De emprendedor, a empresario y a mentor
“Mi juguete favorito de la infancia era una caja registradora, me encantaba”, confiesa antes que cualquier otra cosa Dani Presman, dejando al descubierto un interés de larga data. El hoy fundador y propietario de Godixital y Clienty fue emprendedor desde siempre, incluso vendiendo globos a pérdida a los cinco años o poniendo un pequeño kiosco en el country al que concurría tan solo algunos años después.
Posteriormente, además de estudiar economía y marketing, trabajó en DeRemate.com, la empresa luego vendida a Mercado Libre, y enseguida lanzó sus propios negocios. Venta de electrónica por internet, importación y venta mayorista fueron algunos de los rubros hasta llegar al marketing digital.
Hoy ya consolidado como empresario, dedicándose dentro de sus compañías cien por ciento a la estrategia e innovación, el argentino piensa en un nuevo objetivo superador. “Estoy enfocado en ayudar realmente a otros dueños de negocios a mejorar su calidad de vida, a pasar más tiempo con su familia y para eso sistematizar el negocio”, afirma,
Propósito de impacto
En este camino que hoy elige y afronta, Presman se siente mucho más conectado con lo que realmente lo moviliza: “Mi propósito hoy está en hacer negocios primero para ayudar a otros y después para ganar plata. No quiere decir que no me interese ganar dinero, pero no es lo que está primero”, expresa con sinceridad.
A partir de esa búsqueda, invita a emprendedores a enseñarles su metodología e inspirarlos a partir de su experiencia, desarrollando como uno de sus contenidos principales al respecto el podcast "De emprendedor a empresario: Cómo ganar libertad".
El sueño de ganar libertad
Uno de los disparadores principales que motoriza la misión de Presman en ayudar a lograr esa transición, tiene que ver con darse cuenta lo que realmente incentiva a las personas sobre todo al comienzo: “Uno empieza un negocio teniendo el sueño de que va a ganar mucha plata, tener mucho tiempo y hacer lo que quiera con su vida. Pero al final termina pasando otra cosa totalmente diferente, trabaja más que cuando era empleado y no puede ni irse de vacaciones tranquilo”, describe.
“Nos olvidamos del sueño del tiempo original, al final terminamos teniendo un negocio que no se si nos gusta tanto y siendo autoempleados”, resalta, y continúa: “Por eso yo les quiero mostrar que hay otro camino, que se puede, y brindar herramientas prácticas para poder hacerlo”.
Sistematizar tu negocio: la clave
La metodología y el cambio de enfoque que propone Presman se relaciona fundamentalmente con poder sistematizar, automatizar y delegar las tareas de tu negocio y así poder liberar tiempo que permita una mejor calidad de vida y, en simultáneo, por dedicarse a hacer crecer exponencialmente tu empresa.
Sin embargo, la simple intención no es suficiente, ya que las urgencias suelen dominarlo todo. “La gran pregunta es cómo sistematizar si estás lleno de urgencias, y para eso hay una serie de pasos y modificaciones que hay que dar poco a poco”, ilustra Presman.
“El primer paso es definir tus objetivos, saber para dónde vas”, comienza desarrollando, “tienen que ser objetivos claros, medibles, numéricos, alcanzables y con una fecha límite. El segundo paso es empezar a liberar tiempo de tu agenda, de a poco, ver cuántas urgencias tengo por día y cómo hacer para tener un poco menos la siguiente semana, organizar el día, evitar el multitasking. Esos son los dos primeros pasos, objetivos y liberar tiempo”.
“El tiempo fabrica tiempo”
En una siguiente instancia de este proceso, el argentino propone buscar lograr un círculo virtuoso que genere una dinámica positiva: “Yo no puedo fabricar tiempo sin tiempo, ahora le dedico una hora de esta semana y quizás fabrico cinco minutos todos los días por el resto de mi vida”, esclarece.
