Salir de la zona de confort puede llevar al fracaso, pero este también puede llevar al éxito
Cuando se toma la decisión de emprender, la posibilidad del fracaso siempre es una posibilidad. Sin embargo, que así sea no debe ser una preocupación, ya que lo importante radica en la capacidad de reponerse si eso sucede, aprender de los errores y volver a intentarlo con más experiencia.
Emmanuel Alberty es un fiel ejemplo de ello. Tras estudiar Licenciatura en Marketing en la Universidad del Caribe de República Dominicana, comenzó a trabajar como Account Manager de una compañía multinacional disfrutando de una vida que muchos quisieran. Su esposa, a su vez, era Directora de Recursos Humanos del hotel de lujo en donde ellos mismos vivían gozando de todos los servicios y ganando elevados sueldos. Hasta que decidió hacer lo que realmente sentía que era para él.
“Mi familia siempre ha tenido una tendencia hacia los negocios y a mí me gustaba ese ámbito, pero como empleado, por eso estudié Mercadeo y me incliné por ello inicialmente”, rememora Alberty, y continúa: “Hace algunos años en República Dominicana donde mirabas había emprendimientos, era un bombardeo muy fuerte, al principio era una presión social pero luego todos comenzaron a darse cuenta que era la forma para desarrollar las economías. Yo fui influenciado por eso y comencé a leer sobre emprendedurismo y a capacitarme”.
Motivado por la idea de emprender, Alberty decidió poner un negocio con su esposa, renunciar a sus empleos, mudarse de ciudad, invertir todos sus ahorros y pedir financiamiento. Pero no funcionó: “A veces tú tienes una teoría en la mente y cuando vas a la realidad te das cuenta que la distancia que había entre la teoría y la realidad es grande”, confiesa.
Lejos de rendirse, se repuso de las deudas, desarrolló otros proyectos comerciales con éxito y emprendió un camino guiado por la formación, educación e inspiración de los jóvenes que lo ha convertido en el referente de finanzas que es hoy.
Ayudar al prójimo: transformar las experiencias en conocimiento
“Mi esposa y yo logramos ser millonarios en tres meses emprendiendo, el problema es que hay dos formas de serlo y a nosotros nos tocó ser millonarios debiendo dinero por lo que perdimos todos nuestros ahorros y nos endeudamos mucho”, cuenta Alberty. Esa experiencia, sin embargo, despertó algo en él: “De ahí nace el deseo en mi corazón de ayudar a otros emprendedores, la idea es que si van a fracasar sea rápido y salga barato”, afirma contundente.
Esta misión lo llevó hasta el lugar que hoy ocupa y en el que es sin dudas una gran fuente de inspiración: “Por esta razón estoy en la Universidad Adventista Dominicana, Dios me trajo y movió las piezas para que podamos ayudar a otros emprendedores a través del coaching de finanzas profesionales y marketing, enseñando cómo iniciar la idea de negocios y cómo manejarla. Si vamos a fracasar que sea más un aprendizaje antes que un fracaso”.
En la actualidad, Alberty es el Director de Mercadeo Institucional en la UNAD y está a cargo también de su Centro de Emprendimiento.
Su rol en la Universidad y sus principales objetivos
La Universidad Adventista Dominicana pertenece a un consorcio de universidades que conforman un total de 117 alrededor del mundo y para Alberty “es como una familia, aquí no eres una matrícula, eres una persona”.
Además de su faceta como estudiante de Teología, es el Director de Mercadeo Institucional, una novedosa y desafiante tarea en su vida: “El marketing es una ciencia que ha evolucionado muy rápido, pero el marketing académico es nuevo, ha sido todo un reto, un aprendizaje, prueba y falla”, cuenta con sinceridad.
“Desde nuestro lugar”, continúa Alberty, “promovemos un concepto educativo diferente, no solo nos esforzamos porque los estudiantes tengan conocimientos, sino también trabajamos con la mente y el corazón. Entendemos que el profesional debe tener una ética que le permita desarrollarse en la sociedad sin caer en hacer cosas ilícitas”.
Al mismo tiempo, el especialista en finanzas está al frente del Centro de Emprendimiento de la UNAD, que a pesar de padecer considerablemente las consecuencias de la pandemia y reestructurar sus bases y acciones, tiene un objetivo claro: “El eje principal del Centro de Emprendimiento es para mí el tema de finanzas personales. Descubrimos que muchos de los emprendedores al tener éxito fracasan porque cuando tienes éxito en el emprendimiento eso incluye estrés y un flujo de efectivo grande que no estabas acostumbrado a manejar. Entonces si no sabes manejar las finanzas personales, fracasas. Nosotros trabajamos la cultura emprendedora desde el foco de las finanzas personales principalmente”, describe dando a conocer su principal preocupación y enfoque.
