Determinados estilos de vida traen consigo exigencias o modalidades necesarias que se deben adoptar para desarrollarse con éxito o, por lo menos, sacando el mejor provecho posible. En el camino emprendedor, o mejor dicho, en aquellas personas con espíritu emprendedor, sea lo que sea a lo que se dediquen, una buena gestión de los vínculos es trascendental.
Sin embargo, para comprender mejor esta faceta, resulta interesante observar la naturaleza en la centralidad de las relaciones sociales. En definitiva, tanto para generar un negocio, obtener un beneficio o mejorar en cualquier otro aspecto, vincularnos con otros será siempre positivo.
Aportando mucha más claridad, Daniela Dávila, Coordinadora de Relaciones Internacionales y Alianzas Estratégicas en la Universidad Hemisferios, lo explica de esta manera: “Somos seres humanos sociales, las alianzas son importantes incluso cuando no tienes un negocio. Simplemente una amistad que te ayuda a ser mejor persona es dar y recibir”.
En el mismo sentido, Adriana Ovando, Gerente de Relaciones Públicas y Alianzas Estratégicas en G2 Momentum Capital, lo piensa desde un enfoque similar: “En un núcleo social, para poder desarrollarte como individuo necesitas siempre sí o sí de una red de apoyo en donde está tu familia, tus amigos y de manera social empiezas a generar interacciones, crecer y desarrollarte”, expresa, y vincula: “En otro ámbito funciona de la misma manera, mientras más grande sea tu círculo de conocidos, más oportunidades tienes de generar más redes y de tener la oportunidad de acercarte a alguien que te genere valor”.
Luego de esta esclarecedora introducción, las especialistas ponen su atención en definir este concepto que parece superficial pero tiene sus complejidades. “Una alianza estratégica es una relación en donde generas que haya un intercambio de interés y valor para ambas partes, la idea es tener un partner con el cual puedas compartir algo de valor y también esperes ese valor en un intercambio mutuo”, afirma Ovando al respecto.
“Son conexiones que apoyan a tu idea, objetivo o emprendimiento y hacen que pueda salir adelante, granitos de arena que se suman para que puedas llegar a lo que buscas”, agrega Dávila.
Poder modificar el enfoque y evolucionar en el análisis que se hace del contexto y la situación coyuntural puede significar un progreso notable, por lo que pretender exclusividad en un mundo tan amplio y agitado es sencillamente ingenuo.
En este sentido, la clave se encuentra en cambiar la mirada con la que observamos alrededor. Ovando, inteligentemente, lo describe desde su experiencia particular: “En el ecosistema emprendedor que existan diferentes fondos de inversión, incubadoras o aceleradoras, instituciones públicas, privadas o educativas que se dedican a estos temas, más que verse como un competidor deben verse como todos aquellos eslabones que funcionan para que la industria crezca y se madure”.
Continuando con el análisis de la importancia que poseen este tipo de alianzas, Dávila se centra en la mentalidad emprendedora: “En temas de emprendimiento y negocios son muy importantes porque te ayudan a avanzar, a veces nos encerramos en nuestra idea y nos cerramos a las que puedan aportar otras personas, aunque tengan más experiencia que uno”, indica.
“Abrirnos a estas ideas para que entren en nuestro proyecto”, continúa, “hacen que este se pueda expandir. Estas alianzas nos permiten avanzar y no quedarnos en un campo pequeño, un target chiquito que no te permite ver más allá”.
Llega la hora de emprender la búsqueda de aliados y saber por dónde empezar, como es de esperarse, puede no estar del todo claro. Apoyándose en su recorrido personal y profesional, Ovando explica el proceso iniciando por un eje clave.
“Lo más importante cuando quieres crear una alianza estratégica es definir el objetivo de la misma, si tienes un objetivo claro de qué es lo que estás buscando, sabrás a quién te quieres acercar”, asegura.
Continuando con el recorrido, la profesional mexicana expone sus herramientas predilectas y las instancias a recorrer: “Personalmente uso mucho Linkedin, ya que así puedo ponerle nombre y rostro a la persona, ver lo que hace y entender qué tipo de valor me puede acercar. Toda la información que obtenga de esa persona me ayuda a entender el perfil y saber de qué manera puedo acercarme, por ejemplo desde un diálogo más formal, protocolar o al revés”, detalla puntillosamente.
En este punto, Ovando reluce un aspecto que no deja de destacar por su cualidad estratégica y al mismo tiempo realmente positiva, al mencionar el siguiente paso tras contactar con el aliado indicado: “Una vez que hayas generado el contacto, la intención será generar una reunión para poder platicar sobre lo que haces, tú objetivo y escuchar a la otra persona sobre lo que hace y sus objetivos también”, explica.
“Personalmente, en el momento de hacer los ofrecimientos, creo que es mejor que primero des en lugar de que esperes a que te den, porque estas relaciones siempre funcionan a través del apoyo mutuo. No es ‘polite’ que te acerques directamente preguntando que te van a dar”, revela conscientemente Ovando.
Tal como se dejó en claro en el inicio de este artículo, si bien los objetivos de vincularnos pueden radicar en intenciones económicas o profesionales, las relaciones no dejan de ser entre personas y por ende de contener un factor humano importante.
Justamente por eso, a la hora de cultivar las alianzas generadas, un trato sensible puede hacer la diferencia: “Una alianza tiene cara de persona: contactas con alguien, esa persona tiene vida, sentimientos, familia. En definitiva, parte del hecho de ser empático y antes de tratar cosas de trabajo afiances la relación con la persona. Eso ayuda mucho, a mí me ha funcionado muy bien”, recomienda Ovando.
Insertos en un presente mediado por la digitalización y la tecnología, aparecen constantemente nuevos escenarios y oportunidades para sacar provecho. Ahora bien, ¿cómo se da cuando de relaciones humanas se trata?
Con notable sintonía, ambas profesionales consultadas destacan muchas de las ventajas experimentadas pero también, con cierto énfasis, remarcan la importancia de no perder de vista el vínculo más estrecho y las ventajas que pueden sacarse del contacto presencial.
“La pandemia nos abrió los ojos a la tecnología existente que no conocíamos, nos permite estar en rincones diferentes, hablar más rápido, agilizar la firma de convenios. Sin dudas tienes una conexión mucho más rápida”, destaca Dávila al respecto. No obstante, seguidamente aclara: “Si bien la comunicación digital hace que nos conectemos más rápido, hace que se pierda un poco la parte humana que hace que las relaciones sean más sentidas, lo cual para mi es importante”.
Por su parte, Ovando, concluye en este punto: “Yo soy partidaria de que para efectos de relaciones públicas de networking, debiera existir un sistema hibrido que siguiera permitiendo la digitalización a efectos de tirar las barreras fronterizas, pero que permitiera la posibilidad de realizar una instancia presencial. No llevar todo a la digitalización”.
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