Así como el empleo y sus lógicas se encuentran en plena transformación, hay otros paradigmas que, en sintonía, también se rompen y convierten en muchos casos para mejor. Límites que antes resultaban terminantes, en la actualidad pueden resignificarse hacia nuevas posibilidades.
En este sentido, durante mucho tiempo la edad ejerció como una variable negativa para tomar decisiones o elegir ciertos destinos, aunque ya no sea exactamente así. ¿Sólo hay un momento de la vida para emprender? ¿Siempre hay tiempo para tomar una decisión de cambio de rumbo?
Para Alma Gamarra, Life y Business Coach, estas preguntas no deben buscar respuestas puntualmente en cuestiones etarias: “La edad es una creencia limitante que uno se pone, depende más de la mentalidad más que de la edad. Si se trabaja eso, es totalmente factible emprender en cualquier momento”, asegura.
Completando esta idea, añade: “El secreto está en trabajar en el desarrollo personal, en la mentalidad, para poder vencer esos miedos que muchas veces uno tiene y los justifica con la edad”.
Este fenómeno también se vincula con cuestiones de época y rasgos distintivos entre generaciones que siempre son interesantes encuadrar en el análisis. A propósito de esto, Marjorie Paz Sanguinetti, Coach y Mentora de Desarrollo Personal, analiza: “Venimos de generaciones en donde el éxito era encontrar un buen trabajo y jubilarse allí, además de un abanico de menos posibilidades, ya que existían menos carreras, no había internet ni tanta información. Por eso, creo que justamente es posible reinventarse porque el mundo cambió”.
“Me animaría a decir que para las últimas generaciones es más fácil concebir esta idea de cambio porque nacieron en un mundo más conectado”, continúa Paz, “sin embargo es posible a cualquier edad, siempre y cuando salgamos de esos prejuicios que muchas veces uno mismo crea”, sentencia con optimismo.
Ambas profesionales coinciden en un punto clave para atravesar un proceso de estas características de buena manera: conocerse y entenderse a uno mismo. “Además de osadía y coraje, para emprender uno necesita conocer cuáles son realmente sus fortalezas y cuáles sus debilidades. Eso junto a una buena planificación te permitirá saber qué quieres, qué puedes resolver y en qué necesitas ayuda, haciendo más fácil y realizable el proceso”, indica Gamarra.
Al mismo tiempo, con el objetivo de enriquecer esta reflexión, Paz esboza una pregunta: “El desafío más grande es responder a la pregunta, ¿qué es lo que quieres?”. Enseguida, ensaya una respuesta que se vincula directamente con el interrogante inicial: “Suena fácil, pero no lo es. Menos cuando estás en cierta edad, en un buen puesto, con responsabilidad económica y demás. Ahí todas las razones se convierten en excusas para no intentar, para no probar. Excusas para no atreverte a hacer cambios. Por eso para mí el autoconocimiento es la base de todo”, sentencia.
Un aspecto muy interesante al hablar de decisiones que implican tanto compromiso emocional, es evitar confusiones que puedan ser perjudiciales. En este sentido, es normal olvidar muchas veces los matices existentes y solo dejarse llevar por los extremos que, como se sabe, no siempre son del todo buenos.
“Se cree que reinventarse es hacer un cambio de 180°, por eso da miedo”, advierte Paz, y continúa: “Sin embargo, hay muchas otras oportunidades, reinventarse puede ser dar un pequeño giro y mirarlo desde algo que ya hacía pero a partir de otra perspectiva. Se puede a empezar a probar incluso mientras sigues con tu trabajo, así minimizas el riesgo y bajas las voz a los miedos y dudas”.
Continuando con el análisis, Gamarra incorpora al mismo dos ejes bien puntuales pero precisos y atinados en relación a transformaciones personales que deberían hacerse al intentar reinventarse, tanto desde el lado estratégico como personal.
“El medio en donde una persona se mueve es importante, necesita cambiar los lugares donde frecuenta, rodearse de personas correctas en cuanto al lugar y al conocimiento”, afirma. Seguidamente, desarrolla: “Tiene que empezar a frecuentar con personas que ya tienen resultados, eso ayuda al cambio de mentalidad. Hacer networking, entrar en grupos de emprendedores, asociaciones, buscar medios en donde está esta gente. Ellos te van a inspirar, desafiar y generar nuevos pensamientos”.
En simultáneo, la faceta personal y emocional también es igual de importante: “Otra cosa que hay que trabajar es el orgullo, que es el primer impedimento en relación a la inteligencia emocional. Debes buscar personas y grupos formados que te den capacitación técnica y especializada, además de compartir sus experiencias, por eso si no tienes humildad e intentas hacer todo solo te será imposible”, explica Gamarra.
Dentro de los cambios de hábitos y características beneficiosas para ejecutar positivamente un cambio de estilo de vida y de trabajo, incluso cuando ya se han pasado varios años actuando de una misma manera, se vincula con algo que todos creen tener aunque no sea tan cierto.
Profundizando sobre esto, Paz lo destaca y aplica una sutil aclaración: “Debemos ser personas disciplinadas, y no necesariamente hablo de la motivación, porque ella va y viene. Debemos tener disciplina de hacer hasta lo incómodo. Aplicando eso y teniendo en claro el porqué de lo que estamos haciendo, incluso los días que la motivación escasee, será lo único que nos moverá”, detalla.
Desde su experiencia y recorrido, ambas especialistas de latitudes distintas destacan, pensando en aquellos que puedan hallarse justamente en un momento de decisión, algunas sugerencias que consideran importantes a tener en cuenta.
“La preparación es poder, por eso hay que prepararse técnica, cognitiva y emocionalmente. Una buena preparación con certeza generará resultados extraordinarios, además de rápidos”, pronuncia Gamarra.
Al mismo tiempo, Paz pone el foco en un cierto grupo de personas: “Mi mejor consejo para aquellos que tienen algunas dudas, es que emprendan sin renunciar a sus empleos inmediatamente. Eso te permite ir probando, no sentir la presión de los resultados y apalancarte con la misma red de contactos que tienes en el mundo corporativo”, indica.
De todas formas, aclara y retoma uno de sus ejes: “Pero como dije, dependerá mucho de cada uno y sus características, por eso mientras mejor te conozcas, vas a poder tomar la mejor decisión para ti”, concluye.
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