El peligro de cargar con una fuerte idealización
A pesar de los intentos de cualquier ser humano, evitar generar grandes expectativas frente a una nueva oportunidad siempre resulta una tarea difícil. Las ganas, el entusiasmo y la curiosidad por comenzar un nuevo empleo son sensaciones que abundan en estos momentos. Por lo tanto, intentar gestionarlas de la mejor manera posible y tomar ciertos recaudos puede ser de gran ayuda para no desilusionarse. Esto no quiere decir que ilusionarse sea algo negativo, pero a veces lo mejor es ser lo mayor objetivo posible para así pensar en frío y no cometer errores.
En esta línea, antes de dar con un trabajo se hacen presentes varios pasos previos importantes. A partir de cada uno de ellos es posible comenzar a elegir y decidir sobre el futuro laboral. Entre ellos se encuentra el momento de enviar el CV, tener entrevistas, atravesar una selección, aceptar una oferta económica formal, y demás. De esta manera, estas instancias deben ser transitadas de forma cautelosa. Sin importar cuál sea el motivo de la búsqueda de empleo, la misma debe darse de forma consciente.
Por lo tanto, actualmente es posible afirmar que ya no son las empresas quienes tienen total control en la selección de sus empleados. Llevar adelante una autovaloración profesional es entender que resulta posible tener la capacidad de decidir en dónde trabajar. Es así que en muchas oportunidades, realizar las preguntas correctas puede dar un gran panorama acerca de la forma de trabajo de aquella organización. Además, tal postura da cuenta del interés por el trabajo y la claridad a la hora de optar por el mismo.
Qué hacer cuando te enfrentas a una realidad laboral adversa
Aquella frase tan popular: “No era lo que esperaba”, no necesariamente remite a un solo motivo, sino que puede estar referida a varios aspectos del nuevo trabajo. Es por eso que existen diferentes consejos para enfrentar aquella situación. En primera instancia, se puede mencionar la necesidad de tener calma. Seguramente los primeros días serán un poco agitados, ya que toda adaptación requiere de tiempo y energía.
En esta misma línea, a pesar de que la frustración y decepción parezca colocarse por delante, siempre es necesario darle una oportunidad al trabajo. Las primeras impresiones pueden ser erráticas, es así que resulta necesario abrirse y pensar que el ambiente puede mejorar. Además, integrarse al grupo de trabajo puede subir el ánimo. Por otro lado, dialogar con tu jefe es otra opción. Esta instancia no tiene que ser precisamente de reclamo, sino para manifestar cuáles son cosas que generan malestar o simplemente no son como se habían hablado.
Por último, la realidad es que siempre resulta posible explorar otras opciones y analizar otros empleos. Esta decisión siempre debe tomarse con mucha seguridad, pero cuando los motivos están claros y fueron analizados fríamente es la salida correcta. Aunque puede que hayan sido pocas las semanas de trabajo, no siempre todo sale como se esperaba y dar un paso al costado es lo ideal. A su vez, si es necesario explicar los motivos de tal salida, ello no bajará ningún porcentaje de oportunidades.
Qué tener en cuenta para evitar sorpresas al comenzar un nuevo trabajo
Analizar la mayor cantidad de factores posibles es fundamental para no dejarse llevar por las emociones. En este sentido y a modo de ejemplo, se puede decir que en las instancias previas o en las entrevistas el sueldo es uno de los temas que siempre ronda por la cabeza. En muchas ocasiones se tiene ciertas expectativas acerca del mismo y se cree que puede aumentar con el tiempo o es posible recibir ciertos reconocimientos. No obstante, este es un error que se debe evitar. Lo ideal es analizar aquella primera cifra dada a conocer en las entrevistas previas y no pensar mucho más allá de eso. Este punto radica en que el futuro sueldo dependerá de muchos factores a lo largo de aquel ciclo profesional y no vale la pena adelantarse a ellos.
Por otro lado, dentro de las posibles razones de una frustración está el equipo de trabajo. Cualquiera desea tener compañeros empáticos y unidos que brinden un ambiente laboral agradable. No obstante, no siempre tal actitud positiva está presente en estos espacios. Es por eso que se recomienda no pensar demasiado en este aspecto y dejar que fluya. A su vez, el periodo de adaptación para integrarse siempre requiere de cierto tiempo. Por lo tanto, como se mencionó anteriormente, lo que puede parecer en una primera impresión no precisamente será así en el futuro.
En esta misma línea, otro aspecto fundamental a tener en cuenta en este proceso es conocer quién será tu líder en este nuevo empleo. Comprender cuáles son sus objetivos y cuál es su postura frente al trabajo a realizar puede ser una gran herramienta para dar cuenta de cómo será el desarrollo del mismo. A su vez, su personalidad también tendrá influencia, por lo que observar cómo se desenvuelve es clave. Finalmente, también es necesario analizar la reputación de la empresa en el mercado laboral. Asuntos como el producto o servicio que comercializan, al igual que la experiencia de los clientes con la misma, puede decir mucho de la organización.