Hay una búsqueda en las personas que es tan constante como la de la felicidad, de hecho están interconectadas. Se trata de llegar al éxito, lograr coronarse como una persona exitosa en lo que se haga, tener el reconocimiento de terceros, pero más importante aún la satisfacción personal que va por dentro de uno mismo y que permite liberar esa sensación de plenitud, de felicidad.
El conferencista y experto en estos temas Dean Graziozi, que se ha vuelto un reconocido empresario e inversor que motiva desde su propia experiencia, define un una frase la receta para encontrar el camino directo al éxito personal: "No importa lo rápido que puedas ir, no importa la pasión que tengas y no importa la energía que pongas en algo. Si no tienes una visión y claridad sobre el destino al que quieres llegar, simplemente nunca llegarás".
La visión de la que habla Graziozi se construye desde la definición de un motivo sólido, un por qué que sea tan fuerte como valedero. Si no existe ese norte, esa razón por la cual caminar y seguir insistiendo cada día, el autor norteamericano de varios best sellers sentencia: “cualquier desafío terminará por devolverte al camino de la menor resistencia”.
Los motivos pueden surgir de distintos ámbitos, pueden involucrar a otras personas o ser un faro más personal, pero siempre tienen que ser contundentes. De hecho, para Graziosi el punto de inflexión que terminó dándole el motivo para crecer en lo personal fue la muerte de su madre y el sentir que en vida no pudo demostrarle lo mucho que ella había impactado en él. “Adoptar un por qué tan poderoso seguramente evitará que procrastines o te desvíes de tus objetivos vitales”, afirma.
Hay maneras de potenciar las capacidades que cada persona tiene dentro y que pueden ser las que lo conduzcan eventualmente a una realización, a ser la mejor versión de uno mismo, que será además el mejor vehículo para que esa conquista personal se traslade al plano de negocios o trabajo, sobre todo en una posición de liderazgo.
En uno de sus tantos postulados, Dean Graziozi afirma algo que suele ser un “secreto a voces”, pero literal. Porque justamente hay voces que solo una persona escucha y son las internas, esas que se producen dentro de la propia cabeza y que aunque no se exteriorizan desde el habla, si tienen una llegada directa al accionar de una persona. Graziozi identifica a eso como “un villano viviendo dentro de nosotros”, ya que muchas veces esas voces plantean dudas y cuestionamientos que frenan, congelan y echan para atrás las intenciones de crecer o tomar una decisión que puede resultar trascendente.
“A menudo, este villano es prominente cuando buscamos alcanzar una meta más alta. Sin embargo, estamos alimentando a este villano a diario. Cada vez que aceptamos un pensamiento negativo, reaccionamos fuera de lugar o adoptamos un lenguaje negativo, alimentamos a este villano. Tenemos que entender mejor lo que nos impide alcanzar el éxito financiero, romántico, estético o artístico, porque al comprender eso podemos empezar a matar al villano”, resume Dean.
Otro de los hábitos que Graziozi menciona como un requisito para aquellas personas que persiguen el éxito es el de trabajar al máximo, hacer todo lo que se pueda siempre de la misma manera. Es decir que sin importar el contexto ni quienes estén presentes o mirando, uno debe brindarse a la tarea con todo lo que tiene, “Aprendí que en todo lo que hagas, hazlo siempre lo mejor posible. Las personas con éxito, tanto si trabajan por cuenta ajena como por cuenta propia, hacen todo lo que pueden, como si el jefe les estuviera observando cada minuto de cada día", señala.
El éxito y la confianza es un vínculo que debe necesariamente existir, se retroalimentan una a otra. Dean incluso refiere que “una disminución del 5% en la confianza puede impedirnos actuar para marcar la diferencia en nuestras vidas. Por lo tanto, debemos esforzarnos siempre por maximizar esa confianza”.
Además, otra virtud que debe sumarse es la de la productividad, un concepto que para avanzar resulta elemental. “Todo lo que no es productivo te hace perder impulso”, dice Graziozi. Es importante siempre enfocarse en aquellas actividades que aporten productividad, que sean significativas en ese sentido, para aprovechar el tiempo de la mejor manera y para que en cada acción haya una ganancia en cuestión de crecimiento personal, siempre con el objetivo de ser la mejor versión de uno mismo.
Un lider que quiera alcanzar su mejor versión tiene que tener en cuenta a las personas a las que lidera. Es decir, que ningún liderazgo puede terminar de consolidarse sin la aprobación y el bienestar de las personas que están por debajo en la estructura. Los mejores indicadores que hay para destacar en este punto están en la forma de administrar y gestionar los grupos o equipos de trabajo. Los mandatos o imposiciones no llevan a ningún lado, por el contrario, un líder positivo aspira a inspirar desde los ejemplos y desde la propia productividad, entendiendo que ser productivo no es hacer todo sino funcional a los objetivos que se persigan.
Lo cierto es que nadie que no logre sacar su mejor versión sacará las mejores versiones del resto, ni provocará esa influencia mencionada. "Ser un lider te lleva a adquirir más recursos (mentales, emocionales, etc) que podes compartir y poner en marcha con los otros", sentencia Graziozi.