“Si uno es metódico relativamente rápido”, continúa, “tal vez llegue a tener el 10% de su tiempo o más libre, y ahí es cuando hay que empezar a aprovecharlo con la siguiente etapa. Lo que sigue es sistematizar, que sirve para seguir fabricando tiempo pero de una manera más metodológica y generar más autonomía en el negocio”.
Ahora sí, al alcanzar este momento, Presman visualiza la posibilidad real de generar cambios grandes: “Cuando llego a tener el 20% o 30% del tiempo libre, me empiezo a dedicar a cosas de más largo plazo, la estrategia, la innovación, a rentabilizar. Son pensamientos más estratégicos”, indica.
Lograr el salto diferencial
“Cuando entras en esa dinámica empiezas a formar un círculo virtuoso porque a medida que tienes más dinero puedes dedicarle más tiempo a tener más dinero, puedes contratar más gente y volver a pasar por ese círculo, y volver a definir objetivos más grandes de los que definiste al principio”, detalla auspicioso Presman sobre este momento crucial del camino que propone.
Es por esto mismo, finalmente, que para él la diferencia entre emprendedores y empresarios es tan grande. A propósito, sentencia: “Al que no hace esto le puede llegar a ir bien, pero el que sí lo hace gana cincuenta veces más. No diez ni veinte, cincuenta veces más”, sentencia.
Adaptar el negocio a mi vida, no al revés
Lógicamente el aspecto de la vida personal tiene un fuerte peso en este análisis de Presman, que pone esta faceta en un lugar de privilegio y prioridad. Justamente sobre esto, ejemplifica: “Si trabajas ocho o diez horas por día, trabajas el 33% de tu día o el 50% de tu día despierto, eso no puede no entrar en tu planificación personal. La empresa es un medio para lograr los objetivos de vida que quieres”.
“Lo bueno de tener un negocio no es que solo es un medio económico, sino que es un medio de desarrollo personal”, asegura Presman, y define: “Entonces básicamente volverte más empresario es pasar a recuperar ese control sobre el destino de uno mismo, diseñar el destino de uno mismo y la empresa adaptarla a eso”.
Las grandes oportunidades de Latinoamérica
Suele pensarse, por las inestabilidades y dificultades cotidianas, que en nuestra región el terreno puede ser menos fértil para emprender y hacerlo con éxito. Sin embargo, la visión de Presman indica exactamente lo contrario. De hecho, apoya y alienta con énfasis a poder concretarlo.
Su hipótesis, en este sentido, se apoya en lo siguiente: “Hay que entender que emprender no es tener un negocio, emprender es resolver un problema. Cuando entiendes eso y sos específico en el tema del problema a resolver, en un mercado donde hay infinitos problemas es muy fácil. No es sencillo, pero hay que llegar a verlo, encontrar una necesidad que a veces surge de uno mismo”, explica con perspicacia.
“No tenemos que hacer la mega empresa, tenemos que empezar por un problema chico a resolver. Validar esa idea y moverse un poco con marketing y ventas, que es lo que la mayoría no hace. Entonces, si sabes resolver un problema específico, validaste que ese problema realmente existe y sabes un poco de marketing, es tremendamente sencillo”, afirma Presman.
La Next Idea de Dani Presman
Enseñar, demostrar, inspirar y transformar realidades está en su presente como un gran propósito, pero también en su horizonte. En esta misma línea, Presman se pone objetivos considerables: “Estoy muy dedicado e involucrado con mi podcast, tengo un objetivo extremadamente ambicioso y posiblemente inalcanzable, el de poder ayudar a un millón de personas todos los meses de manera gratuita”, sueña.
“Sé que es casi imposible”, advierte, “pero mi compromiso es ir para ese lado en los próximos cinco años. Mi objetivo es masificar y democratizar esta información”.
No obstante, tras exponer estas metas, Presman plantea otro tema que ya piensa como un futuro abordaje: “Más adelante también me llama la atención cómo ayudar a la gente que no es necesariamente emprendedora. Incluso a niños, porque pienso que si nos transformamos en adultos y tenemos que romper tantos paradigmas, qué pasa si vamos unos pasos más atrás”, concluye.
