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Dos modelos de empleo: relación de dependencia o freelance ¿Qué es mejor?

Una que está en auge versus otra que siempre ha sido la más tradicional y que sigue teniendo sus armas para seducir a cualquier trabajador. Estilo freelance, en comparación a relación de dependencia, ¿Qué se gana o se pierde con uno y otro?
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Dos modelos de empleo: relación de dependencia o freelance ¿Qué es mejor?

Dos modelos de empleo y múltiples objetivos: freelance o relación de dependencia

A ciencia cierta no hay un modelo que sea superior a otro, porque para cada caso y cada persona en particular, probablemente haya una forma diferente de afrontar la situación laboral. Sin embargo, sí es real que existen dos modelos de vincularse con un trabajo que terminan siendo los más populares y, de alguna manera, se oponen o enfrentan por las características de uno y otro. 

Modo freelance o relación de dependencia, ahí está la disyuntiva que se ha vuelto una discusión muy recurrente en los últimos años. Los nuevos paradigmas que cubren el escenario de empleabilidad y los cambios generacionales que profundizan la separación de la vida personal y el trabajo, son claramente más funcionales a lo freelance, pero eso no quiere decir que la relación de dependencia sea un modelo agotado, ni mucho menos. 

¿Qué implica ser freelance?

Es una modalidad de trabajo que se define como independiente, debido a que cada persona que elige trabajar de está manera ofrece sus servicios a empresas, negocios o proyectos puntuales. Es decir, se postula para oficiar como colaborador de un equipo, siempre de forma autónoma, sin la necesidad ni la conveniencia de ingresar en una relación de dependencia.

Un trabajador freelance se organiza por cuenta propia y se vincula a distintas tareas o proyectos según la agenda que lleva, lo cual implica tener un gran sentido de responsabilidad y de manejo de tiempos sobre todo, para poder entender cuántos o cuáles proyectos puede desarrollar, sean en forma simultánea o de uno por vez. El freelancer de todas maneras puede estar relacionado a una misma compañía en más de un proyecto, sin perder su condición, muchas veces a las empresas también les sirve la modalidad de contratación para tener disponible a esa persona en los momentos justos, ni más ni menos.

Es una tendencia que a nivel regional está en franco ascenso y eso se debe a la flexibilidad y posibilidad de gestión de tiempos que otorga la modalidad para quienes la eligen, ya que al desarrollarse de forma independiente no hay un jefe ni un estatuto en particular a quien responder, más allá de que en los proyectos o trabajos temporales que se tomen haya fechas límites y una figura a quien rendirle metas y objetivos. Además de la flexibilidad y tiempos, el otro punto clave que pone en alza este modo de empleo es el hecho de poder realizarlo desde cualquier lugar, es decir de forma remota, siempre y cuando el rubro y la tecnología lo permita. 

Ventajas y desventajas de ser freelancer

Trabajar por cuenta propia y tener ese poder de decidir cuándo, dónde y de qué manera hacerlo, por supuesto que trae muchos beneficios, más allá de que la propia gestión del tiempo sea el mayor de todos. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otras cuestiones que no son tan favorables del modelo freelance y que siempre es bueno saber para poder enfrentarlas con información y conceptos en mano. 

Pagos por hora

Al ser un modo de empleo en el que uno se vincula por proyecto o tareas específicas, las tarifas se pueden establecer por horas trabajadas o mismo calcular el valor del trabajo según la cantidad de horas que el freelancer estipula que puede llevarle realizar dicho requerimiento. Es una muy buena manera de elevar la cotización del trabajo de una persona, ya que la hora de trabajo seguramente valga mucho más que en relación de dependencia. 

Nuevas habilidades y red de contactos

Trabajar en diversos proyectos permite ir variando en las habilidades que se ponen en juego, lo cual exige una constante actualización y aprendizaje, pudiendo sumar al arca personal un montón de nuevas habilidades. Lo mismo ocurre con la posibilidad de relacionarse con muchas más personas y ampliar así la red de contactos, algo que no es tan fácil si se trabaja en un lugar fijo siempre rodeado de los mismos secuaces. 

Todo pasa por uno mismo

Lo no tan bueno del modelo freelance, que muchas veces no se refleja porque siempre es más fácil destacar lo positivo, tiene que ver con la plena responsabilidad que cae sobre el freelancer. Es decir, que cada persona que se orienta por esta modalidad debe asumir la generación del empleo, la consecución de los proyectos y una ganancia recurrente, de lo contrario nadie le asegura el ingreso. Eso último es también un problema porque deriva en una sensación de incertidumbre que muchas veces puede hacer tambalear el convencimiento que tiene la persona sobre el modelo freelance. Asimismo, el freelancer enfrenta gastos por cuenta propia cada vez que acepta un proyecto, ya sean la electricidad, los elementos de trabajo, el internet, la cobertura de salud, entre otras cosas, que de todas formas siempre pueden entrar en la negociación con el empleador. 

Satisfacción por el logro personal

Lo más importante, más allá de lo material, siempre estará en la satisfacción de haber conseguido un sustento y un objetivo a nivel personal, que fue fruto del propio esfuerzo y una construcción que no necesitó de ninguna estructura más que la pasión y la búsqueda, el perfeccionamiento y la tenacidad de una persona mediante el método freelance.