Cuidadoso pero directo: condiciones imprescindibles
Nadie discute que para poder intercambiar opiniones y mantener un diálogo fluido los encuentros presenciales son la mejor opción. Más aún si se piensa en una reunión multitudinaria, donde participa una mayor cantidad de personas y quien toma la palabra puede variar en reiteradas oportunidades. No obstante, luego de la pandemia, las reuniones virtuales comenzaron a ser cada vez más frecuentes en los ambientes laborales. Con el fin de ahorrar tiempo y gastos en traslado, conectarse desde casa o desde el mismo espacio de trabajo parece ser la forma ideal para realizar una reunión.
Sin embargo, bajo esta modalidad se presentan nuevas dificultades que quizás antes de forma presencial pasaban desapercibidas. Lo que antes parecían detalles menores pueden impedir por completo el correcto desarrollo de un encuentro. De esta manera, tomar la palabra es una de esas instancias que antes parecía una acción sumamente simple y ahora requiere ciertas estrategias o al menos técnicas sutiles.
El principal inconveniente que aparece aquí es que, quien se encuentra exponiendo y realizando una presentación, fácilmente puede sentir que la interrupción de su monólogo corresponde a una actitud grosera. Es por eso que, a modo de ejemplo, una técnica muy eficaz para tomar la palabra es interrumpir al orador pero completando lo que este dice. Es decir, realizando un aporte a ello para después, si se quiere, sí mostrar o dar a conocer opinión diferente.
El fenómeno de las reuniones virtuales
Cuando se produce una modificación tan grande en la forma de establecer vínculos y comunicarse, resulta necesario aprender nuevos mecanismos y adaptarse a los escenarios emergentes. Esto no quiere decir que antes del 2020 no existían plataformas digitales dedicadas al intercambio virtual, pero sí se hizo presente una gran transformación respecto al uso de las mismas. Antes eran casos aislados y ahora comenzaron a formar parte de todos los días de los trabajadores o al menos algunas veces por semana.
Frente a esta realidad, cuestiones como el lenguaje corporal empezaron a ser mucho más complejos de identificar. Poder notar cuándo un integrante de una reunión se encuentra incómodo, distraído o molesto puede ser mucho más difícil de lo que parece. Además, usualmente la única manera de confirmarlo es preguntárselo de forma explícita y dejando en evidencia aquella situación o agudizando un mal momento.
Esto no quiere decir que el fenómeno de las reuniones virtuales y el aumento en su utilización no cuente con aspectos positivos. De hecho, tampoco hay que olvidar que con ellas también aparecen nuevas herramientas para facilitar la comunicación. Ya sea para pedir la palabra, dar a conocer una opinión sin interrumpir o exhibir diapositivas en una presentación, se presentan nuevos recursos. Es por eso que resulta pertinente comprender su propagación desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta en qué se gana con su utilización y que otros aspectos se dejan de lado.
5 formas efectivas de tomar la palabra
Interrumpir el discurso de una persona dentro de una reunión virtual, fácilmente puede tomarse como un acto grosero. Descubre cuáles son los métodos más efectivos para intervenir desde el respeto.
Evitar que avance la reunión
Simplemente por una cuestión relacionada a la capacidad de atención, es común que a medida que avance el tiempo la concentración de los integrantes disminuya. Ligado a ello, la predisposición de los participantes a colaborar sigue la misma línea. Es por eso que se recomienda no dejar pasar demasiados minutos para intervenir, ya que así será más fácil ser escuchado y no se perderá el eje del encuentro.
Encontrar el momento indicado
Más allá de que parezca una obviedad, saber hallar esos segundos de respiro en la oratoria de una persona es fundamental. Lo principal aquí radica en no centrarse únicamente en la pausa al hablar, sino encontrar aquel punto final que da cierre a una idea. De esta manera, aunque el participante tenga más por decir, la intervención será correcta y educada.
Utiliza las palabras correctas
Así como hay palabras que se deben evitar completamente mencionar para interrumpir, por ejemplo iniciar con un "no", existen otras muy funcionales para esta acción. Generalmente estas cargan con una connotación positiva y dejan a la otra persona con una buena impresión. "Coincido", "es cierto", "genial", son algunas de ellas. A su vez, por más que no se coincida precisamente con lo planteado anteriormente, se puede resaltar un aspecto puntual positivo para luego desarrollar lo deseado.
Aprovechar las herramientas de las plataformas
A pesar de que no resultan lo ideal, ya que muchas veces no son percibidas por las personas que exponen, es útil hacer uso de aquellos recursos disponibles. El más frecuente es "levantar la mano" y funciona como una señal sin faltar el respeto a aquel integrante.
Evitar dudar
Finalmente, es clave tener en cuenta que cualquier interrupción debe llevarse a cabo de manera concisa. Mantener un tono de voz demasiado suave o poco convincente puede dejar ciertas dudas o incluso pasar desapercibido. Por lo tanto, y siempre desde el respeto, es útil intervenir de modo sólido enfatizando en las primeras sílabas de la palabra escogida.