El flujo de sabiduría intergeneracional como receta para un trabajo efectivo
Así como ocurre en múltiples espacios de la vida, la diferencia entre las distintas generaciones es un asunto que se puede identificar fácilmente en el ámbito laboral. Con el paso de los años y el avance de las tecnologías, cada generación fue absorbiendo los rasgos de su época y aprendiendo a vivir con ello. Es por eso que, al tener que enfrentar una situación, las formas que tienen de hacerlo los baby boomers no es la misma que la de los millennials. Ahora bien, ¿cómo lograr que estas diferencias sean un elemento que potencie el trabajo en equipo y no lo limiten?
Sobre este interrogante, Chip Conley, fundador de la cadena de hoteles y restaurantes Joie de Vivre Hospitality, realizó una interesante charla TED que invita a reflexionar. Aquí el emprendedor coloca el foco en que, si la diversidad generacional es gestionada de forma correcta, la misma es una gran ventaja competitiva. Por lo tanto, resulta necesario “combinar los ojos sabios con los ojos frescos”. Es a partir de este eje que Conley desarrolla su experiencia y explica cómo deben trabajar las diferentes partes para poder aportar al conjunto.
Seguramente los conocimientos en el ámbito tecnológico de las generaciones anteriores serán menores en comparación con el de las nuevas generaciones. A su vez, de forma inevitable, la adaptación a nuevos elementos tecnológicos también será diferente. Sin embargo, existen otras fortalezas que pueden ser complementadas. La experiencia organizativa y el conocimiento acerca de cómo hacer las cosas, por ejemplo, son cuestiones que solo se aprenden con el tiempo. Es así que asuntos de liderazgo solo se pueden fortalecer en el campo de la práctica, y es allí en donde los años se convierten en una ventaja.
Claves para mejorar la convivencia entre las diferentes edades
En este contexto de diversidad generacional, también existen algunos puntos importantes a destacar para trabajar las evidentes e inevitables diferencias. Como primera medida resulta necesario reconocer las virtudes del otro. Comprender cuál es la posición que ocupa cada integrante de un grupo y saber qué puede aportar es una de las piezas claves para lograr un buen desempeño. Asimismo, también es clave entender que, si bien cada uno tiene una función personal, el propósito movilizante debe ser común. Es decir, el objetivo debe ser pensado más allá de los intereses propios.
En esta línea, a partir de una buena organización es necesario encontrar un balance que permita trabajar de forma efectiva y cómoda a cada empleado. A modo de ejemplo, muchas veces ocurre que los grupos de edades más jóvenes (ya sean millennials o centennials) se aburren más rápido o poseen una menor capacidad para retener la atención. A su vez, la necesidad de cambiar y sumergirse en nuevas aventuras está en su esencia.
Es por eso que es ideal encontrar aquel equilibrio con las generaciones mayores, entendiendo que la visión de los baby boomer suele ser más rígida y estructurada. De esta manera, aquí no hay una buena o mala forma de trabajo, simplemente son diferencias que deben ser aprovechadas para encontrar aquel buen funcionamiento.
La sabiduría y la disrupción, elementos fundamentales
Mencionar que es necesario aprender a trabajar de manera colectiva no es simplemente afirmar que el trabajo en equipo enriquece. Es ir un poco más lejos y observar que se ha generado una nueva clase de personas mayores. Han quedado atrás las reverencias, los tratos fríos y aquellas barreras que marcaban distancia. Esto no quiere decir que se ha perdido el respeto, ni mucho menos, sino resaltar que la relación que existía entre las diferentes generaciones se ha modificado. Por eso hoy es necesario construir y adaptarse a una nueva forma de relacionarse para convivir dentro del ámbito laboral.
Es hora reconocer que las generaciones más grandes quizás sean novatas al tener que resolver ciertos desafíos tecnológicos actuales. Sin embargo, cuentan con una sabiduría atemporal que puede ser aplicada a problemas modernos. Chip Conley resalta: “Los buscadores son brillantes para darte respuestas, pero un guía con sabiduría te puede ofrecer la pregunta correcta”. Comprender e identificar qué es lo que motiva a cada compañero es una gran capacidad con la que puede contar una persona experimentada. Ello no se encuentra fácilmente en alguien que aún no tiene un largo recorrido en liderazgo, por ejemplo.
En este sentido, es a partir de esta realidad que los equipos con una diversidad de edades resultan más efectivos. Como se mencionó, la edad no debe ser una carga, sino una ventaja para poder crear una relación de orientación mutua entre las diferentes generaciones. La sabiduría y la disrupción no deben ser pensadas por separado, sino en un conjunto. Entendiendo que en este nuevo paradigma se puede hacer un gran uso de las diferencias para aumentar la eficiencia de las empresas y así lograr grandes resultados.