No quedan dudas que en el último tiempo la inteligencia artificial asombró a millones de personas y plantó ese interrogante sobre cuáles son los límites de esta tecnología. Es decir, hasta dónde puede llegar realmente. Como si esto fuera poco, también hay tener presente que actualmente miles de empresas de primer nivel se encuentran investigando, invirtiendo y compitiendo para lanzar nuevos desarrollos ligados a la IA, por lo que solo será cuestión de tiempo para comenzar a ver estos proyectos.
Ligado a esta incertidumbre que flota en el aire acerca del futuro de la inteligencia artificial, los debates sobre la Superinteligencia Artificial (ASI) también comienza a estar cada vez más presente en las sociedades. En simples palabras, este concepto hace alusión a que los sistemas de inteligencia artificial llegarían a un punto tan avanzado que, no solo podrían realizar aquellas tareas que hoy realiza la inteligencia humana, sino ir más allá y superar cualquier posibilidad.
Mientras algunos se encuentran a la expectativa por conocer cuándo podría darse este fenómeno, muchas otras personas tiene cierto temor, ya que representaría un verdadero cambio para la humanidad. De hecho, OpenAI, la empresa encargada de desarrollar el famoso ChatGPT, ha expresado públicamente que consideran que la Superinteligencia artificial podría crearse en los próximos 10 años. No obstante, alertaron que el desafío aún está en encontrar una solución para dirigir o controlar dicho desarrollo y así evitar que se vuelva “deshonesta”.
Con el fin contextualizar la situación actual de los desarrollos en inteligencia artificial, resulta preciso comprender en qué se basan estas proyecciones a futuro. Especialistas indican que las tecnologías de IA pueden ser clasificadas en tres momentos según sus avances. Primero la etapa de la inteligencia artificial estrecha, luego la inteligencia artificial general y finalmente el momento de la Superinteligencia Artificial. Estos delimitaciones no corresponden a una fecha precisa, es decir no se determina cuándo comienza uno o cuándo termina otro, pero sí son útiles para entender el panorama a futuro.
De esta manera, a continuación, serán mencionados brevemente los dos primeros tercios. Entendida como la etapa más básica, la historia inicia con la inteligencia artificial estrecha, también conocida como ANI por sus siglas en ingles Artificial Narrow Intelligencia. A partir de un gran conjunto de datos, esta tiene la capacidad de tomar decisiones y realizar acciones en un área específica. En la actualidad, estos son sistemas que conforman todos los programas y las herramientas que utilizan IA. Ya sean plataformas de streaming, GPS, asistentes virtuales, y muchos más.
Por otro lado, la inteligencia artificial general también es entendida como la IA fuerte en contraposición a la anteriormente mencionada. Aquí todo se vuelve un poco más complejo, ya que la misma hace alusión al momento en el que las maquinas adquieren capacidades cognitivas al mismo nivel que el ser humano. Acerca de esta etapa, cada vez es más sólida la creencia de que la humanidad está alcanzando tal periodo, por lo que muchas organizaciones están solicitando que exista cierta regulación para que su crecimiento no se escape de las manos de los humanos.
Antes de mencionar cuáles son los aspectos que caracterizan a Superinteligencia Artificial, lo principal es recordar que este es un tipo de IA hipotética. Es decir, no existe como tal, sino que representa previsiones para el futuro. Tal es así que se podría afirmar que no está muy alejada de aquellos escenarios que se observaban en las películas de ciencia ficción. Historias en donde los robots se ubicaban al lado de los humanos, o incluso por encima.
En esta misma línea, dada la complejidad de estos sistemas, hay que destacar que este tipo de IA solo sería capaz de realizar tareas sumamente avanzadas. La Superinteligencia Artificial podría comprender cuáles son las emociones de los humanos, sus creencias, e interpretarlas para más tarde realizar acciones precisas. Trasladándolo a ejemplos concretos, podrían superar al humano en el deporte, la medicina, y otro tipo de ciencias complejas.
Por otro lado, a partir de los trabajos que se han llevado adelante acerca de esta tecnología, es posible imaginar ciertos escenarios. De hecho, se estima que la Superinteligencia Artificial sería clave para acelerar los procesos tecnológicos. Además, permitiría el desarrollo de nuevos medicamentos, facilitaría investigaciones y brindaría soluciones en múltiples campos de estudio. En síntesis, funciones y tareas al servicio de la humanidad que facilitarían problemáticas que hoy conforman las sociedades.
Así como fueron mencionados los pedidos por la regulación de los avances en la inteligencia artificial fuerte, muchos profesionales alertan sobre algunos riesgos que puede traer consigo la Superinteligencia Artificial. Por ejemplo, respecto a cuestiones de privacidad. Si bien es cierto que con el progreso tecnológico y los dispositivos digitales la privacidad se ve cada vez más vulnerada y la información personal circula mucho más fácil, con esta nueva tecnología esto alcanzaría niveles impensados.
En un camino similar, la seguridad también podría presentarse como una gran problema ante un avance de esta magnitud. Los ciberataques ya existen en la actualidad, pero la Superinteligencia Artificial podría ser utilizada para realizar acciones malintencionadas que enciendan la alarma de grandes corporaciones o incluso de gobiernos nacionales. Es por eso que estos nuevos avances requieren un nivel de cuidado y precaución muy alto, solo así será posible asegurar que los próximos desarrollos sean controlados.
