y mostrar sus productos".
Por otro lado, fiel a su estilo, no deja de soñar y proyecta en grande: “Pensando a futuro, queremos que las emprendedoras se vuelvan grandes empresarias, impulsar sus productos fuera del país y exportar”. Sin embargo, el sueño no termina ahí y también anhela un horizonte mucho más amplio: “Quiero alcanzar a las emprendedoras de todo el país, más aún a nivel nacional, y que se abran puertas para que tengamos emprendedoras de toda Latinoamérica dentro del Club”.
desde Honduras 
