Dentro de las muchas aristas que podemos analizar al poner el ojo en las nuevas formas de empleo y el cambio de paradigma en el mundo del trabajo, sin dudas también se encuentra la de la formación. Pensar en innovadoras maneras de trabajar e insertase laboralmente, nos obliga indefectiblemente a planear cómo prepararse de manera adecuada para poder lograrlo.
En un mundo en plena transformación, los jóvenes, sobre todo, se encuentran ante del desafío de anticiparse a los cambios y formarse pensando no solo en el escenario actual sino también en el que vendrá. Sin embargo, esto no resulta nada sencillo.
Para comprender un poco mejor el fenómeno, es adecuada recordar la afirmación que Cathy N. Davidson hizo ya en 2011 en su libro Now You See It: How the Brain Science of Attention Will Transform the Way Wee Live, Work and Learn: “El 65% de los niños que hoy entran en la escuela elemental terminará trabajando en carreras que todavía no han sido inventadas”.
No hay que alarmarse, pero si entender que el futuro ya llegó. Por lo tanto, si resulta en vano pensar en qué carreras estudiar a futuro, lo mejor será poner atención en qué perfiles y características serán las más requeridas y se convertirán en las más aptas para el entorno venidero.
Estudiar y formarse siempre será un factor esencial para mejorar como profesional y como persona. Ahora bien, viejos esquemas y modelos se encuentran en plena caída. Si pensamos en la educación universitaria, el presente y las proyecciones que pueden hacerse nos inclina a pensar que las carreras tradicionales ya no son garantes de un futuro próspero como sí se creyó durante mucho tiempo.
En este sentido, Miguel Ángel Delgado, coach laboral y docente de Postgrado en la Universidad Privada Boliviana, comenta con puntual conocimiento: “Las carreras tradicionales aseguran un futuro en mucho menos porcentaje que antes. La situación del desempleo en la gran mayoría de Latinoamérica hace que terminar una Licenciatura ya no garantice insertarse laboralmente. Muchos jóvenes optan por emprender y por hacer carreras cortas y especificas relacionadas con el ámbito de la tecnología u otras áreas con las que puedan lanzar sus proyectos personales”.
Sumando a este enfoque y sin dejar de destacar su importancia, Valentina Avendaño, CEO y Fundadora de Brave Job, aporta una interesante mirada sobre el tema: “La Universidad es una base, aunque tiene un gran desafío por actualizarse y pasar de un conocimiento teórico a otro más bien práctico. Dar herramientas para que los jóvenes partan desde el inicio buscando formas de resolver conflictos reales, el mundo es tan cambiante que uno no puede tener un manual de cómo funcionan las cosas, se debe salir a experimentar e innovar rápidamente”.
Además de la actualización que considera necesaria, Avendaño cree también en las transformaciones de las personas: “Creo que un punto fundamental es que un profesional no puede quedarse con lo que aprendió en la Universidad, sino que tiene que estar continuamente hambriento por aprender”, explica con seguridad.
“Al salir de la Universidad”, continúa, “no hay que creer que un título o una empresa te va a asegurar el futuro, sino que hay que ir más lejos y buscar lo que te interesa, profundizar en esos temas y dedicarle tiempo de tu vida a esos espacios de desarrollo profesional”.
En este proceso donde los cambios cada vez son más acelerados y las etiquetas son cada vez menos útiles, conviene correr la mirada de lugar. Tal como queda claro, ya no alcanza con pensar en carreras o profesiones, en cambio, sí es mucho más productivo pensar en construir perfiles competentes.
Pensando justamente en esto, la CEO de Brave Job arroja un concepto fundamental y esclarecedor pensando en el futuro: “Yo creo que los perfiles que van a pegar un salto grande serán los perfiles híbridos, un concepto que hace referencia a la búsqueda de un perfil con talentos motivados por diferentes tipos de habilidades”. Continuando con su explicación, Avendaño profundiza: “Estos perfiles no son profesionales enfocados en un área específica sino también personas con diferentes conocimientos, por ejemplo, expertos en matemáticas que también conecten con partes humanísticas”.
A partir de caracterización, entonces, se desprende gran parte de la respuesta que enuncia el título de este artículo. “Estos perfiles de jóvenes están movidos por el interés de buscar un propósito personal, son híbridos porque conectan con que no solo son profesionales en algo, sino que van en esa búsqueda y con ese propósito de un crecimiento personal”, argumenta con extrema claridad Avendaño.
Ya en el mundo de hoy se puede notar la preponderancia de estos dos tipos de habilidades en la búsqueda de recurso humano, por lo que significa un indicador suficiente para comprender que serán aún más requeridas en el futuro.
Con respecto a esto, Delgado es contundente: “Los perfiles que más se buscan son aquellos con habilidades blandas y tecnológicas, específicamente en lo que es innovación, creatividad, trabajo en equipo y conocimientos digitales”, asegura.
Al mismo tiempo, con más especificidad, adhiere: “Dentro de los nuevos conceptos que se están manejando, hace tiempo que se tiene conocimiento sobre los marcos ágiles de trabajo, por ejemplo, Scrum, Design Thinking o Lean, se están buscando perfiles que tengan ya ese conocimiento”.
Para Delgado, entonces, se vuelve fundamental prepararse y formarse en áreas y capacidades que exceden las profesionales y específicas. En este sentido, explica lo siguiente: “Es importante desarrollar la inteligencia emocional a través de mentorias, coaching, y otras metodologías que ayuden a mejorar las habilidades tanto de los jóvenes como de cualquier persona que está en el ámbito empresarial. Si no toleramos el estrés y no manejamos nuestras atenciones, por más conocimientos y puesto jerárquico que tengamos, no nos va a dar buenos resultados”.
Haciendo un escaneo rápido por las distintas industrias, se torna imposible no vincular estas transformaciones del mundo del empleo y la formación con el crecimiento vertiginoso de las empresas tecnológicas emergentes.
Así lo explica Avendaño: “Las startups se han convertido en un horizonte y una excelente opción real para muchos, ya que hay una mayor búsqueda de talentos porque su desarrollo exponencial ha llevado a que tengan que contratar constantemente nuevos perfiles con nuevas habilidades. Estos son perfiles abocados a la tecnología, a cómo adaptarse rápidamente, perfiles que conecten con la creatividad y la innovación, y perfiles hambrientos por crecimientos tempranos".
Con el panorama un poco más claro, los profesionales consultados expresan algunas recomendaciones que creen prudentes para los jóvenes interesados en adaptarse de la mejor manera al futuro laboral que los espera.
En primer lugar, Delgado pone la atención en ser estratégicos y comprender el entorno en el que se encuentran: “Algo importante es revisar las convocatorias en el país o región que se encuentren y empezar a dilucidar qué requisitos se piden, muchos jóvenes terminan la universidad y piensan que con el título ya van a lograr todo, pero no es así”, advierte, y concluye: “Deben tratar de buscar ciertas capacitaciones donde les enseñen a manejar sus emociones, desarrollar habilidades de liderazgo y optimizar la organización del tiempo, por ejemplo, cuestiones que más adelante sí o sí necesitarán”.
Por su parte, Avendaño puntualiza sobre el autoconocimiento: “Conocerse, descubrirse y trabajar esas cuestiones personales constantemente, es muy normal creer que la vida va a pasar y no va a llegar el momento de cuestionarse quién soy y qué quiero, pero mientras antes uno se lo cuestione, abre más puertas y alternativas de posibilidades”.
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