A pesar de que el éxito de muchas empresas parezca caer sobre una única persona, la realidad es que los grandes logros nunca se consiguen de forma solitaria. Con mayor o menor participación, siempre hay alguien que trabaja a la par, apoya, aporta nuevas perspectivas y/o agrega valor a las propuestas. Es por eso que, al comenzar una aventura empresarial, encontrar un cofundador resulta muy importante.
Existen múltiples formas de encontrar esta pieza clave de un emprendimiento, esa mano derecha que sepa llevar adelante las riendas de una compañía de forma compartida. No obstante, en primera medida hay que comprender que cada búsqueda dependerá de las necesidades y características propias. Es decir, a partir del autoconocimiento, resulta imprescindible detectar cuáles son las áreas o habilidades más débiles de uno. A partir de ello, será posible buscar esa figura que sepa complementarse de forma eficiente y responsable.
Dentro de las cualidades sobre las cuales hacer foco al buscar un Co-founder, se pueden mencionar aquellas ligadas a la ambición. Detectar ese fuego interno por crecer, tener propósitos claros y un entusiasmo genuino superarse. A su vez, es primordial también darle valor a una personalidad humilde. Es preciso observar que esa ambición se encuentre equilibrada con rasgos de humildad, formas de actuar y relacionarse que dejen atrás el egocentrismo y la soberbia que tantas veces destruye proyectos.
No necesariamente hay reglas estrictas o pasos técnicos que deben ser respetados para conseguir un socio, pero sí existen algunos consejos para dar con un buen colega. En este sentido, suele ser relevante hallar a alguien que se encuentre en una red cercana. La confianza en un cofounder debe ser sólida, por eso comenzar buscando en la familia, amigos o compañeros cercanos de la universidad, por ejemplo, es importante.
En caso de no poder encontrar a alguien de aquel círculo de personas cercanas, será necesario comenzar abrir un poco más el espectro. Familiares más lejanos, así como también amigos de amigos pueden considerarse en este proceso. Al mismo tiempo, los contactos que pueden aportar mentores muchas veces son una gran guía para dar con este cometido. Es decir, preguntarles si saben de algún posible socio para comenzar el proyecto, alguien que cuente con determinadas características.
Finalmente, en caso de que estas opciones principales no generen resultados, se puede cambiar el eje de la búsqueda. Si bien serán personas prácticamente desconocidas, o de las cuales se tendrá muy poca información, figuras que rondan en eventos, grupos determinados o aceleradoras pueden aportar gran valor al emprendimiento. A su vez, no hay que descartar que un competidor pueda ser la persona indicada. Saber percibir cuáles son las fortalezas del mismo o debilidades para complementarlas con las propias, abre un nuevo camino.
Existen elementos que no pueden ser pasados por alto al momento de buscar a una persona que cumpla el rol de cofundador. Conoce cuáles son estas características y por qué requieren de una atención especial.
Sea el negocio que sea, todo emprendimiento trae consigo riesgos y situaciones inesperadas que se pueden presentar en el camino. Es por eso que el recorrido y los años de experiencia representan un aspecto clave al elegir un socio. Además, complementarse aquí también entra en juego. Es decir, si uno tiene experiencia en un campo determinado, lo ideal es que el otro cuente con ella en otra área.
Si bien puede que sea una condición difícil de detectar sin la práctica del día a día en una compañía, el compromiso es otra cuestión a destacar. A partir de las responsabilidades adoptadas y los objetivos propuestos, nunca puede faltar esa actitud por cumplir con lo pautado y no fallar a la palabra. Si un cofounder no es comprometido, las esperanzas de mantenerse y crecer se desvanecerán fácilmente.
Sin confundir con la complementariedad, ser compatible es aquello que al final del día argumenta la relación entre dos socios. En otras palabras, es tener química, ver que los aportes de cada parte se producen prácticamente en mismas medidas, se comparten los puntos de vista y generalmente resulta fácil pensar objetivos a futuro. No es sencillo encontrar una persona compatible a la primera, es aquí que radica el valor de poder conocer de antemano quién será esa “mano derecha”.
Para algunos son dones naturales, para otras habilidades que se adquieren con el tiempo, y para algunos más una combinación de estas dos. Más allá de su origen, las cualidades comerciales siempre son importantes. Sumado al compromiso y al entusiasmo, la facilidad para hacer negocios puede abrir nuevas oportunidades o potenciar el crecimiento. Es bajo esta premisa y dentro de esta capacidad que se ubica la paciencia, la perseverancia, la prudencia y la capacidad de persuadir.
