Optimizar el capital y hacerlo trabajar por sí solo es sin dudas uno de los pilares de la libertad financiera y una herramienta fundamental a la hora de consolidar una economía próspera.
Desde Next Idea 4U, justamente, hemos repasado en ocasiones anteriores algunas buenas opciones y recomendaciones para realizar inversiones inteligentes y potenciar el mucho o poco dinero con el que se tiene disponibilidad.
Sin embargo, inmersos en la actualidad que nos toca, emerge una nueva posibilidad que conjuga más de una ventaja interesante y se configura como una innovación y un mercado con mucha proyección: las startups.
Para comprender mejor de qué se trata, es necesario definir algunos conceptos claves de la temática. En consecuencia, Alejandro Gutiérrez, Co-Fundador de LinkU-Ventures, explica con claridad: “Entendemos a una startup como una compañía o emprendimiento de base tecnológica que por su estructura misma tiene la posibilidad de crecer exponencialmente. Si lo vamos a comparar con un negocio o empresa tradicional la diferencia radica en su incapacidad de crecer exponencialmente”.
En el mismo sentido, otra idea que se repite y aparece como una figura trascendental en este tema, es la de ángel inversionista. Gutiérrez, entonces, también lo define: “Un ángel inversionista se puede definir como ese inversionista que cree en el emprendimiento y decide involucrarse de forma activa en etapa temprana de la misma buscando potencializar ese crecimiento exponencial. Obviamente con la intención de que dicho emprendimiento pueda crecer significativamente y que su inversión se vea multiplicada”.
Teniendo en claro estas concepciones específicas, es adecuado comprender sus diferencias con otro tipo de inversiones. Con este objetivo, María Teresa Gómez, Directora de Inversiones y Operaciones de By Next Angels, destaca lo siguiente: “La primera diferencia de la inversión en startups es el nivel de riesgo. Hasta que no pasan varios años es probable que no recuperes tu liquidez y no tengas rentabilidad, pero sin dudas, esta llegará a ser mucho mayor”, asegura.
Continuando con esta idea, Gómez explica: “Como invertir en startups es arriesgado, necesitas más tiempo en el proceso de decisión, entre que te contactas con el emprendedor y hablas con ellos, lo analizas, ellos te dicen sus necesidades, analizas el pacto de socios, etc. Hay que disminuir el riesgo y eso hace que pueda ser un proceso más lento”.
Es evidente la ventaja que presentan este tipo de inversiones y las oportunidades que representan en los casos exitosos. Para Gutiérrez, concretamente, el venture capital se convierte en “una herramienta de creación de riqueza”.
“Por la misma tipología la startup no tiene un crecimiento lineal”, describe, y desarrolla: “Por ejemplo, los grandes bancos al final del año reportan crecimientos pequeños del 2%, 5% o 10% los más ambiciosos. Crecimientos normales para grandes corporativos. Las startups por su naturaleza misma y por la capacidad que tienen de pivotear y acelerar, de inyectar tecnología, tienen crecimientos de 5, 10, 50, 100X, y son comportamientos que solo se dan en el ecosistema de la tecnología. Por ende un inversionista ángel genera riqueza comprando una participación de una compañía y vendiéndola a un precio más alto en un corto, mediano o largo plazo”.
Al mismo tiempo, Gutiérrez adhiere el valor que genera el emprendimiento en el desarrollo económico y por ende también la inversión en él: “Por cada dólar invertido en emprendimiento retornan cinco al mercado. Eso es un gran indicador para todos los esfuerzos del emprendimiento, ya que quiere decir que están devolviendo por cinco esa retribución. Cuando pongo un dólar en esa compañía, esa compañía está haciendo contrataciones, está haciendo movilizaciones de capital en el mercado. Eso trae muchos beneficios, los cuales para nuestro momento en Latinoamérica son sumamente valiosos”, puntualiza.
A la hora de tomar decisiones acerca de los proyectos a invertir en el universo de las startups, sin dudas existen muchas variables que pueden cambiar y a veces dependiendo de cuestiones personales o de preferencia.
En este sentido, Gómez, detalla cuales son las que desde su experiencia contempla: “A la hora de seleccionar una startup nos fijamos en el estadio y una vez que hacemos esto analizamos algunos puntos clave. En primer lugar, que el producto sea viable, que tenga el mercado definido. Luego, la ventaja competitiva, por qué su proyecto es factible y que lo diferencia de los demás. Además, hace falta equipos multidisciplinarios, y que tengan claros sus roles, capacidad de trabajo y comunicación. Por último, el modelo de negocio, que sea escalable e invertible”.
Cuando se piensa en inversiones suele imaginarse grandes tiburones con enormes capitales desembarcando y encontrando buenas oportunidades. Sin embargo, no es necesariamente así y existen otras opciones para inversores más pequeños.
Gutierrez, desde su compañía, lo explica de la siguiente manera: “Desde LinkU hemos creado un modelo de co-inversión. Ha aparecido la figura de aquellas personas que quieren entrar a la inversión de emprendimiento de marca pero no están dispuestos a colocar los mínimos que se piden. Lo que hacemos es juntar a dos personas y los representamos como si fueran uno solo. Eso permite que inversionistas que quieran invertir en emprendimiento de manera activa puedan hacerlo”.
Esta, entre otras opciones que ofrece este mercado, es una de las variables interesantes y que convierte al rubro de las startups y compañías de inversión como las consultadas en variantes interesantes a tener en cuenta.
Si bien puede ser muy aconsejable este tipo de inversiones, está de manifiesto que lo importante no es hacerlo a ciegas o sin conocimiento previo.
Concretamente en este tema, Gutiérrez asegura: “La recomendación que le pueda dar a alguien es que se sume a una comunidad, como puede ser la nuestra, ya que finalmente uno se vuelve el resultado de las personas con las que se asocia, de los libros que lee y de las cosas que ve. Estar en un ecosistema como LinkU te va a permitir aprender, conectar con oportunidades de inversión, relacionarte con otros inversionistas de distintos niveles y te va a dar ventajas por experiencia”.
Otro de los factores que tiene de positivo este tipo de inversiones, es la proyección del ecosistema emprendedor en Latinoamérica. Desde su experiencia, no obstante, Gutiérrez lo remarca: “El panorama es muy alentador en Latinoamérica. Vemos que las cifras en desarrollo empresarial crecen, en las compañías tipo startups también crecen, las inversiones en Latinoamérica crecen. Vemos que grandes jugadores, fondos y actores cada vez más y mejores recursos en la región”.
“Siempre que exista alguien dispuesto a cambiar el mundo y a salir adelante, siempre va a haber alguien dispuesto a apoyarlo”, continúa, y concluye: “Ese es nuestro grano de arena y es cómo potencializamos esos emprendedores tan fuertes en la región. Lo hacemos a través de conectarlos con inversionistas para que ese ecosistema mejore”.
Así como el escenario en Latinoamérica es verdaderamente próspero, en Europa también lo es. Justamente Gómez, desde España, así lo avizora: “La pandemia ha acelerado diez años un cambio, se han multiplicado las startups por cinco en los últimos años, en España hay cerca de 10.500”.
“También está pasando que muchos fondos internacionales están poniendo sus ojos en startups europeas y de España porque están viendo que las startups están desarrollando mucha capacidad propia. Se ha creado un proyecto de ley de startup en el país, la gente se está empezando a dar cuenta que esto es importante”, finaliza con entusiasmo.
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