Comenzar de cero, con poco o nulo capital
La financiación de una idea es un condicionante al momento de darle forma al proyecto. Naturalmente, el dinero es un motor que muchas veces resulta trascendental, pero es bueno entender que no necesariamente se requiere de una inversión inicial significativa.
Así al menos lo expresa Francisco Santolo, Licenciado en Economía, MBA y con un posgrado en Harvard, así como estudios de emprendimiento e innovación en Stanford: “la teoría tradicional de los negocios se basaba en una idea brillante, un plan sofisticado, donde se creen controlar las variables del futuro, y en el hecho de conseguir dinero, para poder ejecutar y alcanzar el éxito. Pero esa teoría queda obsoleta en el mundo de hoy, tan cambiante”.
Para el profesional de nacionalidad argentina, que reside desde hace varios años en Panamá, “la forma de hacer negocios es identificar consumidores con deseos o necesidad y partir de un problema que tengan, para construir una solución que se ajuste y desde allí hacer crecer la idea”.
Si se puede: la búsqueda del financiamiento
En Chile, los equipos nacionales deportivos popularizaron hace varios años un cántico que reza: “si se puede”, y es desde esas mismas tierras al sur del continente, de donde Eva Rencoret Cáceres destaca: “Hablando particularmente del ecosistema en Chile, hay que decir que existe mucho apoyo y financiamiento estatal. De hecho, hay 9 instituciones nacionales que otorgan posibilidades de este tipo a emprendedores nuevos. Quizás no es algo extensivo a toda Latinoamérica, pero se vive de todas maneras una explosión de apoyo a emprendedores y las oportunidades están, para quien sabe buscarlas”.
Eva, quien fundó su propio emprendimiento, el OTEC CAPACITAMAS, hace ya más de 9 años, luego de haber sido despedida de una compañía en la que trabajo por casi 25, pone sobre la mesa también la influencia que ha tenido la pandemia, haciendo hincapié en las mujeres, ya que forma parte de la Corporación de Mujeres Emprendedoras en su país, como Directora Colaborativa de Desarrollo: “Muchas mujeres encontraron la oportunidad de emprender desde sus hogares, aunque sea un pequeño negocio, sin mucho dinero”.
La nueva teoría de los negocios
Ampliando su declaración y visión acerca de aquella obsoleta teoría de negocios a la que refería, Francisco Santolo se explaya: “hay nueva teoría que parte del cliente. Los negocios son el generar valor a otras personas, actores, proponer un intercambio de valor para que pueda capturarse. Entonces, si se entiende correctamente esa necesidad de los clientes, es muy probable que sean ellos los que financien la idea y producción, adelantando dinero”.
De todas maneras, no es la única opción que destaca: “otra posibilidad es armar un esquema en el que los proveedores sean los que tomen parte en esa financiación”. Dentro de esta referencia, puede encontrarse lo que se ha dado a conocer como un modelo de negocios de Dropshipping, por ejemplo. Puedes conocer más sobre esta modalidad, en una nota específica sobre el tema, con el aporte de expertos, ingresando en el siguiente enlace: Dropshipping: el negocio de vender productos por internet sin inversión previa.
La concepción del dinero
“El dinero es un medio de cambio, habilita cosas, pero financiarse no quiere decir necesariamente conseguir un inversor que ponga dinero, para comprar equity, conseguir activos y con ello vender”, comenta Francisco, para poner en claro el papel o lugar que se le debe dar al dinero al comenzar a emprender.
El hecho de emprender sin dinero entonces, o con muy poco, puede basarse en: “cambiar el orden y desarrollar un negocio que se sepa que tiene lugar en el mercado, en lugar a tirarse el lance a pegarla. Hay múltiples fuentes de financiación muy efectivas”, describe el fundador de Scalabl. Además, agrega: “La liquidez en el mundo es gigante y, cada vez más, hay acceso a capital de forma barata, de hecho, muchos sistemas de negocios se financian con deuda en estos tiempos”.
Claves y motores fundamentales para emprender con poco o sin dinero
La experiencia personal de Eva es una buena medida para quienes se queden mayormente con las limitaciones existentes al momento de emprender. Como jefa de hogar, al perder su empleo de tantos años, en el que pensó ya tenía asegurado su futuro, no se dio mucho tiempo a quedarse en el lamento. “Fue una situación de shock, pero me di cuenta que no podía quedarme así. Cree mi negocio, cumpliendo con todos los pasos necesarios de forma legal y utilicé allí el dinero que tenía de indemnización. Luego de 3 años comencé a ver los mejores resultados y soy feliz, amo lo que hago y vivo de ello, estoy agradecida”, relata.
