Cuando todo va bien en el interior, es mucho más sencillo que lo que sucede en el exterior también resulte beneficioso. Asimismo, si las cosas marchan de manera óptima en el engranaje interno de una empresa, probablemente eso se refleje en su imagen exterior, aunque por supuesto siempre habrá excepciones a esta regla natural.
Sin embargo, excepciones a un lado, un especialista en estos temas como es Francisco Rivera, lo deja en claro: “Lo que pasa dentro de la organización se refleja al exterior”, lo que a su vez lo lleva a afirmar: “hay que entender que todos los colaboradores, sin importar el área o nivel, son embajadores de la marca”.
Para entender un poco mejor el por qué de la afirmación anterior de Rivera, el propio experto entrega una noción básica que hace a la esencia de cualquier emprendimiento o empresa, entendiendo de igual forma que todas son diferentes y no solo por los rubros en los que se categoricen.
Para Francisco entonces, todas las empresas se conforman con un esquema del siguiente estilo: “en primer lugar los productos o servicios que ofrecen, segundo los procesos que emplean para llevar estos productos o servicios a sus clientes y tercero los colaboradores que ejecutan dichos procesos”.
Ese punto tres, que involucra a los colaboradores como una parte fundamental del accionar y del éxito que tengan, o no, los caminos que se tomen, es el que hay que tener en cuenta para definir que transformar en embajadores a esos colaboradores será vital para el crecimiento y desarrollo de una marca identitaria de la empresa.
Darle entidad a los empleados como embajadores de marca puede significar un enorme crecimiento del equipo en cuanto a productividad y motivación. Hacer embajador a alguien es dotarlo de sentido de pertenencia, algo que probablemente lo lleve a responder con fidelidad pero también con el traspaso de los valores de la compañía a través de sus propios canales sociales y de comunicación.
En el concepto de colaboradores embajadores no solo se encontrará un impulso del negocio como tal, sino que se forjará una cultura que haga fuerte a nivel interno a la compañía. Vale destacar que no es una estrategia novedosa, pero sí que ha tomado una relevancia diferente al entrar en juego la tecnología, sobre todo en formato de redes sociales, las cuales permiten aprovechar mucho más la idea.
La técnica de employer branding es el nombre que se le da al hecho de empoderar a los empleados y darles un rol de embajadores, para que ellos puedan transmitir la propuesta de valor de la marca y potenciar el sentido de pertenencia, llevarlo desde el interior hacia el exterior.
Darle la confianza al empleado para que desde su propia marca personal resalte la marca corporativa, es una muy buena movida de marketing y que no genera grandes costos para la empresa, pero además de lo económico, tiene otras varias ventajas.
Al transformar a los empleados en embajadores se le da una ( o muchas ) caras visibles a la marca, lo que es a su vez un valor emocional muy particular, que solo puede ofrecerse de está manera, porque nadie mejor que ellos sabe lo que se vive en el día a día de la empresa. El hecho de que los empleados sean tratados de está manera además da una sensación de familia, la cual siempre es bien recibida por las audiencias en general.
Los usuarios y quienes ven desde el exterior, confiarán más en el criterio de alguien que habla desde adentro, que en una cara contratada por una sola campaña en particular. Es importante tener en cuenta esto a la hora de pensar en el ambiente y contexto laboral que se propone, ya que todo lo que digan los empleados siempre afectará a la visión y reputación que tiene la compañía, sea para bien o para mal.
A través del employer branding se genera sentido de pertenencia, que hace crecer el compromiso que cada empleado tiene para con la empresa y por ende la marca corporativa de la misma. Está comprobado que se aumenta la productividad y, si hay un buen trabajo en ventas, las ganancias pueden dispararse. Un empleado comprometido siempre dará mucho más que a uno al que no se le tiene en cuenta ni se le da crédito por su trabajo.
Es lógico que a mayor cantidad de embajadores de la marca, mayor será el alcance que pueda lograrse. Los mensajes de una empresa se multiplican al transmitirse en los diferentes perfiles y medios de comunicación social que un embajador puede tener. Las marcas personales que cada colaborador construya, quedarán vinculadas con la marca corporativa y así se generará una cadena que terminará por beneficiar siempre a la empresa en cuanto a la difusión y visibilidad de sus valores o mensajes.
