Los nuevos paradigmas en relación al empleo establecen que las personas ya no están dispuestas a trabajar en condiciones que les resulten negativas o en entornos que sean insalubres desde el punto de vista psicológico y mental. Es por eso que todo lo que se refiera a recreación, a espacios en los que se puedan desarrollar otros aspectos además del trabajo en si mismo, resultan fundamentales para construir un ambiente laboral óptimo, en el que los empleados elijan estar y puedan así brindarse con fidelidad, lo que naturalmente elevaría la productividad de los mismos.
Entendiendo entonces que la recreación es un componente importante del bienestar laboral y que forma parte también de la Responsabilidad Social que las organizaciones y empresas tienen, será más fácil lograr esa combinación de trabajo y ocio que pueda aportarle fluidez, armonía y mejores resultados al objetivo final de cada equipo de trabajo o de la compañía en su conjunto.
La importancia de la recreación no es algo que se haya inventado en el siglo XXI ni mucho menos, sino que hay escritos y pruebas de que los filósofos y pensadores más importantes de la antigua Grecia como Platón, Aristóteles y Epicuro, entre otros, le asignaban al ocio un lugar fundamental dentro de sus rutinas. Para ellos, ese tiempo de recreación debía ser aprovechado para contemplar la belleza del mundo, la sabiduría, la bondad y la verdad, entre otros valores. Además, lo orientaban para perfeccionarse en disciplinas de arte u otras actividades que las personas deseaban realizar, ya que de esa manera entendían que se podía lograr una felicidad plena.
Cuando se habla de recreación, se está haciendo mención a una o más actividades de índole humana que resulte placentera y sea llevada a cabo en el tiempo libre que una persona tiene. Pueden ser en formato individual o grupal y cumplen una función beneficiaria que está en darle descanso al cuerpo y la mente de otras actividades diaras o rutinarias que lo ponen en tensión.
Muchos expertos en materia de empleabilidad han manifestado que la recreación va más allá de la decisión particular de cada organización para respetar o brindar el espacio en el que sus empleados puedan distenderse. Se trata de un derecho del individuo y es responsabilidad de las empresas e incluso de los gobiernos respetar tal derecho.
De ahí que se han instituido resoluciones y leyes para que las condiciones laborales reflejen la necesidad existente de cualquier persona a contar con un tiempo para ocio, relajación y recarga de energías. Por mencionar alguno, se puede descatar el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, sancionado en 1976, que en su artículo 7 establece que los Estados reconocen el derecho que tienen las personas para disfrutar de condiciones de trabajo justas y satisfactorias, que permitan disfrutar el tiempo libre, un horario de trabajo razonable, vacaciones pagadas y remuneración en los días feriados.
Puede existir cierto miedo de quienes están a cargo de un equipo, que al darle la libertad o el espacio para recrearse, eso termine influyendo negativamente en la productividad o el logro de los objetivos planteados. Sin embargo, las experiencias reflejan lo contrario y aquellas compañías que adhieren a la idea de un liderazgo orientado hacia lo humano, en el que las personas puedan disponer de un tiempo de recreación, terminan siendo más eficientes.
Los efectos de empleados que trabajan en un ámbito laboral que les garantiza el poder desconectarse al menos por un rato, se ven en la mayor motivación, las mejores relaciones interpersonales, el evitar problemas relacionados a la salud mental, aumento de la autoestima, disminución del estrés, mejor adaptación a los cambios, crecimientos en las habilidades como la paciencia, la creatividad y hasta beneficios fisiológicos como puede ser la disminución de la hipertensión, fortalecimiento del sistema inmunológico, aumento en la esperanza de vida y reducción de enfermedades ocupacionales.
En el ámbito laboral, la recreación suele quedar a cargo de un Departamento de Recursos Humanos, pero no es estrictamente necesario que así ocurra. Organizaciones más pequeñas o con estructuras que no contemplen ese área, también pueden encontrar la manera de darle lugar a la recreación en sus espacios.
Si se tiene en cuenta la base del objetivo de brindarle a los empleados un momento de distensión, con actividades que estén por fuera de sus tareas normales y con el propósito de desarrollar otro tipo de habilidades, que de todas maneras pueden impactar positivamente en el desempeño laboral de cualquier persona, solo hacen falta ideas para poner en práctica.
Algunas de las más recurrentes para realizar de forma grupal son las jornadas con juegos de mesa, cartas, talleres de expresiones artísticas, de cocina y deportes en conjunto. En el caso de alternativas más individuales, se pueden otorgar espacios de tiempo para la lectura o para que cada individuo decida como aprovecharlo.
