Vivir en la suposición: salir de las certezas al menos por un rato
Es normal que en muchos aspectos de la vida nos paremos en suposiciones para interpretar situaciones, pensamientos o ideas y así poder seguir avanzando sin mayores contradicciones. Si te detienes un segundo a analizarlo, muchas de tus acciones o conceptos sobre las cosas y sobre otras personas, se basan en cuestiones que das por hechas antes de cuestionarlas.
En el mundo de los negocios, claro, y más cuando lideras un equipo, el vínculo con los demás atraviesa muchas etapas e instancias diferentes. Todas las organizaciones tienen estructuras que funcionan de manera automatizada y que en muchos casos no experimentan ningún tipo de pausa, aunque puede resultar muy interesante implementarla si tienes el poder de proponérsela a los demás.
Justamente por esto, y si bien es cierto que el espíritu emprendedor y el perfil de líder corporativo exige y pondera seguridad, confianza y solvencia tanto hacia adentro como hacia afuera de la organización, correrse al menos por un momento de algunas certezas puede generar cambios rotundamente positivos.
Tus objetivos pueden no ser los del resto
Estrictamente vinculado con lo anterior, una fuerte idea que se desprende en este sentido es la posibilidad de comenzar a pensar que tal vez los integrantes de tu equipo no estén cien por ciento alineados a tus objetivos. O, mejor dicho, tengan otros, e interpretan lo que hacen y para qué lo hacen de manera distinta.
Steven Bartlett, exitoso emprendedor afro-británico cofundador de Social Chain, ha acercado al debate en el mundo emprendedor esta idea de que vivimos suponiendo que los miembros de nuestro equipo u nuestra organización quieren algo similar a lo que nosotros mismos proyectamos con nuestro trabajo. Y claro, despertó algunas alarmas que invitan a reflexionar.
Pero, ¿qué inconveniente puede conllevar esto? La desconexión entre el líder y su equipo, en este sentido, genera una incomprensión e insatisfacción que puede llevar a la pérdida de staff o a un rendimiento mucho menor del ideal alcanzable.
Haz una pausa: dialoga, consulta y evalúa
¿Alguna vez te frenaste a hablar con cada miembro de tu equipo y evaluar lo que realmente quieren del trabajo? Es muy probable que no. De todas formas, seguramente no responda a falta de interés o mala intención, sino simplemente a no plantear la posibilidad de correrte de la certeza.
Comprender a cada integrante de nuestro equipo en cuanto a sus deseos, intenciones, objetivos o insatisfacciones, puede parecer algo complejo, aunque sin dudas creará una sinergia positiva que elevará todos los estándares y rendimientos por una simple cuestión de comodidad y aplomo.
Por eso toma una pausa, aunque sea breve. Conecta con las personas, consulta e indaga. Evalúa sus respuestas y acciona en consecuencia para generar soluciones a esas demandas que transformen un posible desgano en fuerza de acción.
Compromiso y eficacia
Casi no existen argumentos que contradigan la idea de que un mayor diálogo entre un líder y su equipo funciona como un amalgamador de voluntades. Esta simple aunque no por eso sencilla acción, provocará que cada uno de los actores se sienta aún más parte de la organización que integran, del equipo que componen y de los valores que representan. ¿Por qué? Sencillamente porque todo eso previamente mencionado avala y acompaña sus objetivos y anhelos.
El compromiso hace a la eficacia, y la eficacia, claro, a mejores resultados. Un equipo alineado e identificado, aún en sus diferencias individuales, efectuará por ese simple hecho un mejor trabajo y cumplirá la misión y visión encomendada por su empresa de forma mucho más eficaz.
¿Qué es el éxito?
Toda esta gran reflexión y análisis, exige sin embargo algunas ideas complementarias que posibilitarán llegar a posiciones necesarias para aplicar los cambios deseados. Incluso, si se deben romper algunos paradigmas bien arraigados.
En este sentido, poder realmente comprender que el objetivo de nuestro trabajo o nuestro proyecto no es necesariamente el mismo para otro, requiere correrse de la certeza de que el éxito representa lo mismo para todos.
¿Qué es y cómo alcanzar el éxito? Hay tantas respuestas como posibles interlocutores, lo que nos arroja la posibilidad bastante certera de que el éxito sea un concepto bien subjetivo, pudiendo simbolizar cosas bien distintas para todos.
Actúa como esperan y cosecha los frutos
Así como de manera lógica esperas algo de tu equipo, tu equipo también espera algo de ti. Que los comprendas, los consultes y empatices con sus insatisfacciones y objetivos, brindando soluciones y puentes en común que lejos de alejarlos de la organización los acerque cada vez más produciendo resultados positivos para todas las partes.
Por esto mismo, detenerse a pensar puede ser la clave, transformándote en un líder consciente que no solo exija resultados desde las certezas sino que también busque soluciones desde el interrogante y la consulta, conectando con cada una de las personas de la organización.