Apalancamiento y fomento

El caso de Start-Up Chile: programa de aceleración pionero y líder en la región

Los programas de aceleración para proyectos emprendedores suelen ser de lógica privada, pero existen casos en el que la entidad benefactora resulta ser pública y, entre ellos, el caso de Start-Up Chile es digno de reconocimiento.
Emprendedores
El caso de Start-Up Chile: programa de aceleración pionero y líder en la región

Desarrollo y crecimiento emprendedor desde el sector público

Una aceleradora de carácter público, “la primera del mundo con este formato, perteneciente a CORFO, una institución de más de 80 años que a su vez trabaja de manera directa con el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo de Chile”. Así se presenta Start-Up Chile a través de su subgerente Rodrigo Frías, quien amplía este concepto apelando a la historia del programa: “Start-Up Chile nace en 2010 producto de dos situaciones desafiantes. La primera es que Chile seguía viviendo todavía efectos de la crisis subprime y lo segundo, que en ese año sucedió el terremoto más grande de la historia del país”.

Naturalmente, lo que narra Rodrigo dejó a Chile en una posición frágil, “había que reconstruir”, admite el graduado de la Universidad de Sussex, que justamente realizó su trabajo final analizando a Start-Up Chile. “Sin embargo, no es la primera vez que la CORFO atraviesa una situación de ese estilo, porque cuando se crea en 1939 también luchaba con las consecuencias de la crisis de 1929 y un tremendo terremoto”, recuerda.  

Una historia que se repite: Start-Up Chile reedita una vieja idea

Con una situación similar, en 2010 el CORFO pensó en cómo volver a influir en la recuperación y el desarrollo socio económico. El primer desafío fue decir ‘aquí hay emprendimientos, pero reconociendo el problema de, como suele decirse, que no se creen el cuento’, es decir que presentaban bajos niveles de autoeficacia por falta de creencia”, analiza Frías, que destaca: “en ese contexto Start-Up Chile nace como una política de atracción de talento, una política cultural que busca traer emprendedores de todas partes del mundo y juntarlos con los chilenos, para conseguir un resultado positivo de esa mezcla”.

Es curioso, pero no es la primera vez que este tipo de proyectos surgen en Chile, el ahora subgerente menciona un antecedente de 1850, en el cual se basó el programa para potenciar startups: “en aquel tiempo, un hacedor de política pública como Vicente Pérez Rosales, invitaba a alemanes al sur del país y les entregaba tierras a cambio de que enseñen a los locales a como producir”. Una política que pondera el avance, a través del conocimiento, se reedita, pero cambiando la economía de agricultura por tecnología e innovación.

Cualidades de Start-Up Chile: un caso único en el mundo

¿Cómo se hizo?, Rodrigo destaca que “lo primero fue hacer una oferta de valor a los emprendedores del mundo”. Así es que se le ofrecieron subsidios, libres de equity: “hasta el día de hoy no se ha tomado participación en ninguna de las empresas que se apoyan”, confirma.

Además, enumera otros beneficios que lograron instalar al programa de manera internacional: visa por un año y un proceso de softlanding que permitía llegar a Chile de forma amigable. En ese entonces, los extranjeros que terminaban sus estudios en universidades de prestigio, debían volver a sus países por políticas migratorias, pero nosotros hicimos lo contrario, los invitamos a venir, con espacios de trabajo para que se instalen físicamente y exista una verdadera interacción humana”.

El propósito de una aceleradora pública

Cuando se piensa en cualquier compañía que ofrece programas de aceleración, se establece casi de manera instantánea que dicha compañía se beneficiará con retribuciones económicas de los proyectos que logre promover. Sin embargo, como bien explica Frías, al ser pública respondemos a un propósito de política pública, a diferencia de una aceleradora privada que tiene que responder a sus inversionistas”.

No hay toma de posición en las empresas que se impulsan desde Start-Up Chile, pero esto no significa que no haya ganancia: respondemos también a todos los contribuyentes que financian con sus impuestos la aceleradora como tal, por lo tanto, la variable de éxito no es solo una”, explica y agrega: “por lo general uno asociaría el éxito al retorno sobre la inversión, y acá hay efectivamente un ROI porque por cada peso que Chile invierte, los estudios han arrojado que vuelve por dos.

