Acercamiento al proceso de conocer
Lo primero que hay que abordar para lograr llegar a buen puerto en el no tan sencillo mundo de la teoría cognitiva que plantean ciertos autores y analistas de la materia del conocimiento, es justamente definir qué es o a qué hace referencia el hecho o la acción de conocer. En ese sentido, se puede afirmar que en la actualidad los conceptos de conocimiento y aprendizaje se basan en un circuito que comienza con la recepción de información por parte de un ente externo, para luego procesarla y finalmente interpretarla.
Suena lógico y con natural sentido común, incluso puede decirse no es un enorme hallazgo, sino que más bien parece ser un proceso automático que cualquier persona puede descifrar prestando atención a cómo actúa cuando recibe información externa. Sin embargo, la idea de que el individuo que conoce es partícipe en el proceso mismo de conocer no ha sido siempre la más aceptada y de hecho han existido diversas teorías y postulados sobre esto. Varios estudiosos conceptualizaban la realidad en vínculo directo con el hecho de conocer, es decir como un traslado exacto de la realidad objetiva a la consciencia, indicando que las personas cumplen un rol pasivo en ese pasaje de realidad a cognición, y que si hay algo entre medio de eso sería un elemento indescifrable.
Teoría cognitiva: el sujeto activo en el proceso de conocer
En el último tiempo ha crecido una teoría que afirma que tanto el hecho de conocer, como el aprendizaje, se dan a través de una serie de procesos internos cognitivos, en los cuales se manipula aquello que se percibe, con el objetivo final de darle significado a la realidad.
Uno de los primeros en postular esta teoría cognitiva y darle entidad es Jerome Bruner, quien define que uno de los elementos fundamentales al momento de conocer es la participación activa del sujeto que aprende.
Esto quiere decir que no se trata de que una persona tome la información del exterior así, sin más, sino que para que dicha información pueda ser transformada en conocimiento debe existir un proceso, un trabajo del individuo en cuestión, que será en definitiva quien le de sentido a todo.
¿Quién es Jerome Bruner?
Un psicólogo nacido en Estados Unidos (1915-2016) cambió para siempre el modo de concebir el conocimiento. A Jerome Bruner incluso se lo conoce y se lo recuerda como el impulsor de la revolución cognitiva, por su teoría, claro, y por el papel que cumplió como figura de la ciencia de la conducta en el siglo XX.
Categorización de la información recibida
La teoría cognitiva de Bruner explica que en el proceso de conocer y aprender, el ser humano busca ordenar por categorías todos los sucesos y elementos de la realidad, en grupos o conjuntos de apartados equivalentes. De esa manera, las personas experimentan y perciben las vivencias generando conceptos mediante una discriminación de los diferentes estímulos.
En ese proceso, que se lo denominó como categorización, la información adquirida desde el exterior se trabaja de manera activa, codificando y clasificando una serie de etiquetas o categorías con el objetivo de lograr comprender la realidad. Además, la misma categorización permite formar conceptos y hacer predicciones, al igual que tomar decisiones, todos procesos claves en el desarrollo cognitivo de cualquier ser humano.
Bruner manifiesta que es a partir de la categorización que: “somos capaces de generar conocimiento”. El psicólogo fundamentó en su escritos que las categorizaciones: “no permanecerán siempre estables y cerradas, sino que irán variando a partir de la experiencia vital, modificándose y expandiéndose”.
Tipos de procesos y representación de la realidad
Cuando llega el momento de enfrentar la realidad, y por ende de categorizarla para comprenderla, hay dos tipos de procesos que se distinguen en está teoría cognitiva de Bruner. Uno es el Concept Formation y otro el Concept Attainment.
Yendo en concreto a lo que es la representación de la realidad, a la que se llega mediante la cognición, hay que decir que puede lograrse de distintos modos, aunque uno no es excluyente del otro, ya que pueden darse al mismo tiempo para facilitar aún más el aprendizaje.
Los más importantes a destacar son los que Bruner describe como representación enactiva, en el que el conocimiento llega a través de la acción e interacción directa con el elemento a conocer y representación icónica, en donde se conoce mediante un modo icónico precisamente, ya que se emplean generalmente elementos visuales reconocibles de poca simbología (foto, dibujo, etc.). Esta última opción suele darse a partir de los 3 años, que es cuando la mayoría de niños y niñas logran utilizar este tipo de representación, por el desarrollo alcanzado de sus capacidades en ese tiempo.
Usar la teoría para impactar desde la práctica
Todos los procesos de aprendizaje y conocimiento descriptos son un vehículo para que las personas puedan construir hábitos concretos y que, a su vez, estos los guien en función de lograr un desarrollo cada vez mayor de sus habilidades. El conocer no es un proceso que se termina en la niñez ni adolescencia, una persona puede continuar conociendo, descubriendo y aprendiendo durante toda su vida, por lo que tiene la capacidad para generar hábitos concretos nuevos en cada etapa que le toque afrontar y a la que tenga que adaptarse.