Siendo puntual con una de las características que debe tener un emprendedor o emprendedora que arranca su camino, más cuando lo hace sin, o con poco capital, destaca la paciencia y persistencia: “tres años es un tiempo considerable, desde lo que he visto en la experiencia personal y otras, para esperar a obtener mayores dividendos. Durante ese tiempo, lo que se gana se reinvierte. No hay magia en esto, por eso hay que tener muchas ganas de emprender, porque existen sacrificios y riesgos. Es importante tener tolerancia al error, cuero de chancho como se dice en chile, limpiarse las rodillas, volver a levantarse y seguir”.
Encontrar los nichos de necesidad
Continuando con habilidades y la lectura del mercado que ya venía ponderando, Francisco enuncia: “lo más importante es encontrar un nicho. Un lugar donde un grupo de personas tengan una necesidad insatisfecha”. A ello, le agrega algo de historia, para enriquecer el argumento: “todo el mundo de los negocios se construye con la lógica de la revolución industrial, que habilitaba a clases medias incipientes la posibilidad de consumir, para lo que debían producir a escala productos genéricos. Hoy los costos son menores, los productos son personalizados y, de a poco, empiezan a aparecer cada vez más emprendedores atacando pequeños nichos con productos alternativos, que no tienen todas las funciones pero si las que necesitan esas personas”.
El master en economía, mira al futuro y avizora: “vamos hacia un mundo más atomizado, granular, donde cada individuo genera valor para otros individuos, de forma cambiante, no solo en una industria. Es mucho más fácil emprender sin capital, solo con conocimientos y relaciones, ofrecer lo que necesitan estos pequeños nichos, que es donde hay que jugar”. Asimismo, advierte: “Los grandes competidores no van a bajar a dar esa pelea, porque no tiene sentido personalizar un grupo pequeño para ellos, pero para el emprendedor inicial si significará el primer paso para generar caja”.
En qué invertir el poco dinero que se tiene para emprender
Cuando el dinero es poco o escaso al emprender, toma mucho más valor la decisión de a que apuntar para una primera y única inversión. Eva entiende que hay dos elementos que hoy poy hoy son fundamentales: “siento que una computadora y un celular ya es suficiente para iniciar un emprendimiento. Hay que conocer la tecnología, usarla y capacitarse. Además, manejar las redes sociales es muy importante, pueden usarse como plataforma de ventas u ofrecimientos de servicios. Una tienda online no necesita demasiado recurso y se puede hacer desde casa”.
Por su parte, Francisco propone: “si hay algo de dinero para invertir, lo primero debe ser la capacitación. Adquirir conocimiento, libros y, en fin, metodología, que se puede encontrar online también”. Profundizando en lo metodológico, menciona: “Es necesario al menos conocer un método que guíe y explique el cambio de la teoría de negocios, que hace que sea contraintuitiva para cualquiera con formación en negocios y sobre todo, contraintuitiva con lo que te quieren enseñar los supuestos expertos”. Sumado a todo eso, aconseja “invertir en invitar un café o jugo a los distintos actores del ecosistema, para escucharlos y aprender”.
Generar valor: la guía de los protagonistas
Hablando en función a su propio proceder, Francisco reafirma aquello que decía Eva sobre la reinversión: “Siempre invierto el dinero que genero en formación y capacitación. Leo mucho, como loco, diría (ríe)”. El recorrido profesional y el interés por fomentar el ecosistema emprendedor de la región, con los cursos y training que brinda su empresa, lo lleva a afirmar: “es mi manera de condensar y simplificar ese conocimiento para llevarlo a más personas, de la forma más barata posible. A nivel de formación emprendedora nuestro curso está a un nivel altísimo”.
Eva también cumple un rol fundamental en el desarrollo emprendedor de mujeres, ofreciendo mentorías dentro de la corporación de emprendedoras: “las escucho mucho primero y luego de entender todo lo que hacen, entrego una devolución, que suele ser muy frontal”, reconoce entre risas y concluye: “A veces puede ser duro escuchar lo que otro observa, pero sirve mucho para abandonar la propia perspectiva que tiene uno sobre su negocio y no cerrarse a otras posibilidades”.