Decisiones corporativas

La ambivalente elección entre un pasante y una persona con experiencia

Qué hacen las empresas cuando deben decidir a quién priorizar ante una oportunidad de crecimiento y cuáles son los motivos que los llevan, o no, a considerar más a sus pasantes sobre otros candidatos que aparezcan con mayor experiencia
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La ambivalente elección entre un pasante y una persona con experiencia

Lo mejor para el equipo: ¿pasantes o experimentados?

Los programas de pasantías son algo recurrente en las compañías, sobre todo en aquellas de mayor estructura, tanto en la cantidad de empleados como en la multiplicidad de tareas. Sin embargo, como su propio término lo define, la pasantía es algo pasajero, de momento, que tiene una fecha en la cual caduca y debe renovarse o bien evolucionar

Los pasantes, están vinculados generalmente a una edad menor, es decir que los programas de pasantías suelen estar enfocados en los jóvenes, aquellos que recién finalizan sus estudios o que incluso aún están en ese proceso de formación académica. Es por eso que se les asigna tal figura, que de alguna manera no los hace trabajadores formales de la empresa o compañía para la que brindan servicios, pero sí los incluye en un equipo

De todos modos, que el pasante tenga más o menos edad, haya terminado o no sus estudios, no termina siendo lo más relevante. Todo se resume al momento en que una pasantía está pronta a finalizar o que una posición efectiva se abre dentro de la estructura de la empresa en cuestión. ¿Qué sucede allí? ¿Es la decisión más lógica elegir al pasante o lo más sabio sería seleccionar una persona con mayor experiencia?

La visión optimista sobre la figura del pasante

Cuando una posición efectiva está vacante y las opciones oscilan entre un pasante interno o una persona que llega de afuera pero con más experiencia, quienes tienen que tomar la decisión deben definir cuál es la filosofía de la compañía, la línea que pretende seguir respecto a la selección y desarrollo del talento, así como a la posibilidad de crecimiento que le brinda a sus empleados. 

Las contras o prejuicios contra los que se enfrentan los pasantes en está situación parten de la presunta falta de experiencia, que muchas veces se asocia a la juventud también, creyendo que aquel que no ha vivido determinado tiempo no tiene la suficiente capacidad para manejar algunas situaciones. 

Sin embargo, hay quienes ven en la figura del pasante una gran oportunidad y hasta una ventaja, ya que una persona joven con camino por delante puede aportar aire fresco, nuevas ideas y adoptar los valores y la cultura de la organización, lo que con una persona que ingresa desde el exterior, con un recorrido ya realizado, puede ser más difícil de lograr. En estudios y encuestas recientes, ha quedado claro que las empresas que se adaptan o nacen bajo nuevos paradigmas, hacen foco en la aptitud y actitud de la persona y no tanto en el conocimiento o experiencia anterior. Por supuesto que a favor de un pasante también está el hecho de que probablemente su salario le cueste menos a la compañía. 

De poca experiencia a sobrecalificado: el ilógico planteo de algunas organizaciones

Algo que sucedía con asiduidad y todavía se replica en algunas empresas que no logran entender que el escenario de empleabilidad se ha modificado y que los talentos se rigen por otras prioridades, es el requerimiento ilógico de años de experiencia a un recién graduado o todavía estudiante. 

Pero lo que lo hace más increíble todavía es que para la misma posición también rechazan a personas que han acopiado experiencia con el motivo de que se han convertido en “sobre calificados” para el puesto. Esa indefinición y rechazo por motivos de mero conocimiento o ítems en un curriculum, comienza a quedar atrás y deja relegadas a las empresas que se mantienen en tal posición respecto a la selección y contratación de empleados.

Elegir la experiencia por sobre la formación

Todo lo dicho antes no habilita a que la mejor opción siempre sea elegir al pasante, sino que, como también se mencionó, todo dependerá de la decisión y el estilo que cada empresa decida imprimirle a su área de recursos humanos y de reclutamiento. Muchas veces, puede pasar que realmente la posición efectiva que se abre requiera de una persona con mayor preparación o que ya tenga experiencia en esa función en particular, ya sea por el contexto, por la situación que atraviese la empresa en ese momento o cualquier otro motivo que los lleve a tomar tal decisión. 

Tomar un empleado más experimentado no tiene que ser tampoco una decisión en desmedro de un pasante u otro trabajador que ya se encuentre en la estructura de la empresa. De hecho puede que contratar a alguien externo favorezca al crecimiento de las personas que vienen por debajo, preparándose para una próxima oportunidad. 

No obnubilarse ante la experiencia

Lo que debe quedar claro en este debate, es que la experiencia no lo es todo, ni tampoco esa experiencia funciona por sí sola. Que impacte de manera positiva dependerá mucho de lo que cada compañía y organización proponga para conseguir un buen resultado, sea contratando finalmente a alguien más experimentado, o dándole la oportunidad efectiva a un pasante.