Como ya se ha tratado en otras entregas de Next Idea 4U, el liderazgo es una cualidad que lejos de traerse adquirida de nacimiento, se logra construir y desarrollar a lo largo del tiempo con trabajo y dedicación.
Antes de analizar, entonces, las características de los líderes del mañana, es propicio entender a qué nos referimos cuando hablamos de ellos. Para Richar Ruiz, autor del libro “Pando, 5 pasos para ser un líder”, “el concepto de ser un líder se puede ver desde muchas perspectivas, pero a nivel general puede decirse que un líder es una persona que hace que los demás hagan”.
En el mismo sentido, retomando la pregunta de si un líder se hace o se nace, el Director de ProfeRR, asegura: “Definitivamente el líder se hace, ningún bebé nace con todas las habilidades para gestionar personas. A nivel general entonces, un líder es el que hace que la gente haga”.
Si tenemos en cuenta que el camino de un líder tiene que ver con una formación al respecto, el contexto en que lo hace resulta fundamental. Por eso, observar la coyuntura es muy importante a la hora de definir cómo deberán desenvolverse los líderes en el futuro.
Pensando en el momento actual, Xavier Pirla Llorens, Coach Ejecutivo especialista en estos temas, analiza: “Si algo podemos estar más o menos todos de acuerdo es en esta aceleración del cambio, y para mí lo que más trae consigo el cambio es la incertidumbre. Empezó a cambiar el paradigma de la gran organización como un lugar seguro”, explica.
“La gente se dio cuenta que no hay trabajos seguros”, continúa, “por lo tanto, algo que necesitamos desarrollar todos y con urgencia es la capacidad de ser flexibles y estar constantemente aprendiendo".
Inmerso en la reflexión sobre cómo actuar ante este escenario, Pirla afirma con contundencia: “Para tener ese componente de flexibilidad uno tiene que aceptar como parte de la vida el proceso de cambio. Si eres un emprendedor no hay otra opción”.
Ser un líder en este presente inestable y, mucho más, en el mundo que se avecina, requiere de una sensibilidad bastante particular. “Ser líder quiere decir llevar, acompañar, cuidar, estar al servicio y guiar a un conjunto de personas. Saber qué les sucede, de qué tienen miedo, dónde están las amenazas que percibe, cómo se motiva”, señala Pirla.
“Entonces, o entiendes a cada una de las personas que tienes delante o lo único que puedes esperar es que desde la mejor de sus voluntades hagan lo mejor que puedan”, advierte, y continúa: “Hay que entender dónde tiene cada uno su debilidad, sino nos costará mucho hacer lo que un líder tiene que hacer, que no es solo guiar a la gente sino ser capaz de desarrollar el potencial de las personas y ayudarlas a crecer”.
La cita que menciona Ruiz resume en sabias palabras una de las ideas principales que busca transmitir con sus conceptos: “La gente suele cometer un error común que es pensar el liderazgo como un don. El líder se hace con una serie de habilidades que están plenamente identificadas, cualquier persona que quiere convertirse en líder estudia esas habilidades y simplemente las desarrolla”, asevera al respecto.
En cuanto a estas cualidades, mientras tanto, esboza una breve pero concreta descripción que esclarece el camino: “Comunicación efectiva, pensamiento crítico, creatividad, negociación, trabajar en equipo, tener visión, gestionar conflictos, gestión del tiempo, habilidades de coaching y saber balancear la diferencia entre liderazgo y gerenciamiento, son solo algunas de las diecinueve habilidades que reconozco para este rol”.
Con notable claridad enunciativa y argumentativa, Pirla deja en claro lo que para él son las características clave que requerirá el liderazgo en el futuro cercano. “Para mí lo primero de todo es que debe ser un líder resiliente, es decir, capaz de sostener, recuperarse y adaptarse a situaciones de estrés”, comienza enumerando.
“Como segundo punto, un líder debe ser extremadamente flexible, para lo que debe tener un gran dominio del pensamiento crítico o no podrá ajustarse a los cambios de paradigmas que hay constantemente”, continúa describiendo, y agrega: “También debe ser una persona ultra consciente de sí misma, de dónde están sus debilidades, a qué está respondiendo, qué siente que es una amenaza para él. Un líder debe estar trabajándose constantemente interiormente”.
En cuarto lugar, “un líder debe ser una persona con una capacidad de análisis humano increíble, y en quinto, tiene que ser una persona capaz de comunicarse, motivar, influir a los demás. Algo que muy pocos líderes saben hacer sistemáticamente”, apunta Pirla.
Por último, el sexto y séptimo punto: “Debe ser capaz de generar una visión, capaz de proyectar esa fuerza y esa responsabilidad en todo el proceso, y entender que un líder está al servicio de los demás y no que los demás trabajan para él. Esa es la vocación de servicio y de hacer crecer a los demás", concluye.
En busca de más respuestas que permitan pensar con eficacia definiciones en torno al disparador original, Ruiz plantea un interesante repaso histórico contextual: “A la hora de hacer cosas, cualquier tipo de proyecto, siempre hay tres elementos: piezas, procesos y personas. Esos tres elementos han tenido un grado de importancia distinto en las diferentes épocas”, explica inicialmente.
“Desde 1990 lo menos importante son las piezas, lo segundo son los procesos y lo súper importante son las personas”, determina, y desarrolla: “Por lo tanto, el liderazgo ha cambiado, ahora el énfasis en las personas es mucho más marcado. Anteriormente los departamentos de gestión de personas se llamaban Recursos Humanos, ahora se llaman Talento Humano o Áreas de Personas”.
Para Ruiz, entonces, las estructuras han cambiado convirtiéndose en más planas y horizontales, con una jerarquía que aunque existe es sin dudas más abstracta, haciendo que el líder sea más democrático, participativo y cooperativo.
“Pensando en los líderes del futuro, esta tendencia se marcará aún más”, ratifica con pocas dudas, y deduce al respecto: “La principal diferencia está en la comunicación, anteriormente la comunicación era más lineal y ahora es más participativa, se habla de cocreación. Hacia el futuro será aún más, con énfasis en las personas, en la conversación, lo cocreacional, en la democracia y lo participativo”.
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