El miedo: un factor condicionante
Desafíos, inconvenientes y nuevas oportunidades son algunas de las realidades que se presentan en aquel camino hacia los buenos resultados. De su resolución dependen muchas variantes y capacidades, pero sin dudas hay una que ocupa un lugar fundamental: la inteligencia emocional. Saber identificar y gestionar lo que se siente es una característica de alguien que tiene claros sus objetivos y no duda en conseguirlos. Hasta aquí todo correcto pero, ¿qué pasa cuando no es posible detectar qué te sucede internamente y se presenta esa sensación de continuo estancamiento?
El autosabotaje es un concepto interesante por múltiples razones y si no se trabaja puede transformarse de forma silenciosa en un gran enemigo. En esta misma línea, si bien existen diferentes tipos de autosabotaje, la dificultad para detectarlo es algo que se comparte en todos los casos. Esto se debe a que el mismo responde a actos inconscientes y se hace presente en aquellas ocasiones que pueden representar un cambio en el rumbo de la vida de una persona.
Por otro lado, es necesario resaltar que esta tendencia a sabotear todo lo propio suele tener su anclaje en el temor a lo nuevo. Ya sea de forma directa o indirecta, el mismo suele obstaculizar la obtención de un objetivo. A su vez, también es importante comprender la relación entre el sabotaje y la zona de confort. Mediante ciertos mecanismos inconscientes, el autosabotaje siempre lleva a las personas a aquellos lugares “conocidos” que aparentan estar libres de sufrimientos.
Cuáles son las causas más comunes del autosabotaje
Si bien los motivos detrás de este fenómeno pueden ser varios, algunos tienen mayor incidencia. Entre los mismos se encuentra la baja autoestima, por ejemplo. Aquella autopercepción que le impide a una persona sentirse valiosa. Otra de las causas comunes puede ser la falta de seguridad. Esta carencia de estabilidad representa un gran obstáculo para lanzarse hacia nuevos proyectos o simplemente dar un paso hacia delante.
Los problemas para priorizar ciertos objetivos o determinar metas claras puede ser otro condicionante. A su vez, este aspecto también suele estar ligado a la falta de motivación, la cual impide trazar aquellos horizontes a futuro. No obstante, no hay que olvidar que el hecho de no encontrar motivación también puede estar ligado a presiones de la infancia. Por último, la falta de autocontrol también es un factor al que no se le debe restar valor.
Las características y variaciones de este fenómeno
A modo de conocer con mayor profundidad las particularidades del autosabotaje, es posible mencionar cuáles son los diferentes tipos y conductas que se pueden manifestar.
Dejar actividades o promesas a la mitad
Con el solo hecho de pensar unos minutos es común que se presente algún ejemplo de esta realidad. Iniciar múltiples proyectos sin poder concretarlos o abandonarlos al poco tiempo refleja la falta de compromiso y motivación. Además, anula la posibilidad de poder aprender ante el fracaso.
Buscar la perfección absoluta
Siendo la excusa ideal para no darle cierre o no concretar un proyecto, el perfeccionismo está íntimamente ligado al autosabotaje. A su vez, el mismo se puede presentar tanto en personas que se creen incapaces de lograr el resultado deseado o en aquellas otras que entran en un bucle infinito de revisiones.
Postergar indefinidamente responsabilidades
Conocido como procrastinación, el hecho de retrasar aquellas tareas suele ser muy común. Ya sea por temor al resultado o desinterés frente a aquella responsabilidad, este hábito también se ubica dentro de la clasificación de los tipos de autosabotaje.
3 Tips fundamentales para dejar atrás el autosabotaje
Cuando el autosabotaje se hace presente, puede que parezca un acto sumamente difícil superarlo. Sin embargo, con energía y el convencimiento como principal motor, existen algunas herramientas útiles para enfrentarlo ¡Descubre cuáles son!
Comprender que este cambio representa un proceso
La primera clave será tomar conciencia acerca de que este es un cambio paulatino. Esto no quiere decir que es necesario relegar toda aquella energía necesaria para tratar el autosabotaje, pero sí entender la necesidad de colocarse pequeños objetivos. Evitando la frustración repentina, desde esta posición será posible valorar y reconocer cada avance como tal.
Buscar y generar motivaciones
Cuando las semanas transcurren y un día parece igual al anterior, es necesario tomarse un momento para pensar. Es muy común que el autosabotaje esté ligado a la ausencia de objetivos, la desorganización y la falta de compromiso. Es por eso que para poder alcanzar y valorar los proyectos resulta necesario dejar claras las bases.
En este sentido, descubrir cuáles son las aspiraciones y los sentimientos que motivan a alcanzar aquellos objetivos es una gran ayuda. Asimismo, no siempre es necesario compartirlas con cualquier persona, el hecho de mantener un círculo cerrado en relación a estas metas puede ayudar a sostenerlas de forma más íntima. Por último, planificar y esbozar una estrategia también es un gran estimulante ya que delimita un sendero.
Trabajar para alcanzar la estabilidad ideal
Si bien el concepto de equilibrio puede ser pensado desde diferentes perspectivas, se pueden mencionar tres aspectos claves acerca del mismo: la salud física, mental y emocional. Cuando se alcanza este estado de bienestar, los niveles de estrés disminuyen notablemente y es posible enfrentar cualquier situación desde una mejor posición. De esta manera, la preocupación por posibles consecuencias negativas frente a una decisión importante, disminuirá notablemente.