El dinero es un medio, no un fin
A partir de su principal enfoque en la enseñanza y formación financiera de los jóvenes, Alberty desarrolla el concepto principal para empezar a dominar el manejo del dinero: “Tú tienes que controlar el dinero, porque si no él te controla a ti. Hay que comprender que el dinero es un medio para adquirir cosas, no un fin en sí”, asegura con convicción.
“Para controlarlo”, avanza Alberty en su explicación, “la estructura principal de unas buenas finanzas personales es el presupuesto, que no es nada más ni nada menos que la organización de tus ingresos en relación a tus egresos. Hay una máxima que es simple y es de sentido común: si tú gastas más de lo que recibes te haces pobre y así a la inversa. Es simple, pero entre saberlo y cumplirlo hay una gran diferencia”.
Las 5 claves para organizar las finanzas personales y las 4 formas de usar el dinero
Así como conoce los pilares para dominar positivamente el flujo del dinero, Alberty también cuenta con las premisas que pueden llamarse como el “A, B, C”. En este sentido, plantea cinco claves que según su experiencia son indispensables.
“Lo primero es conocer tu realidad y no vivir la vida del vecino, aspira a algo más y mejor, pero mientras tanto acepta y vive tu realidad”, comienza enumerando, y continúa: “Lo segundo es organizarte, saber cuánto dinero estás recibiendo y cuanto estás gastando”. En tercer lugar, aparece el presupuesto: “Lo importante aquí no solo es hacer el presupuesto, sino seguirlo, peor que no tener uno es tenerlo y no seguirlo”, advierte. “En cuarto lugar se debe plasmar un control, tienes que llevar un registro diario para saber qué está pasando y poder hacer los ajustes necesarios”, indica Alberty antes de referirse al punto final.
“Por último, hay que aprender a que el dinero puede trabajar por ti. La mayoría de nosotros trabajamos por el dinero, sin embargo, una vez que te organizas, tienes metas financieras y has aprendido a ahorrar, puedes hacer que trabaje por ti”, concluye.
Poder aplicar todo esto, igualmente, requiere para Alberty un conocimiento previo que se basa principalmente en conocer las cuatro formas de usar el dinero. En este sentido, desarrolla: “Uno, hay que gastar sabiamente. Dos, hay que ahorrar lo que más puedas, mínimo un 10%. Tres, hay que dar, como dice la Biblia manos que dan son manos que reciben. Y cuatro, hay que invertir, si ahorras vas a tener capital para invertir y ahí el dinero empezará a trabajar por ti”.
Su faceta como comunicador, disponible en YouTube
Los conocimientos y la enriquecedora forma que Alberty tiene de transmitirlos, tienen la potencialidad para trascender fronteras y ayudar a muchas más personas. De hecho, actualmente cuenta con un canal de YouTube propio desde donde busca inspirar a la mayor cantidad de gente posible.
En relación a cómo surgió esta faceta, Alberty cuenta: “En la pandemia uno tenía mucho tiempo, decidí aprender a usar YouTube y me di cuenta que hay millones de personas diariamente allí. Por eso, entendí que si quieres trascender al círculo pequeño que te rodea, a tu país o a tu comunidad, ese es el lugar ideal”.
“Busco que mi mensaje le llegue a gente que de otra manera no le llegaría”, explica, “además trasciendes en el tiempo, antes para trascender en el tiempo debías escribir un libro, ahora puedes hacerlo en un podcast o en YouTube”.
Una recomendación desde su fe y su aprendizaje
Alberty ha atravesado un largo recorrido y aprendido tanto del éxito como del fracaso. Uno de estos aprendizajes, desde su formación, tiene un lugar central y elige recomendarlo: “Yo soy adventista y he aprendido a leer la Biblia, no estoy promoviendo la religión, pero si quieres aprender a manejar bien tus finanzas y a emprender te recomiendo que la uses”, asegura.
En este sentido, Alberty se explaya un poco más en su explicación: “Jesús predicaba hablando parábolas y dijo más o menos unas treinta y cuatro, de las cuales más de la mitad tienen que ver con finanzas personales. Les invito a leer la Biblia y aprender de esto, el mundo está en crisis y debes aprender a organizarte, si puedes recortar gastos y generar fuentes de ingreso, hazlo”.
La Next Idea de Emmanuel Alberty
Como ha sido hasta aquí, Alberty busca continuar aprovechando sus experiencias para ayudar y acompañar a jóvenes emprendedores. En esta línea, uno de los principales proyectos contempla una futura publicación: “Comencé a escribir el libro de mi fracaso, ‘¿Cómo ser millonario en tres meses emprendiendo?’, se trata de mis experiencias negativas contadas como una historia, quiero que si alguien va por el mal camino, sepa detectarlo y entienda cuál es el correcto”, reflexiona.
Además de este entusiasta proyecto, Alberty continúa con su trabajo diario y lo que él considera en definitiva lo más importante: “Mi objetivo es que cada persona que pase por el Centro de Emprendimiento, por la Universidad, pueda ser un agente multiplicador también y que ayude a gente como él recibió esa ayuda”, concluye realmente convencido.