Observando el proceso entonces desde una lógica de negocios, Rodrigo plantea la incógnita “¿es buen negocio financiar Start-Up Chile?” y responde el mismo: “Si, si lo es, por mecanismo de recaudación de impuestos”, a lo que suma otro argumento: “Si miramos otro indicador, por ejemplo esta idea de que Start-Up Chile es capaz de generar una referencia e inspirar a otros a que para volverse emprendedores enfocados en la innovación, tecnología, negocios disruptivos, ha sido exitoso también y con evidencia científica que lo respalda, ya que aquellos que pasan por el programa aumentan su nivel de eficacia, por sobre los que no lo hacen”.

Efecto multiplicador para el ecosistema

Sin dudas Start-Up Chile se ha vuelto una referencia, no solo para la región, sino para el mundo, de hecho, cuenta con el portafolio más internacionalizado, siendo un total de 88 países los que han tenido al menos algún representante entre sus filas. “Es una política de emprendimiento que genera muchos otros efectos positivos para el ecosistema. En primer lugar, pone a Chile en el mapa del emprendimiento a nivel mundial, y lo segundo es que marca un punto de inflexión en la historia del emprendimiento en el país”, afirma Rodrigo.  

Lo que dice está fundamentado en varios estudios que mencionan como un hito la aparición del programa, por lo que se anima a sumar: “podemos decir que sería un país distinto realmente sin Start-Up Chile en este punto”. Siguiendo con los datos reveladores, aporta: más de 2500 startups, con más de 5500 emprendedores (individuos a nivel global), han participado de Start-Up Chile, cuya tasa de selección marca que el 70% han sido extranjeros y el 30% restante locales”.

BIG: 3 grandes programas que ofrece Start-Up Chile

La oferta de Start-Up Chile se edifica en tres programas que trabajan de manera concatenada. El nombre de estos conforma lo que se conoce como BIG, debido a la letra de cada uno de ellos: Build, Ignite y Growth, ordenados en escala de menor a mayor en valores y trascendencia. “BIG aborda las etapas tempranas de las startups, comienza explicando uno de los hombres importantes en la estructura del programa, como lo es Rodrigo Frías.

“Básicamente se los ayuda desde la idea hasta lograr el prototipo (Build), luego desde esas primeras ventas a un modelo de negocio refinado (Ignite) y la etapa de Growth, que como el nombre dice, busca que las empresas escalen y logren un nombre relevante para conseguir financiamiento, complementa. Además, resalta una característica importante a tener en cuenta: “cada programa tiene requisitos particulares y no por haber hecho uno quiere decir que automáticamente pasas al siguiente, sino que cada vez terminado un programa es necesario volver a aplicar y postularse para otro”.

¿Por qué sucede esto?, el propio Rodrigo contesta: “porque no tenemos un problema de demanda, sino que afortunadamente es de selección. Recibimos proyectos de muchas partes del mundo y en cada convocatoria llegan alrededor de 1000. Tenemos que decidir minuciosamente a quienes apoyaremos”.

Requisitos específicos

“Los requisitos varían según el programa”, comenta Frías y ejemplifica: “en Build se aceptan postulaciones de personas naturales, es decir que no se han constituido como empresa o que quizás no saben aún si van a querer hacerlo. En el caso de los otros dos programas, es distinto, porque ya se habla de modelos de negocios, de personas jurídicas que facturan y demás. Los montos de venta y ganancias son otra cosa que se mira, al igual que la antigüedad”.

Servicios al emprendedor

Subsidios libres de equity, con montos variados según el programa, son el primer gran beneficio que un emprendedor encuentra al formar parte de Start-Up Chile. “En Build se entregan menos recursos porque hay naturalmente menos evidencia de que el negocio vaya a funcionar, pero eso permite apoyar a mayor cantidad de emprendedores, resalta el líder de la subgerencia, que especifica las cifras: $10.000 USD con posibilidad de extensión en Build, mientras que en Ignite son $25.000 USD con posibilidad de otros $25.000 y finalmente en Growth se dan $75.000 USD, pero el proyecto debe poner otros $75.000 de su parte”.

