Los tiempos cambian y los jóvenes asumen el liderazgo
El ciclo natural de la vida indica que los jóvenes son los que se harán cargo de tomar las decisiones en el futuro, sucede en cualquier ámbito y en también en los negocios, por supuesto. Sin embargo, en los últimos tiempos, es cada vez más frecuente que la edad no sea un condicionante al momento de elegir la persona que esté a cargo de un equipo o compañía, por lo que los jóvenes llegan más rápido a posiciones de liderazgo y muchas veces terminan siendo jefes de personas que los superan en edad y hasta en experiencia también.
¿Qué sucede entonces cuando el ciclo parece no ser tan natural? existe la latente posibilidad de que haya un conflicto, pero no necesariamente tiene que ser así. De todas maneras, todo dependerá de la preparación y de cómo ese lider jóven asuma su nuevo rol, teniendo presente la diferencia de edad inversa que puede existir con personas que tiene a cargo en su equipo o empresa.
Mezcla de generaciones
Ocurre que en un mismo ámbito laboral conviven hasta cuatro generaciones que van desde los baby boomers, la generación X, los millennials y hasta la generación Z, pudiendo un integrante de cualquiera de ellas ser el jefe de representantes o pertenecientes a las otras. Es un punto clave entonces, entender cuáles son los conocimientos y las vivencias de cada una de las personas del equipo que tocará liderar, para evitar problemas de comunicación y para poder llegarles de la mejor forma posible, siendo convincentes como líder.
El caso de las empresas familiares
En las empresas familiares muchas veces sucede que ante el retiro del padre asume el hijo o quien le siga en esa sucesión familiar, por más joven que sea o aunque la experiencia no sea quizás la suficiente todavía para asumir tal rol. Puede que en estos casos parezca una decisión más lógica, pero la edad no dejará de sembrar ciertas dudas que deben disiparse mediante la preparación, formación y habilidades de liderazgo por parte de quien se hace cargo de la jefatura o de tomar las decisiones más importantes.
A qué se enfrenta y qué debe demostrar o tener un jefe joven
Lo primero que le tocará sortear a una persona joven que llega a una posición de liderazgo son los prejuicios de la edad, porque como los hay para los mayores, también los hay para los más jóvenes y suelen venir precisamente de los empleados o integrantes de equipo de más experiencia, que muestran cierta hostilidad o recelo ante la decisión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ser jefe no se trata de una cuestión de experiencia, sino que el rol del líder debe ocuparte y gestionarse con habilidades que van más allá y que incluyen el saber escuchar, tener la capacidad de motivar, inspirar confianza y transformar esos prejuicios iniciales en señales de respeto que deben provenir de las respuestas laborales y de la manera en que cada integrante del equipo se desenvuelve.
De todas formas, es importante que el jefe joven entienda que su designación o ascenso puede generar incertidumbre o inquietudes en el equipo. Es que por una cuestión natural e inherente del ser humano, los cambios no son algo fácil de aceptar ni de afrontar y en la época que se transita se están dando diversos cambios de paradigma que pueden acumularse y generar malestar o dificultades, en especial para las generaciones más grandes. Entonces, la paciencia y la comprensión deben ser dos habilidades importantes a tener en cuenta y a desarrollar por los nuevos líderes.
Ser comprensivo, empático y liderar con paciencia, dándole lugar a las expresiones del equipo, reconociendo la experiencia de los mayores y haciendoles sentir que su aporte es fundamental, permitirá no solo construir una imagen positiva con el pasar del tiempo, sino que evitará la fuga de talentos, uno de los problemas más comunes al darse un cambio profundo como puede ser la designación de una persona de menor edad en una posición de liderazgo.
Humildad y cercanía
El ascenso por sobre otras personas que antes pudieron ser compañeros o haber estado en el mismo rango, no debe ni puede suponer un distanciamiento. La arrogancia es un error que puede costar caro a un nuevo jefe y sobre todo a un jefe joven, que como ya se dijo antes, comienza su ciclo con prejuicios y ciertas dudas por parte del equipo. La humildad entonces, aún cuando la posición sea la de líder, será fundamental para poder mantener o construir buenas relaciones que se traduzcan en productividad y un ambiente laboral sano.
Orientado a las personas
Está claro que más allá de ser un jefe joven que caiga simpático o tenga buena imagen, la posición requiere resultados. Pero no por eso se deben perder los modos, ni caer en exigencias desmedidas sobre las personas del equipo, el liderazgo es importante que esté enfocado en las personas, en entender sus necesidades y poder darles solución para que ellos a su vez entreguen lo mejor de si y produzcan esos resultados que se buscan.
Tener la capacidad de desarrollar y potenciar el talento dentro del equipo de trabajo es una habilidad que hará que el líder sea considerado más allá de cualquier atributo como puede ser la edad en este caso. De la misma manera, hay que tener en cuenta las expectativas que los integrantes del equipo tienen y saber que no será lo mismo un centennial que quizás da sus primeros pasos, a un baby boomer que lleva un largo tiempo en la compañía. Allí nuevamente entra en juego la capacidad de discernir entre generaciones y adecuarse a las características de cada una.
Liderazgo colaborativo y flexibilidad para evolucionar
Si los líderes son jóvenes, es porque entienden que las condiciones han cambiado, que hay nuevos paradigmas que se imponen sobre viejas normas o costumbres. De nada sirve que un jefe joven sostenga modos de liderar que responden al pasado, sino que su función debe ser la de conseguir la evolución de todo el grupo.
Así es que las decisiones deben ser descentralizadas, lo que generará confianza en el equipo porque todos se encontrarán en la posición de dar su parecer y demostrar su conocimiento. Las tendencias se vuelcan sobre un liderazgo más horizontal, en el que todas las personas se sientan parte de la decisión final y no hay una imposición por parte del jefe.