Se trate de emprender una carrera, un negocio, o simplemente encarar la rutina de la mejor manera posible, hay una virtud que se impone: la constancia. Tal como enseña la fábula de la tortuga y la liebre, no es la velocidad, ni la inmediatez lo que conduce al éxito, sino la tenacidad para mantenerse enfocado en el camino que se elija.
Por supuesto que el dinamismo y la flexibilidad son dos buenas habilidades a desarrollar, sobre todo en los tiempos que corren, donde la información pasa rápido y los cambios de paradigma son cada vez más profundos, potenciado tras lo ocurrido con la pandemia y esos dos años en los que se reconfiguró el escenario del ecosistema emprendedor y negocios. Sin embargo, el multitasking y el hecho de estar pendiente de muchos frentes al mismo tiempo, termina siendo contraproducente, al igual que pasar por distintas áreas en poco tiempo o rotar de intereses constantemente.
Hay cambios necesarios por contexto, que requieren de adaptarse para no quedarse atrás. Dean Graziosi, autor, empresario y educador, con múltiples best sellers publicados en el New York Times, menciona este tipo de viraje como algo: “táctico y estratégico”, pero no le resta importancia, sino que expresa todo lo contrario: “si no te adaptas y esperas de brazos cruzados que las cosas vuelvan a ser como antes, probablemente eso no vuelva a ser así”.
De todas formas, Dean se para en un escenario que cataloga como “río cuesta arriba”, para dar cuenta de que: “si el mundo cambia, no solo tenemos que cambiar nuestras tácticas y estrategias y usar distintas herramientas, también debemos modificar nuestra mentalidad (mindset)”. Además, sobre esto, advierte: “es muy fácil caer en la incertidumbre y cuando eso pasa la confianza baja, nos atrevemos a menos, vamos lento esperando a que alguien cambie, acomode o arregle las cosas. De esa forma puedes quedarte atrás”.
El hecho de rebotar de un lado a otro, sin definir un rumbo claro, por más variedad de conocimientos que genere, puede terminar resultando negativo para el desarrollo de un camino emprendedor. En una entrevista para el canal de YouTube de Carolina Millan, Graziosi habla precisamente de esto y lo enfoca principalmente en aquellos emprendedores incipientes e iniciales: “simplifica, simplifica y simplifica. Es importante enfocarse en una sola dirección y mantenerse en ese carril”, enuncia.
Además, establece ciertas condiciones y habilidades a seguir trabajando para poder alcanzar los hitos que cada uno pueda tener, sin importar la industria en la que se encuentre: “lo primero que se debe hacer es reforzar la mentalidad, porque sin una mente imparable, en el mundo loco de hoy, te aseguro que vas a sentir molestias, te caerás y lo que sea que estés emprendiendo no resultará”.
Habiendo participado de más de 14 empresas exitosas, que han impactado de forma positiva a una escala global, destacándose la plataforma Mastermind.com, Dean transmite la necesidad de autoconocerse y entender cuando uno está dispuesto a comprometerse por completo, porque sin convencimiento ni compromiso, no hay claridad en el horizonte: “lo primero que necesitas para tu negocio son certezas y estar 100% comprometido”, afirma.
Una vez atravesada la etapa de investigación y análisis personal sobre lo que se quiere hacer, el reconocido conferencista norteamericano incluye otra enseñanza: “necesitarás aprender de alguien que ya haya recorrido ese camino, no trates de resolver todo tu solo. Invierte en ese conocimiento”.
Va más allá de disfrutar o divertirse, de que sea un gusto o hobby, en este apartado lo que se valora es la razón, el verdadero core de cualquier negocio, el cual Graziosi traduce como: “el por qué”. El autor de “The underdog advantage”, pregona siempre partir de un por qué poderoso, que movilice a la persona, que lo haga emocionarse, de risa, de llanto, pero que le provoque necesariamente alguna emoción.
Incluso si también produce miedo o nerviosismo, la clave está en “tomar acciones masivas incómodas”, porque muchas veces “todo lo que se busca está al otro del miedo” y solo accionando de forma incómoda, es decir corriendose de la zona de confort, se puede alcanzar ese punto, señala. Por supuesto, al encontrar esa razón, ese por qué poderoso, las posibilidades de éxito se incrementan, ya que cualquiera se exige más por lo que le interesa.
En el mundo de los deportes, muchos protagonistas declaran que el día que la motivación por jugar el juego se acaba, es momento de cambiar, y muchos de los grandes han reconocido que antes de cada partido sentían cierto nerviosismo, algo así como un cosquilleo en los dedos, un pequeño escalofrío tal vez, pero lejos de ser algo malo, era una señal positiva, porque eso marcaba que del otro lado había algo atrayente.
Hablar de los sentimientos, de la forma correcta de proceder, de la certidumbre necesaria que hace falta para cambiar y saber el momento exacto para hacerlo, suena sencillo quizás. Sin embargo, si uno le agrega el proceso de búsqueda del por qué, la cuestión tiende a complejizarse.
¿Por dónde comenzar? ¿En qué detenerse? La industria del autoconocimiento y la educación informal, son buenos lugares donde buscar y comenzar a investigar aquello que cada persona necesita para cambiar y encontrarse en la carrera o negocio que decida emprender.
