La faceta profesional y la vida personal están estrechamente vinculadas. Está demostrado y de hecho se menciona frecuentemente, incluso en anteriores entregas de Next Idea 4U, que la calidad de vida y el éxito de los negocios no son factores para nada alejados entre sí.
A la hora de emprender, por lo tanto, mantener conductas, hábitos y una rutina que te permita hacerlo con solvencia y lucidez se torna completamente trascendental, con el objetivo además de lograr hacer coincidir la prosperidad económica con el estilo de vida deseado en cada caso.
Antes de comenzar con un análisis detallado de las recomendaciones más útiles sobre este tema, Fernando Gil Sanguineti, Coach y Terapeuta de PNL, antepone una diferenciación que resulta más que interesante para distinguir características de época en relación a qué importancia le dan a la vida personal los distintos grupos etarios.
“Hay una valoración a la vida personal dependiendo de la edad. El equilibrio entre la vida personal y laboral para los jóvenes es mucho más importante, en cambio, para las personas mayores de cincuenta años antes había que darlo todo por el trabajo”, detalla al respecto, y asegura: “Las personas más jóvenes quieren estar disfrutando más de la vida y teniendo ese mayor equilibrio”.
A partir de lo anterior, entonces, Gil Sanguineti abre una línea de interpretación que permite pensar en el contexto actual, de digitalización y transformación de la dinámica del empleo, como más propenso a buscar equilibrar la vida personal con la laboral.
En este sentido, explica: “La pandemia y toda esta nueva normalidad ha llevado a la posibilidad de hacer un trabajo desde casa, por lo que la gente joven se pregunta por qué tiene que ir a trabajar si puede hacerlo desde casa”.
“Por eso creo que las personas jóvenes optarán por lo digital teniendo la posibilidad de hacer un trabajo digital y desde su casa, por lo que automáticamente la calidad de vida mejorará, no perdiendo tiempo en el transporte o alimentándose, y podrán organizar su rutina de otra manera”, describe auspicioso Gil Sanguineti.
El contexto y las oportunidades, entonces, facilitan la posibilidad de pensarse proyectando un estilo de vida más agradable, sano e incluso con más motivaciones y prosperidad. Pero, ¿cómo lo logro?
Sin ser soluciones o respuestas definitivas, Gil Sanguineti reúne una serie de recomendaciones que pueden ser útiles para poner en práctica: “Se necesita ser muy disciplinado, como no hemos tenido una experiencia tan clara y nítida de trabajar de manera autónoma, en el momento en el que quiero montar mi propio emprendimiento, quizás suena el despertador y te dan ganas de quedarte media hora más. Por eso, si no hay autodisciplina para estructurar la agenda, los tiempos, los horarios y las tareas, se vuelve complicado”, comienza señalando.
“Para poder lograrlo”, continúa el experto peruano, “necesito fijarme indicadores y sub indicadores: ¿Cuántas visitas comerciales haré? ¿Cuántas llamadas telefónicas debería hacer cada día para poder concertar tantas entrevistas por mes? Y así cada vez más atrás, hasta llegar al micro indicador, solo así llevaremos una estructura que permita disfrutar el tiempo que quiera, pero alcanzando las metas y los resultados de ese emprendimiento que yo haga”.
Continuando con esta serie de sugerencias, Mariel Frías Mejía, amplía el abanico de variables a contemplar brindando herramientas prácticas para emprendedores. En primer lugar, pone énfasis en los tiempos: “A veces nos hacemos metas muy grandes que las queremos lograr en poco tiempo y al hacerlo así nos generamos mucha ilusión que puede atentar contra nosotros mismos”, afirma, y continúa: “El hecho entonces es ponerse pequeños objetivos logrables en cortos plazos que les puedas dar seguimiento, no te va a llevar al éxito de la noche a la mañana pero te puede ayudar a llevarlo con seguridad”.
En segundo lugar, Frías explica como acompañar eficazmente esas metas: “Tienes que hacer una evaluación de todo eso que ejecutas, en cortos períodos de tiempo, ya que eso puede ayudarte a reajustar y evaluar el progreso. Para todo esto es fundamental tener un buen plan, un buen plan para saber en qué etapa debe suceder cada cosa”, sostiene.
Equilibrando sus recomendaciones con su mirada también sensible, Frías añade a la reflexión un aspecto bien personal y psicológico: “Es importante saber perdonar esos momentos en que no lo lograste, no maltratarse por no conseguir ese objetivo”, expresa acertadamente.
“Nosotros mismos somos nuestros más duros jueces, es importante no maltratarte con que no pudiste hacerlo y pensar en que mañana será un nuevo día. Saber que te van a suceder circunstancias, que te pasarán diferentes cosas, que puede haber variaciones, ver la parte positiva y pensar por qué sucedió así, qué puedes aprender de ello”, desarrolla Frías al respecto sobre un fenómeno que se repite en muchos emprendedores.
Pensando en aquellos que lleven una rutina dominada por el desorden o la improvisación, Gil Sanguineti intenta arrojar un poco de luz a la problemática. Primeramente, hace una clasificación al respecto: “Hay personas que tienen la estructura por dentro, personas con autodisciplina, responsables y perseverantes. Sin embargo, hay otras que necesitan estructura por fuera”, diferencia.
En relación a los segundos, entonces, detalla su mirada en vistas de una solución: “Lo primero que se necesita es la toma de conciencia, reconocer que no domino ese aspecto, y buscar estrategias estructuradas a través de otros para obtener los resultados que deseo. Si soy un creativo emprendedor, por ejemplo, una opción puede ser buscar asociarme o contratar a alguien que me dé la otra parte: la estructura”.
“También suele suceder que hay que identificar la creencia limitante que está detrás de esta persona tan dispersa”, agrega Gil Sanguineti, y completa: “Hay que desmontar esas creencias para construir creencias potenciadoras. Por lo general en el coaching siempre decimos que si hay una meta muy importante, emocionalmente fundamental y motivacional, cuando la emoción acompaña las acciones, uno es capaz de tumbar cualquier tipo de patrón comportamental que pudiera no ayudar al emprendimiento”.
Llegando al fin de sus reflexiones, ambos profesionales destacan poner atención en el propósito de vida, dejando en claro que debe transformarse en el objetivo primordial, incluso cuando no se llegue a encontrarlo o resulte realmente difícil.
En este sentido, Frías explica su interpretación: “El propósito es eso que te encanta, eso que hace que sonrías. Eso que te llena, por eso es importante observarte, conocerte. Una vez que tienes ciertas herramientas es más fácil llegar a ese punto”.
Por su parte, Gil Sanguineti hace referencia al concepto japonés ikigai y sus cuatro elementos: “El primero es identificar qué es lo que te quita el sueño, qué te apasiona rotundamente. Lo segundo es cuáles son tus talentos, para qué tienes una capacidad particular. El tercer elemento tiene que ver con la conexión emocional, pensar en cuál es la necesidad humana con la que me conecto emocionalmente”, enumera en detalle.
“Esos tres elementos bien combinados deberían darle la respuesta al cuarto: cómo puedo convertirlos en algo que el mercado pueda pagarme y así dedicarme a eso. Ahí se juntan los cuatro elementos del ikigai permitiendo o acompañando a una persona a acercarse a su razón de ser”, concluye.
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