Cuando se habla de grandes cambios o inventos que marcan un antes y un después, usualmente se hace alusión a aquellos desarrollos que han modificado el día a día de las sociedades. Con su llegada, tareas que antes se realizaban de cierta manera son transformadas, se reinventan formas de comunicarse, o directamente nuevas actividades afloran producto de un cambio tecnológico. Es por eso que la llegada de la inteligencia artificial se puede reconocer fácilmente como un punto de inflexión en la historia.
Si bien aún no es posible dimensionar cuál la potencia o los límites de la IA, quizás se puede encontrar algunas similitudes con el arribo del internet. El mismo modificó notablemente las formas de relacionarse, la percepción del tiempo y la circulación de la información, así como también negocios particulares o temas puntuales. Por ejemplo la seguridad, la privacidad y otras problemáticas. Es en esta línea que la inteligencia artificial comienza a formar parte de la cotidianidad.
Con el fin de ilustrar esta realidad, se pueden mencionar las recomendaciones de productos y servicios que se encuentran en aplicaciones y sitios webs. Las publicidades que aparecen en Instagram, por ejemplo, están lejos de ser aleatorias. Dependiendo de los hábitos y las preferencias de cada usuario, esta red social y muchas otras más utilizan inteligencia artificial para personalizar la experiencia y ofrecer recomendaciones que posiblemente resulten interesantes. Por lo tanto, al navegar se puede notar el trabajo de la IA.
Para quienes aún no están completamente inmersos en el tema de la inteligencia artificial y los conceptos que forman parte de la misma, es clave comprender algunas características de la misma. En este sentido, está claro que el objetivo de la IA se basa en intentar llevar adelante tareas que usualmente se adjudican a la inteligencia humana. Por ejemplo, interpretar, tomar decisiones o incluso aprender. Es aquí que entra en juego el término machine learning.
Traducido al español como aprendizaje automático, el machine learning es una disciplina ubicada dentro de la inteligencia artificial que permite a los ordenadores aprender por si mismos. Por lo tanto, no solo pueden progresar con entrenamiento, sino también cuentan con la capacidad de realizar tareas de forma autónoma sin depender de una programación. Aquí, mediante algoritmos esta tecnología identifica patrones en inmensos volúmenes de datos y así realiza análisis predictivos.
Avanzando un poco más en este terreno, llega el momento de mencionar qué es el deep learning, un concepto que parte precisamente del machine learning. Entendido como un subconjunto de este último, el deep learning puede definirse como un nivel de aprendizaje más profundo que trabaja con redes neuronales artificiales organizadas en múltiples capas. De esta manera, se produce una cierta “imitación” al funcionamiento del cerebro humano dada la complejidad de estos sistemas.
Algunos con un mayor grado de complejidad, otros no tanto, existen múltiples actividades del día a día en donde la IA entra en juego. A continuación, podrás conocer los más frecuentes y su funcionamiento.
Visitar un nuevo lugar, viajar, conocer, o simplemente trasladarse hacia una ubicación desconocida de la ciudad puede requerir de la ayuda de un sistema de geolocalización. A través del mismo es posible conocer la mejor ruta, los caminos con menor tráfico y el tiempo estimado que durará el viaje, entre otras cosas.
Aquí la inteligencia artificial es clave debido a su capacidad analítica al procesar grandes volúmenes de datos y otorgar una mayor precisión al GPS. Al recopilar datos y aplicar algoritmos, esta tecnología detecta la velocidad de otros vehículos, procesa la congestión de los carriles, recomienda trayectos y hasta puede sugerir cambios a último momento.
¿Cuántas veces ocurre que Gmail u otro servicio de correo electrónico filtra algunos mensajes al reconocerlos como spam? En este proceso se puede notar cómo funciona el machine learning. A partir de su base de datos, Gmail clasifica los correos que adjuntan determinadas direcciones o IP’s considerados peligrosos o molestos. Así también, todo correo electrónico que no está verificado es enviado de forma directa a la casilla de Spam.
La inteligencia artificial ahora también forma parte de la mayoría de los sistemas de seguridad en las casas. Muchas veces denominados “sistemas de seguridad inteligentes”, aquí se aplican herramientas como el reconocimiento facial, la detección de movimiento avanzada y el análisis de comportamiento, entre otros. De esta manera, resulta posible evitar falsas alarmas ante movimientos que no representan ningún riesgo. Además, la IA también abre la posibilidad de coordinar varios recursos como las cerraduras inteligentes, la iluminación o los sistemas de voz.
Una actividad tan simple como escuchar música a través de un dispositivo también puede estar atravesado por los beneficios de esta tecnología. Más allá de que la función “aleatorio” pueda parecer una opción totalmente azarosa, no es tan así. Dependiendo de los gustos y las preferencias musicales de cada usuario, plataformas como Spotify desarrollan listas de reproducción que incluyen artistas o géneros similares a los favoritos.
Ante una duda, consulta, inquietud o cualquier otra necesidad, muchas empresas cuentan con los famosos chatbots. Por eso al realizar tramites o cumplir con responsabilidades es muy probable interactuar con esta tecnología. Según el rubro al que se dedique cada compañía, el chatbot tiene la capacidad de gestionar solicitudes o responder peticiones. No obstante, en caso de ser necesario también puede derivar con un profesional.
