Obsesión con la vida laboral: una realidad difícil de reconocer
Posiblemente una persona que mantiene un ritmo elevado de trabajo genere admiración en otros emprendedores, sin embargo, cuando se sobrepasan los límites puede que ese panorama no sea tan positivo como parece. Trabajar durante muchas horas, con poco tiempo de descanso y manteniendo una concentración excesiva, probablemente comience poco a poco a afectar la salud. Es en este marco donde aparece el concepto de Workaholic.
Entendido como la adicción al trabajo, este término hace referencia a aquella necesidad excesiva por trabajar de manera constante. Un impulso que se vuelve incontrolable y comienza a influir en el estado emocional, así como también en las relaciones sociales. Aquí se hace presente un desinterés por las otras facetas de la vida, todo se centra en el empleo, parece que nada tiene sentido además de la labor profesional.
En esta misma línea, el hecho de trabajar sin obligación fuera de horas laborales puede ser un síntoma a detectar. Por otro lado, también es necesario reconocer que, dejando de lado aquella realidad negativa, existen algunos aspectos positivos que sobresalen. Los mismos se centran en que el motor de esta constancia radica en el amor a ese trabajo. El entusiasmo y la motivación que se transmiten pueden ser aspectos a destacar, así como también la pasión por realizar diferentes tareas.
Mayores niveles de estrés y pérdida del disfrute: dos grandes síntomas
Dedicarle atención y ser un comprometido con el trabajo no quiere decir que seas workaholic. Es por eso que resulta necesario comprender cómo se manifiesta esta obsesión por el trabajo. Dentro de los primeros aspectos a resaltar acerca de la misma, es fundamental mencionar que no se trata de una sola cosa. Es decir, un conjunto de actitudes y acciones son los que forman parte de esta realidad.
Luego de entender esta base, se puede decir que el hecho de no priorizar los planes personales está ligado a los workaholic. Dejar en un segundo plano el cuidado personal y no dedicarle tiempo a los familiares y amigos genera que todo se centre en el trabajo. En este sentido, con la frase “no puedo, debo trabajar”, los planes con el entorno son pospuestos y se produce un aislamiento social.
En otras cuestiones, no saber delegar suele estar presente en la adicción al trabajo. Pero espera, como se dijo antes, esto no quiere decir que por no delegar seas un adicto al trabajo. Sin embargo, en muchas ocasiones creer que solo tú puedes hacer el trabajo de forma eficiente y no confiar en el desarrollo de los demás, suele cargar de horas y generar una dependencia automática. Además, tarde o temprano también se genera una insatisfacción o búsqueda de perfección que no permite disfrutar de los logros.
¿Por qué son importantes los momentos de ocio?
El hecho de llevar el control de un proyecto como emprendedor puede que dificulte de manera notable la decisión de tomarse un descanso. Por algún motivo u otro, siempre estará presente el temor a que algo se salga de control y genere impactos negativos. Sin embargo, resulta fundamental tener en cuenta que tener unos días de vacaciones también tendrá sus impactos positivos.
El hecho de descansar, despejar la mente e intentar desconectar por unos días de las responsabilidades, trae grandes consigo grandes beneficios para la salud física como para la mental. Además, es clave para poder alcanzar los niveles más altos de productividad y bienestar laboral. En este sentido, “llevar el trabajo de vacaciones” suele ser uno de los grandes errores. Es necesario planificar y aprovechar los momentos indicados para poder darse ese respiro.
Por ejemplo, organizar vacaciones en fechas de poca demanda suele ser lo ideal, así como también se pueden programar muchas tareas. Ya sea utilizando herramientas como respuestas automáticas o programación de publicaciones, es posible planificar un calendario con anticipación para garantizar confianza.
¿Cómo salir de este círculo de obsesión con el trabajo?
Aquellos comportamientos obsesivos relacionados al trabajo pueden traer con el tiempo un desgaste y una pérdida del equilibro peligrosa. Por eso, a continuación podrás conocer cuáles son los puntos principales para salir o no caer en este bucle sin descansos.
Pensar en las cosas que se pierden y quedan atrás
Cuando todo gira en torno al trabajo, es común no lamentarse por lo que no se disfruta ya que ni siquiera se tiene conciencia de ello. Por lo tanto, es importante frenar y analizar aquellos vínculos que se pierden; tiempo con amigos, compartir con la familia, etc.
Poner horarios y respetarlos
En una primera instancia todo parece urgente, y hacerlo lo antes posible se cree lo ideal, sin embargo, la sensación de posible fracaso no debe ocupar la mente. Delimitando parámetros precisos y respetándolos, será posible dividir las horas de trabajo y de descanso. Al fin y al cabo, aunque parezca productivo aprovechar el tiempo, cuando no hay descanso la eficiencia disminuye.
Buscar relajación y recordar actividades que generan placer
Si bien puede parecer un gran desafío en primera instancia, siempre hay cosas para disfrutar fuera del trabajo. Aquellos hobbies que han quedado atrás pueden ser recuperados de forma medida. Además, practicar actividades como Mindfulness puede resultar una herramienta muy interesante.