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Benchmarking: qué es y cuáles son sus ventajas

Reconocer cuáles son las fortalezas y los puntos débiles de un proyecto propio es uno de los primeros pasos a realizar cuando se busca crecer y progresar. Es por eso que el benchmarking representa una gran herramienta para lograrlo.
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Benchmarking: qué es y cuáles son sus ventajas

Observar, analizar y aplicar: un camino necesario

Frecuentemente se cree que tomar aquello que funciona como ejemplo o referencia es sinónimo de robar. Sin embargo, hay grandes diferencias en las formas de elegir algo para adaptarlo y recrearlo de forma positiva. De hecho todo lo que suele ser llamado innovación, de una forma u otra, ha partido de una base. Es dentro de este camino que se encuentra el concepto de benchmarking, el cual da cuenta de la importancia de estar constantemente aprendiendo y mejorando.

En la actualidad la competencia entre las empresas se encuentra en niveles muy altos. Pequeños detalles pueden hacer una gran diferencia y por eso prestar atención a las demás compañías, tanto en sus formas de trabajo como en sus áreas, puede ser fundamental. En simples palabras, el benchmarking se define como un proceso en el cual una empresa compara sus áreas de trabajo o las de otras compañías para mejorar. Medir productos, servicios y procesos, realizar un análisis y aumentar la eficiencia de trabajo.

Si bien son múltiples los beneficios que trae consigo este proceso y serán desarrollados en las próximas líneas, la delimitación de objetivos claros es un ejemplo conciso. Cuando se lleva adelante un benchmarking es posible entender por qué la competencia o algunas áreas de la misma funcionan mejor que otras. De esta manera, dicho proceso permite esbozar nuevos objetivos a futuro y, en consecuencia, mejorar y desarrollar nuevas estrategias.

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Cuáles son los diferentes tipos de benchmarking que existen

Teniendo en cuenta que el benchmarking se basa en esta evaluación para crecer, adaptarse e innovar, no todos los procesos de benchmarking son iguales. Dependiendo del lugar en el que se aplique, así como también de los índices a analizar, habrá modificaciones. Benchmarking interno se denomina a aquella práctica que no observa a los competidores, sino que hace foco en el trabajo de los distintos departamentos o áreas propias. Usualmente es el más fácil de recordar debido a que su nombre deja bien en claro su perspectiva.

Por otro lado, también se encuentra el benchmarking competitivo, el cual suele ser uno de los más conocidos y más utilizados. Aquí la atención sí está puesta en la competencia directa, por lo que permite divisar estrategias y técnicas de trabajo que están teniendo éxito. Los resultados del mismo son muy amplios debido a que no solo sirve para identificar nuevas tecnologías sino también posibles errores que se estén cometiendo.

De forma similar pero no igual al anterior, el benchmarking funcional se puede entender como un proceso de búsqueda más amplio. Si el benchmarking competitivo compara y analiza a los competidores directos, el funcional lo hace con organizaciones de todo tipo. A pesar de que no disputen un lugar en el mercado, es posible hallar información valiosa para mejorar y corregir algunos desajustes. Por último, el benchmarking genérico se centra solamente en la organización o compañía más exitosa de la industria. Básicamente, entender cuáles son los puntos fuertes de la empresa que lidera el sector.

4 ventajas del benchmarking

La decisión de llevar adelante una evaluación de la situación actual de la propia compañía o de otras empresas tienen argumentos claros. A continuación podrás conocer cuáles son los principales.

Aumenta la efectividad

Uno de los resultados más claros del benchmarking es la eficiencia que se logra a partir de este proceso. Si se piensa internamente, es posible equilibrar positivamente el funcionamiento de todos los departamentos, y frente a la competencia representa un aumento en la competitividad. Por lo tanto, ya sea para publicidad, atención al cliente o ventas, por ejemplo, trae grandes ventajas.

Abre nuevas oportunidades

Cuando se toma como referencia no solo a la competencia directa, sino también a otras industrias, la creatividad vuela. Se despiertan ideas y se generan nuevas propuestas que antes no estaban ni cerca de presentarse. Esto explica también por qué muchas veces se utiliza el benchmarking cuando se observa un estancamiento. Este proceso no solo sirve para corregir errores, sino también para salir de ese bache que a veces imposibilita avanzar.

Motiva a los empleados

Como se mencionó anteriormente, esta evaluación ayuda a establecer objetivos claros. Encontrar un horizonte a futuro que marque el camino hacia el crecimiento. En este sentido, este beneficio trae consigo mayor motivación para los empleados. Cuando se deja bien en claro cuáles son las actividades a realizar y cuál es la búsqueda deseada, los niveles de productividad aumentan notablemente. Es posible sacar mayor rédito del tiempo y los buenos resultados no tardan en aparecer.

Fomenta valores de cooperación

Muchas veces se ve al benchmarking como una práctica en donde se le “roba” información a la competencia. No obstante, esta idea es errónea por dos motivos: en primera instancia tomar una referencia no es “robar” información, y en segundo lugar este es un proceso que se puede realizar en conjunto. Dar a conocer cuáles son los modos de trabajo y técnicas particulares puede ser un intercambio enriquecedor entre dos compañías con perspectivas diferentes. Sumado a ello, dentro de la misma empresa el benchmarking puede mejorar la comunicación entre las diferentes áreas.