Contar con todo el dinero posible, poder armar un equipo de profesionales ampliamente capacitados y lanzar un proyecto con una estructura sólida puede que sea el sueño de muchos emprendedores. Sin embargo, la realidad es que en la gran mayoría de los casos los recursos escasean al iniciar y se transpira cada vez que llega el momento de cerrar números. Es por eso que se torna necesario apelar al ingenio y así encontrar esas alternativas ante las limitaciones económicas.
Más allá de este panorama, el cual quizás puede generar cierta frustración en algunas personas, afortunadamente es posible emprender un negocio con poco dinero. A su vez, así como ocurre en cualquier rubro o modelo de negocio en particular, los ejes principales a tener en cuenta para iniciar también serán los mismos. Definir la idea de negocio con la mayor claridad posible e intentar dotarla de creatividad, delimitar cuál será el público objetivo dentro del mercado, buscar crear un buen plan de trabajo, serán algunas de esas aristas importantes.
En este sentido, acerca de aquellos modos o estrategias para comenzar frente a este escenario, se puede mencionar el método Lean Startup. Un camino que abre paso a aprovechar al máximo los recursos, las herramientas y los dispositivos a disposición. Evitando descartar ideas por el solo hecho de no tener fondos, esta metodología se centra principalmente en experimentar, escuchar a los posibles clientes, y aumentar la eficiencia.
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Para Stefan Pribnow, asesor de emprendedores en etapas tempranas con más de 10 años de experiencia en emprendimientos e innovación, los errores son moneda corriente al comenzar un negocio. “Todo emprendimiento va a fallar un par de veces, va a tener algunas cosas que no van a funcionar, por eso lo que queremos es reducir este ciclo de fallo”. Una verdad cruda pero verdad al fin que resalta la importancia de tener conciencia de aquellos errores presentes al iniciar un emprendimiento. “Lo más importante es fallar rápido y barato”, sostiene.
Continuando en esta misma línea, el especialista hace alusión a cómo muchos emprendedores se enfocan en desarrollar un proyecto de negocio en periodos largos. Una situación muy riesgosa, y más aún cuando los recursos son limitados. “Desarrollar una solución en seis meses o un año representa un valor altísimo de recursos, tiempo, dinero. Si esa solución no pega en el mercado, no hay clientes, no hay compras, es una catástrofe”.
Por lo tanto, es fundamental comenzar de a poco y con lo mínimo para evitar pagar caros los errores. Llevar adelante pequeñas pruebas con el mercado para tratar de ver que es lo que puede o no puede funcionar es una gran decisión. Acercamientos en menos de una semana pueden resultar muy positivos, aclara el experto. “Así será posible reducir considerablemente estos ciclos de fallos hasta encontrar qué es lo que realmente funciona”.
Más allá de que muchas veces surge la necesidad de querer tener todo listo antes de comenzar a vender, cuando el dinero escasea resulta necesario optar por otros caminos. Es por eso que el oriundo de Chile y actual miembro de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de dicho país acerca algunos consejos. “No hay que esperar a tener un producto terminado antes de vender, siempre se puede vender antes y quizás sin siquiera haber iniciado”, afirma.
Aquí lo que adquiere valor es observar y analizar cuál es la respuesta del público ante diferentes propuestas. “El acto de vender te va a dar información clave de que hay algo que vale la pena hacer o no hacer”, explica Stefan. De esta forma, es posible ahorrarse gastos y no llevar a la práctica esa idea que quizás no sea la mejor. Además, el asesor en emprendimientos agrega que “si hay alguien dispuesto a pagarte por algo que todavía no lo haz hecho, mejor aún. Te da capital inicial para poder desarrollar el producto que quieres”.
Al sobre las formas de desarrollar un emprendimiento, también es posible mencionar algunos procedimientos particulares que funcionan muy bien para esta instancia. De hecho el especialista que ha ayudado en su recorrido a levantar más de US$12 millones dólares en financiamiento a emprendedores destaca el método Lean Startup. Este como una metodología que permite crear un modelo de negocio con experimentos rápidos, construyendo, midiendo y aprendiendo.
Asimismo resalta que existen otras metodologías complementarias como la de Jobs to Be Done de Clayton Christensen. “Esta busca entender la razón de fondo de un cliente, por qué compraría un producto o servicio, qué es lo que quiere lograr”, detalla el asesor. Es decir, la misma cambia el eje del asunto y analiza desde otra perspectiva centrándose en el comportamiento de los consumidores.
Finalmente, Stefan también indica que los modelos de suscripción para clientes consumidores pueden ayudar a minimizar gastos. “Entre venderle a una empresa y venderle a un consumidor, la empresa te va a tramitar por meses antes de comprarte algo y el consumidor te compra en minutos”, esboza. Por lo tanto, con suscripciones también es posible experimentar de forma más rápida y, en consecuencia, desarrollar un buen negocio en menor cantidad de tiempo.
desde Chile 
