Hablar de Silicon Valley es hablar del epicentro del sector emprendedor tecnológico de Estados Unidos y el mundo. Ubicada en el valle de Santa Clara en California, este lugar ha sido desde sus inicios el terreno ideal para el desarrollo de grandes compañías dedicadas a la computación y la electrónica desde los años ochenta. A su vez, además de ser partícipe del desarrollo innovador de grandes empresas como Google, Apple, Microsoft, Oracle y otras tantas más, esta zona representa un importante porcentaje del total de la inversión de capital de riesgo en Norteamérica.
A pesar del buen momento que atravesaba Silicon Valley años atrás, a partir del 2022 fue protagonista de profundos cambios que alteraron la dinámica de los negocios. Los despidos masivos en el país repercutieron en las principales firmas de la industria tech (entre ellas Meta, Twitter, Amazon) y las dificultades si hicieron cada vez más visibles. Sumado a esto, el Silicon Valley Bank también se vio afectado por el aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal (FED). Medida enmarcada dentro de una estrategia clara para combatir la inflación.
Frente a este contexto, surge el interrogante sobre cuál será el futuro de Silicon Valley. ¿Revertirá la situación negativa para volver a ser aquel horizonte de oportunidades donde parecía no existir límites y todo era crecimiento? Lamentablemente aquel sueño no solo está bastante lejos, sino que el panorama que se avecina tampoco parece alentador. Es así que en el último tiempo Texas parece ser el refugio de muchas empresas y, en consecuencia, también de miles de jóvenes formados para brindar su servicio a las grandes firmas.
Entendido por muchos especialistas como una de las catástrofes más importantes en Estados Unidos luego de la famosa crisis de 2008, el derrumbe de Silicon Valley Bank sin dudas trajo grandes problemas a “la meca de las startups”. Si bien ya fueron mencionadas algunas causas de este suceso, como por ejemplo la medida de la Reserva Federal de EE.UU., es necesario profundizar un tanto más para comprender la coyuntura del conflicto.
En este sentido, hay que mencionar que años atrás el banco había tomado la -hoy podríamos decir desacertada- decisión de adquirir miles de millones de dólares en bonos. Compra para la cual utilizó los depósitos de los clientes, al igual que lo hacen usualmente otros bancos teniendo en cuenta que suele ser una inversión segura. No obstante, aquí se presentaron dos situaciones: el valor de bonos cayó y los inversores de Silicon Valley, al estar faltos de liquidez por la situación económica nacional, debieron recurrir a sus fondos en el 2022. Cuando los clientes retiraron sus depósitos, el banco debió comenzar a vender sus propios activos para cumplir con dicha solicitud.
En el momento que el Silicon Valley Bank se declaró insolvente, buscó la forma de captar capital adicional mediante inversores externos. Sin éxito, todo comenzó a resquebrajarse. La corrida bancaria se hizo presente y el banco encargado de prestar servicio prácticamente exclusivo a las empresas tecnológicas se desplomó. Así, los potenciales inversores se ahuyentaron de Silicon Valley y la región en poco tiempo perdió gran parte de su poder.
Con ausencia de impuestos estatales, bajos costos en energía y múltiples incentivos comerciales más, Texas -y principalmente la ciudad de Austin- resultó ser la opción ideal para un importante número de empresas tecnológicas. Desde hace años, Austin está encabezando un progreso sostenido dentro de este sector y gran parte de las startups y otras compañías tecnológicas tiene base en dicha ciudad.
Siendo un nuevo polo de atracción tecnológico, pesos pesados como Apple, Google o Tesla han trasladado sus negocios a esta zona por los beneficios que representa y su rentabilidad. “La nueva California”, como muchos denominan a Texas, ha recibido importante cantidad de trabajadores que eligen este Estado por el costo de vida mucho más asequible. Observando los balances, según el diario “El Español” las cifras de crecimiento de Texas luego del 2019 fueron exponenciales y este 2023 parece no ser la excepción. Además, justamente los sectores del desarrollo de software, health-tech y fintech han sido los principales.
De esta manera, la pérdida de supremacía de Silicon Valley ha sido una ruptura si se la analiza contemplando el desarrollo histórico. La ausencia de capital y la falta de confianza por parte de la industria tecnológica, provocó que gran número de empresas dejen de invertir en la zona y decidan llevar sus negocios a otras ciudades con mejores condiciones.
No obstante, cabe destacar que esta región del valle de Santa Clara en California está lejos de dejar de ser un centro de innovación. Continúa siendo el lugar donde se producen desarrollos tecnológicos, llegan nuevas inversiones y gran cantidad de empresas tecnológicas se concentran. Pero más allá de esta realidad, sin dudas no posee el mismo protagonismo que años atrás.
