Los errores también nos conducen hacia la meta
El comportamiento y los hábitos diarios de las personas generalmente están guiados por una meta fija en el horizonte. Aun sin saber bien dónde se quiere llegar, es probable que se idealice un camino a seguir, que en gran medida suele ser un camino desconocido, sobre todo cuando se emprende, por lo que naturalmente se cometen errores. Sin embargo, lejos de ser un condicionante, esos errores tienen el potencial para hacer crecer a la persona y conducir al emprendedor hacia su objetivo.
“No por miedo a errar vas a dejar de jugar”, reza un famoso dicho de escala global, que transmite la importante que tiene el traspasar el temor de equivocarse, de quitarle dramatismo y enfocarse en lo que sigue, mirando hacia adelante. Dentro de esa poderosa frase, también se esconde el valor que puede tener un error.
Errar es humano y ¿de sabios?
Otro dicho popular dice que “rectificar es de sabios”, y puede que el hecho mismo de errar también lo sea. ¿Pero cómo un error puede ser beneficioso? esa es una pregunta que se responde con otra, porque ¿quién no ha cometido un error en su vida?, la realidad es que hasta los mayores ejemplos de éxito, sea cual sea la vara con la que se mida, seguramente han errado y se han equivocado en su camino.
Además, la concepción del error como fracaso termina siendo equívoca o, incluso, se puede considerar al fracaso como un error y eso lo convertiría en un proceso natural, que como ya se dijo es un impulso para llegar a la meta. Cambiar la óptica y ver al fracaso como una clave para el éxito, por el desafío que genera y el aprendizaje que deja, y no como el peor enemigo que pueda existir en el emprendimiento, resultará fundamental.
Enfrentar el fracaso para alcanzar el éxito
Es una realidad que, en la teoría, tomar al error como un beneficio o al menos como algo que sea funcional para el futuro de un proyecto o la vida misma, es mucho más sencillo que plasmarlo en la práctica. La mayoría de las personas no cuentan con las herramientas ni la preparación necesaria para enfrentar el fracaso y la sociedad no es precisamente un escenario en el que se premien, soporten ni contengan los errores, sino que por el contrario, se castiga y se señala al fracaso como una faceta completamente negativa.
Esa forma de ver las cosas es el verdadero problema y lo que termina condicionando a una persona ante el error. Si hay algo que aleja la meta no es el fracaso, sino el mindset y la manera en que cada uno concibe el momento de errar o fracasar.
Valorar el error, aprender y seguir
Michael Jordan confesó alguna vez que la razón por la que alcanzó el éxito y se convirtió en uno de los deportistas más importantes de la historia, fueron los consecutivos errores en los que incurrió: “he fallado una y otra y otra vez en mi vida. Y es por eso que tengo éxito”, dijo el basquetbolista nacido en Estados Unidos.
No solo es una frase que impacta por la persona que la dice, sino que también es un modo de entender que el éxito no es repentino ni se consigue de un momento a otro. Es una llamada de atención para los que se rinden ante el primer fallo, pero también para quienes creen que el camino debe ser fácil, llano y sin implicancias.
Nadie se equivoca porque quiere errar, la inexperiencia, la falta de conocimiento o tal vez la ansiedad por lograr un objetivo muchas veces es perjudicial y genera fallas, pero dando vuelta la situación y valorando a los errores como oportunidades para aprender y poder hacer las cosas diferentes en el futuro, es probable que la meta se acerque.
De hecho el mayor error de todos sería el no aprender de los errores, el dejar pasar la oportunidad que ese fracaso está brindando de poder cambiar y mejorar, sabiendo ya que esa decisión, ese camino, no es el indicado. Eso sí sería tirar por la borda todo el esfuerzo puesto en un emprendimiento, idea o proyecto.
Si una persona decide emprender sola, creyendo que no necesita de nadie y fracasa, será cuestión de aprovechar la enseñanza que eso le ha dejado, para la próxima confiar en alguien más. Si un líder intenta imponerse sin escuchar a su equipo, forzando su poder, y el equipo termina por no responderle o serle funcional, seguramente aprenderá que de allí en adelante el modo de tomar decisiones sea otro.
El éxito al otro lado del error
Puede ocurrir que haya fracasos que inspiren más que historias de éxito. En el deporte, puede darse que quien termine ganando un partido, un campeonato y un trofeo, no sea el mejor. El éxito es un concepto que va más allá del triunfo y como errar es humano, aquel que merece reconocimiento puede que termine siendo tildado de fracaso, sin embargo, valorar los procesos es un modo de aprender a convivir con el error y los procesos pueden inspirar, incluso más que una medalla, un título o el dinero que se gane.
El éxito siempre puede aguardar en la próxima estación del fracaso más reciente y así lo decía Thomas Edison, quien tuvo muchos intentos fallidos antes de una de sus más grandes invenciones: “no he fracasado, he encontrado 10.000 maneras que no funcionan”. Así, reconoció el aporte de sus errores pasados, de sus intentos que no rindieron según lo esperado. Porque al fin y al cabo, el fracaso no es otra cosa que la posibilidad de un nuevo comienzo y de adquirir conocimiento para construir un camino que lleve definitivamente al éxito.