Para poder crecer, hay que saber negociar

Pedir un ascenso en el trabajo puede parecer algo sencillo, pero lo cierto es que tiene sus secretos. Y muchas veces existen errores comunes que pueden ocasionar que esa solicitud sea denegada. Poder navegar de la manera correcta, aprender a transitar ese proceso, es un aspecto fundamental para quienes busquen crecer dentro del ámbito profesional.

La clave pasa por aprender a convertirse en un buen negociador. Con poder sentarse frente al empleador con las herramientas necesarias para demostrar por qué uno es el indicado para tomar ese puesto bacante y ascender en la jerarquía de la empresa. “Forzar” a la otra a persona, en este caso el empleador, no es una buena fórmula.

Saber negociar, entonces, resulta clave. Y para esa negociación hay que incorporar ciertas cualidades, como por ejemplo la empatía y la paciencia. Por un lado, no hay que ver al empleador como alguien a quien debo vencer, sino que se trata de llegar a un bien común. Y por otro, apurar los procesos puede ser contraproducente.

Los 3 errores más comunes al pedir un ascenso

Cuando se trata de pedir un ascenso, detectamos 3 errores comunes sobre los cuales hay que trabajar para evitarlos y lograr esa mejora que tanto buscamos en nuestra vida profesional.  

Esperar el balance anual

Uno de los errores más comunes al momento de pedir un ascenso laboral, es esperar a hacerlo cuando llega la revisión anual. Se entiende que en el cierre del año, cuando llega el balance, es la oportunidad ideal para solicitar un puesto mejor. Lo cual no es así, porque la negociación debe producirse desde mucho antes. Debido a que el sí o el no, no se produce de un día para el otro.

Obtener un ascenso requiere de confianza, por lo que siempre hay que dar el primer paso si uno cree que están las condiciones dadas. Hay que plantear la conversación e iniciar la negociación mucho antes de que llegue el balance anual. Y a partir de comenzado el proceso, mantener un contacto cercano y regular con el supervisor.

Tener el tiempo suficiente para demostrarle al empleador que uno está dispuesto a asumir el esfuerzo necesario para convertirse en la próxima persona en recibir una promoción. Demostrarse capaz, con energía y preparado para encarar los nuevos desafíos.

No hacer las preguntas necesarias

Como mencionamos desde un comienzo, pedir un ascenso debe ser una negociación. Y en ese proceso, lo peor que te puede ocurrir es quedarte sin palabras. En lugar de eso, siempre conviene hacer una pregunta. Es una técnica que se aplica al momento de negociar, ya que permanecer callado puede producir que el empleador crea que no eres el adecuado para el puesto.

Una de las preguntas útiles es “¿Por qué harías esto si fueras yo?”. Hacer esta pregunta puede facilitar una mayor comprensión en la conversación y al mismo tiempo puede servir si la propuesta hecha por el empleador no es buena. Si el empleador no tiene una buena respuesta a nuestra pregunta, se abre el camino a un pedido superador. La clave para por hacer las preguntas correctas y necesarias en el momento justo. 

Pensar que hay un ganador y un perdedor en la negociación

Este es otro de los errores más comunes al entablar una negociación en busca de un ascenso laboral. No hay que ver al empleador o supervisor como un enemigo o como alguien a quien debo derrotar. Más bien todo lo contrario. Se trata de demostrarle que uno es capaz para el puesto que está solicitando, brindarle una solución.

Pensar que debemos ganar la negociación y que el otro la pierde, es un concepto erróneo. La clave pasa por llegar a un lugar común entre ambas partes, a un sitio donde todos queden conformes. Además, de esta manera demuestras que estás dispuesto a trabajar con la otra parte y que eres capaz de trabajar en equipo. 

En definitiva, pedir un ascenso implica una negociación constante. Que se mantiene en el transcurso del tiempo y no se resuelve de un día para el otro. Se trata de demostrar, de sostener un diálogo y también de estar abierto a escuchar lo que la otra parte exige y necesita.