Abordaje sobre el emprendedurismo en América Latina con una voz autorizada
El hecho de emprender requiere de una decisión personal o grupal de afrontar el desafío propio del emprendimiento, pero también necesita de la conformación de un ecosistema que respalde o al menos permita el mínimo desarrollo de la idea o proyecto en cuestión. A eso se refiere el Director Ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Paraguay (ASEPY), Cristian Sosa, quien comienza dando su visión: “El emprender es un fenómeno profundamente latinoamericano creo yo. Hoy por hoy, el emprendimiento se ha transformado en el motor de desarrollos a nivel país (Paraguay) y regional. Esto se da porque el ser humano de por si cuenta las ganas de crear en su ADN y si a eso se le suma un contexto de necesidad o desafío, como suele ocurrir en la región, se da este mix donde naturalmente los emprendedores se van desarrollando”.
Cristian puede aportar tanto el punto de vista con recorte en Paraguay, como a nivel Latinoamérica, ya que la Asociación donde cumple su rol como Director Ejecutivo, integra a su vez la Asociación de Emprendedores de Latinoamérica (ASELA). Así, es que plantea los principales desafíos que tienen por delante como organización: “El desafío está en generar condiciones para que cualquiera pueda emprender, sin importar de donde viene o que estudió. Si realmente alguien tiene la voluntad de llevar adelante un proyecto y sostenerlo, la idea es que pueda hacerlo”.
¿Cuáles son los puntos a resolver?
“Hay que garantizar condiciones jurídicas y legales. Debe trabajarse a partir de políticas públicas, incluyendo en ese proceso el aprendizaje y con esto me refiero tener una figura jurídica para emprendedores, como las EAS en Paraguay, las SAS en Argentina o lo propio en México. Eso debe extenderse por toda la región, porque te permiten emprender rápido y equivocarte rápido también, algo normal del proceso de emprender. La política pública debe estar enfocada en poder garantizar eso”, responde en primer lugar el joven representante y emprendedor oriundo de Asunción.
Seguido, agrega otros puntos fundamentales que deben ser considerados y puestos sobre la mesa para su resolución: “Por otro lado está la financiación o mejor dicho la falta de ella. Tiene que ver con la poca sofisticación del mercado financiero, enfocado en Pymes y emprendedores. Los bancos y financieras otorgan créditos de consumo, pero no de capital emprendedor o de producción, por lo que el emprendedurismo como sector no tiene una gran oferta financiera para su desarrollo”.
Finalmente cierra aportando un dato esclarecedor sobre esta situación de falta de apoyo por parte de las instituciones tradicionales: “Debemos lograr que emprender formal sea mucho más fácil. Para dar un ejemplo, en Paraguay, más del 70% de empresas no están formalizadas como tal”.
Emprendimientos de subsistencia y de oportunidad
La diferenciación entre los dos tipos de emprendedores es algo que se puede encontrar con más profundidad en otro artículo del sitio como es: Las 5 claves de una mente emprendedora – entrevista al experto Carlos Rossi. De todas formas, en este caso Cristian Sosa propone un nuevo acercamiento a esa dualidad, desde una visión totalizadora del ecosistema emprendedor regional.
“Es clave entender y diferenciar entre los emprendimientos de subsistencia y el de oportunidad. El primero elige emprender por la necesidad, algo que en Latinoamérica se da con frecuencia. Por ejemplo, en Paraguay, durante la pandemia, 150.000 personas dejaron de ser empleadas para pasar a ser autoempleadas, entonces el emprendimiento funcionó como una red de contención para evitar una crisis mayor, algo que entiendo se vivió también a nivel regional. Sin embargo, todos esos emprendedores de subsistencia, pueden convertirse en un emprendedor de oportunidad, si es que se entiende que hay posibilidades de crecer y generar un desarrollo individual y colectivo, sea de sus compañeros, proveedores o demás. Cuando uno ve oportunidades más allá de lo que hace, pasa a ser ese emprendedor de oportunidad, que es lo que debemos fomentar”, afirma el protagonista.
La economía naranja como concepto a explotar
Los rubros que más se solicitan en América Latina están relacionados a la creatividad y es una cuestión inherente a toda la región, que sin dudas destaca en ese sentido por sobre otros territorios del globo. Cristian Sosa entiende que esto es así y propone ir un poco más allá con el concepto: “Todo lo que tenga que ver con economía naranja, que es la economía creativa, en América Latina, yo creo que son el futuro de esta región. Somos buenos en eso, es así. Quizás la industrialización no nos alcanzó como hubiésemos querido, pero podemos subsanarla desde este tipo de economía creativa, creando contenido, experiencias, reiniciando el turismo también y agregando un valor distinto a todo lo que producimos”.
Sobre la misma línea, pero sumando una variante poco definida y aprovechada a su entender, continúa hablando del tema y expresa: “En Latinoamérica en sí, un rubro que no está explotado, pero existe la posibilidad de hacerlo, tiene que ver con el diseño y exportación de soluciones de impacto social y ambiental. Que mejor que América Latina como laboratorio de innovación social. Tenemos los desafíos sociales, hay poblaciones con muestras super manejables y está la oportunidad de diseñar políticas públicas con estos impactos y por qué no como emprendedores comenzar a brindar soluciones, articulando con el sector público, privado y la academia”.
¿Todos deben emprender sin importar las condiciones?
En este punto, el Director Ejecutivo de ASEPY y emprendedor por su cuenta, con dos proyectos concretos actualmente en vigencia, da una definición muy sincera sobre esta pregunta planteada: “Todos deben poder emprender, pero no todos tienen por qué hacerlo. Hay que dejar en claro eso, no es algo que si o si deba hacerse y no hay que cargarles esa necesidad a aquellos que no quieran emprender. De todas maneras, hay muchas personas que tienen vocación emprendedora y eso se puede expresar con un emprendimiento propio o bien siendo un intra emprendedor, es decir dentro de una empresa o mismo desde el sector público, que es un concepto super interesante”, comenta y completa: “hay que generar las condiciones para que eso sea posible, que el que quiera aprender lo haga en el lugar que pueda expresarlo. Las grandes empresas cuentan con muchas personas con esa actitud emprendedora y deben pensar como potenciar esas ganas”.
Emprendimientos de impacto social: fomentar con el ejemplo
Cristian Sosa tiene sus emprendimientos propios y ambos, a pesar de perseguir objetivos distintos desde su idea original, tienen una guía en común y es la de buscar el impacto social. Candela, como se llama uno de los proyectos que desarrolla, se encarga de generar espacios para la inclusión de personas con síndrome de down, autismo y otro tipo de discapacidad intelectual. Lo realiza mediante la venta e implementación de productos de limpieza, buscando aportarle las herramientas para que puedan desarrollarse plenamente en un ambiente laboral y en la vida misma.
El otro emprendimiento se trata de la venta y comercialización de arte de comunidades indígenas, en este caso del Chaco Paraguayo. Cristian, junto a su novia, lideran esta iniciativa de comercio electrónico (e-commerce) y exportan arte a otros países de América, pero también a Asia y locaciones de Europa. “El cambio social empieza por uno e intento fomentar un crecimiento en el nivel y calidad de vida de habitantes de una comunidad”, reconoce.