A todo ese incentivo económico, se le agrega una serie de servicios que van desde acceso a espacios de co-work especial de Start-Up Chile en colaboración con co-work latam, a la posibilidad de acceder a una metodología de aceleración, la cual a su vez incluye guías y consultorías especializadas en fundraising manager, búsqueda de talento, red corporativa, asesores a nivel técnico, financiero y de marketing. “Entrando a Start-Up Chile obtienes en definitiva un tratamiento completo para volver tu negocio exitoso, en el tiempo más pronto posible, esa es la finalidad del programa”, resume Frías.

Un programa abierto al mundo entero

Somos agnósticos a las nacionalidades, recibimos proyectos de cualquier país del mundo, enuncia con contundencia Rodrigo, haciendo gala del impactante número de 88 países que ya han pasado por el programa. “Los países con mayor tasa de aceptación son Argentina y Brasil en la región, mientras que Estados Unidos es otro exponente e Inglaterra, en Europa, destaca por su desarrollo en el mundo de las Fintech, informa.  

Sin embargo, eso no va más allá de la estadística, porque tampoco se discrimina por rubro: “no solo recibimos Fintech o ese estilo de compañías”, avisa, pero a la vez aclara y sentencia: “si buscamos que todos los proyectos tengan un componente tecnológico, con un modelo de negocios escalable y que cuenten con una mirada global, de querer comerse el mundo, utilizando a Chile como una plataforma de crecimiento”.

Casos de éxito de Start-Up Chile

Si bien Rodrigo habla de "no quedarnos mirando por el espejo retrovisor", hay una realidad de que Start-Up Chile tiene en sus años de existencia una gran cantidad de proyectos acelerados de manera exitosa, que han repercutido a nivel regional y algunos a escala mundial también. NotCo, la foodtech  que sustituye alimentos de origen animal con inteligencia artificial, es un buen exponente que refleja ese salto de calidad. Lab4U, Simpliroute y Betterfly, son otras. 

Desafíos en lo que viene

"La idea del emprendimiento está más establecida, no solo por Start-Up Chile, sino porque el ecosistema maduró de gran manera, con mucha actividad", explica el Master of Science in Technology and Innovation Management de Sussex, pero igual reconoce que "todavía se ve un volumen muy limitado en la etapa de escalamiento". Esto no quiere decir se deban crear muchas más empresas, sino que: "hay que seguir evolucionando desde la calidad", define.

A esos objetivos, le suma: "conectar de mejor manera nuestro portafolio con la industria de los Venture Capital y ver cómo, después de estos 12 años, generar mecanismos de retribución", aunque aclara y cierra: "no queremos que los emprendedores nos devuelvan la mano a nosotros como Start-Up Chile, sino al entorno, que sean agentes de cambio en el ecosistema"

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Rodrigo Frías
Chile desde Chile

Rodrigo Frías

Deputy Chief Executive Officer at Start-Up Chile
Perfil interdisciplinario con más de 15 años de experiencia gestionando y entregando exitosamente proyectos de innovación, políticas de emprendimiento y soluciones digitales desde cero a través de equipos interfuncionales. Hoy, como subgerente de Start-Up Chile, ayudando a nuevos emprendimientos de base tecnológica a crecer y escalar desde Chile hacia el mundo. He sido reconocido por instituciones internacionales por lograr un impacto positivo: -Finalista global - UK Alumni Awards 2020, categoría Logro Profesional, por el British Council. -Finalista global - Equipo Global de Servicio Público del Año 2020 de Apolitical en la categoría COVID Rapid Responders. Máster en Gestión de la Tecnología y la Innovación (Reino Unido), Máster en Comunicación Aplicada, especialidad en Engagement Marketing (Chile); y Licenciada en Comunicación Social, especialidad en Publicidad (Chile).