Errar es humano: lo importante es hacer
Si bien a veces las expresiones populares pueden estar vacías de contenido, en este caso la idea realmente da en la tecla. El camino emprendedor está repleto de obstáculos y desafíos, y por lo tanto, también de posibles fallas, errores y pérdidas. Pero, ¿significan el final del proyecto?
Dalia Saltos, experta en Talento Humano, tiene una contundente respuesta a esta pregunta: “Creo que el que no se equivoca es el que no hace nada. En tema de emprendimiento la mentalidad es importante, no hay que estar propiciando el error propio, porque eso sería ir con una mentalidad negativa, pero sí hay que ser conscientes de que el error es parte del proceso”, afirma.
Asimismo, la también Coach en Empleabilidad, Carrera y Emprendimiento, completa esta idea construyendo una visión sobre el tema que sin dudas demuestra una interpretación positiva: “Al error y al fracaso uno no debe verlo como un empuje hacia atrás, sino que debe verlo como un escalón al éxito. El fracaso y las equivocaciones nos hacen resilientes y sobre todo son parte del proceso”, asegura Saltos.
Trabajar la mentalidad
Como desliza en sus primeras reflexiones, la especialista ecuatoriana pone el foco principalmente en la mentalidad como una de las bases para poder afrontar fallas y traspiés de una buena manera. En este sentido, entiende a una manera de pensar y una forma de encarar los proyectos como innegociables para el emprendedor.
“El emprendedor tiene que tener hábitos”, asiente Saltos, y continúa: “Hay que aprender que todos los días se empieza de cero, esa mentalidad de ser imparable, pensar que todos los días tienes que arrancar de cero y que tú eres el responsable, es muy importante. Además también hay que hacerse cargo y dejar de culpar, pero también recordarse todos los días el camino que se lleva transitado”.
“En el emprendimiento, la mentalidad es un gran porcentaje. Si tú no eres imparable, si no tienes buenos hábitos alimenticios, físicos, mentales, si no lees constantemente, por ahí no va. Por más que seas un experto en tu nicho, no podrás avanzar. Tu mentalidad puede ser tu mejor amigo o tu enemigo”, remata Saltos con seguridad.
Un paso atrás: evitar y disminuir los errores
Sumergido en este análisis, Dorian Peralta, Fundador y CEO de Twentynine Consulting, esboza una propuesta más que interesante proponiendo la siguiente pregunta: “¿Qué hacer para que de entrada no te equivoques tanto?”.
A propósito de este interrogante, entonces, desarrolla: “Tenemos que equivocarnos, es parte natural del ser humano y del emprendimiento. Pero para poder disminuir la cantidad de errores que podemos cometer o bien disminuir el impacto negativo que esos errores pudieran generar en nuestro emprendimiento hay que tener una adecuada planificación: tener una ubicación real de dónde estamos en el mercado y sobre todo generar expectativas realistas de nuestro emprendimiento”, aconseja al respecto.
¿Cómo actuar cuando nos equivocamos?
Lógicamente, aún planificando adecuadamente, los errores sucederán indefectiblemente y saber qué hacer en esos casos puede resultar muy beneficioso. En este punto, Peralta resume una serie de pasos simples pero muy concretos para ordenar las ideas y actuar en consecuencia ante una falla que pueda hacer tambalear el proyecto.
“Lo primero que hay que hacer es reconocer que nos equivocamos, tener la capacidad y madurez para aceptar que te equivocaste, hiciste algo mal y tienes que corregir el camino”, empieza enumerando el coach mexicano. Seguidamente, agrega: “Otro reto importante es saber si yo soy capaz de corregir el error o necesito pedir ayuda”.
A partir de estas dos ideas, Peralta deduce: “En caso de que determines que necesites recurrir a alguien, es imprescindible que le preguntes a quien tenga experiencia emprendedora. Será más fácil que se ponga en tus zapatos y que sea empático con lo que te pasa cuando te equivocas. Asimismo, una buena opción es buscar un consultor que te diga por donde ir para corregir el error”, explica con sensibilidad.
Liderar y administrar los errores
Un factor interesante al revisar y comprender los mecanismos para superar las fallas dentro de un emprendimiento, tiene que ver con la actitud de los líderes ante su aparición. Los grupos de trabajo, sean grandes o chicos, tienen dinámicas propias y tarde o temprano pueden producirse inconvenientes.
En este sentido, los especialistas consultados exponen perspectivas desde enfoques distintos pero absolutamente complementarios. Saltos, por su parte, se centra en un abordaje más humano: “Ante una equivocación hay que llevar a la reflexión, verlo desde el punto de vista de análisis y no de buscar culpables. Es importante el abordaje humano, ponerse en el lugar del otro”, puntualiza.
Al mismo tiempo, Peralta conjuga esta mirada con un encuadre estratégico: “Mientras más rápido respondamos a los errores el daño será menor y hasta podremos revertirlo, por eso hay que darle confianza al equipo para que nos cuenten cuando se equivocan, buscar una forma rápida, una solución y hacer que esa mala noticia se convierta en buena al ser notificada a tiempo”, recomienda con convicción.
¿Persistir o corregir el rumbo a tiempo?
Suele mencionarse mucho que en emprendimiento una de las claves está en la persistencia, y sin dudas así lo es. Sin embargo, insistir ciegamente y a cualquier costo a veces puede producir un desenlace trágico.
“Hay algo muy real y frío que son los números, si estos no dan existen dos opciones: rearmar el modelo de negocio o dejar de invertir recursos en este emprendimiento y buscar otro que nos pueda servir”, describe Peralta sobre un indicador fundamental. Seguidamente, completa: “No es malo equivocarse ni claudicar, hay que aprender e ir al siguiente emprendimiento sin creer que eso nos hace malos emprendedores, se trata de un aprendizaje que muchas veces se obtiene en la práctica”.
Sobre esto mismo, Saltos también aporta su opinión: “Es bueno a nivel de negocios aprender a soltar”, devela, y concluye: “Creo que todos podemos vender y emprender, sin embargo, a veces eliges un camino y la vida te dice que no. Si tú persistes eso se puede convertir en un desgaste, hay muchos emprendimientos que podrían haber sido exitosos y quizás no tuvieron una suficiente propuesta de valor o efecto diferenciador y eso los hizo claudicar. Tal vez te estás desgastando en algo y podrías vender otra cosa”.