Identificar el potencial y optimizar los recursos
En el mundo de los negocios, la matriz de McKinsey es una herramienta muy utilizada por las empresas para entender cuál es su posición y la de sus productos en el mercado, en relación a la competencia y a los factores del contexto económico. Se aplica para ayudar a tomar mejores decisiones sobre inversión y crecimiento.
Lo que permite la matriz de McKinsey es identificar qué áreas de nuestro negocio poseen un mayor potencial y en cuáles hay que realizar más ajustes para optimizar el rendimiento. Uno de los beneficios que se obtiene de esto es la optimización en la asignación de los recursos y lograr una mayor competitividad.
¿Qué es la matriz McKinsey?
Como mencionamos arriba, lo que hace la matriz McKinsey es evaluar la posición de una empresa en el mercado. Y para ello analiza varios elementos, como la actividad de la industria (para saber si es prometedora), y la posición competitiva (saber dónde está ubicada en relación a sus competidores).
La matriz tiene 9 celdas o casillas para combinar los niveles de actividades y competencia. Al momento de colocar una empresa en una celda, de acuerdo a el análisis, se desarrollará la mejor estrategia. La cual puede ser para crecer, para mantenerse o para abandonar.
Lo que analiza la matriz
Lo que se persigue al aplicar la matriz McKinsey es detectar el atractivo de un mercado a largo plazo y la fortaleza o competitividad de un negocio, producto o servicio dentro de dicho mercado. Por un lado sirve para detectar oportunidades y cuál es el camino a seguir, y por otro darse cuenta si se requiere de un cambio de estrategia o incluso si el negocio no conviene.
En lo que respecta al mercado, estos son algunos de los datos que se obtienen a partir de la matriz: tasa de crecimiento, qué margen bruto ofrece, qué tan accesible es, cuáles son sus competidores y la diferenciación más allá del precio. Todos factores que determinan el atractivo de un mercado.
Luego analiza cuál es la competitividad de un negocio, producto o servicio dentro de ese mercado. Cuál es su precio y diferenciación, la imagen de marca y experiencia del negocio dentro del ámbito, la distribución y su influencia y la cuota de mercado relativa del producto o servicio.
Los beneficios de aplicar la matriz McKinsey
Ya hablamos acerca de qué es la matriz McKinsey y qué aspectos analiza tanto del negocio como del mercado donde está inserto. Ahora bien, ¿Cuáles son las ventajas de aplicar esta herramienta? ¿Qué es lo que se obtiene de ella y por qué es aplicada por las empresas?
Uno de los grandes beneficios es lograr una inversión de mejor calidad. Ayuda a gestionar los recursos de una manera óptima, al brindarnos la información de las áreas con potencial y aquellas que deben mejorar. También contribuye a fortalecer una marca más competitiva dentro del mercado.
También es posible tener mayor previsibilidad a partir de la matriz McKinsey, lo que ayuda a prevenir muchos escenarios y seguir operando de manera óptima. A su vez, abre camino a soluciones más adecuadas y alineadas con las necesidades del cliente.
Cómo aplicar la matriz
Para aplicar la matriz McKinsey lo primero que se debe hacer es identificar aquellos productos estratégicos, servicios o segmentos de mercados que tengamos. Lo siguiente es evaluar el atractivo del mercado y qué tan competitiva es la unidad que analizamos.
Por último, toca desarrollar la estrategia. O sea, plasmar todo dentro de la matriz. Se debe crear 9 casillas o cuadrículas para asignar las unidades de negocio y entender su posición. Se trata de determinar qué tan bajo, medio o alto es el atractivo del mercado y del producto dentro de cada casilla.