Un futuro sostenible de la mano de la IA

¿Es posible que la IA sea sostenible? ¿Aun cuando consume muchísimos datos y energía? La respuesta a estas preguntas es que vamos camino a ello. Porque cada vez son más las investigaciones que ponen el foco en cómo hacer que la inteligencia artificial sea sostenible. Y allí es donde aparece un nuevo concepto: la IA verde.

Cuando se habla de inteligencia artificial y sostenibilidad, vale hacer una diferenciación. Por un lado, está eso que llamamos IA verde y que consiste justamente en lograr una inteligencia artificial más amigable con el planeta y el medio ambiente. Por otro, es cómo trabajar y ayudar con IA en temas de sostenibilidad.

En el mundo actual existe cierta sensibilidad para que seamos conscientes de cuánta energía consumen estos sistemas de IA, como por ejemplo el ChatGPT, y la necesidad de hacer algo para que ese consumo sea el menor posible. Y esto va desde el hardware, pasando por el data center y hasta el código mismo.

¿Es posible una IA verde?

Desde hace años, hay grupos de investigación y empresas que están trabajando en el desarrollo de una IA verde. ¿Esto qué significa? El objetivo es que los datos de los procesos de fabricación sean interpretados por modelos de inteligencia artificial especializados en ser más eficientes, ahorrar energía y contaminar menos.

Y es en este punto donde surge un nuevo concepto, que es el de algoritmo verde. El cual hace referencia a un conjunto de instrucciones o reglas definidas que consuman menos recursos y consigan el mismo resultado que obtenía un algoritmo más complejo y de mayor consumo de energía. También se busca medir en qué parte del código se gasta más o menos energía.

El problema de la IA actual

Hasta tanto no se logre desarrollar una inteligencia artificial sostenible, hay problemas que impactan de lleno en el medio ambiente. Porque en todo el ciclo de vida de la IA, desde la fabricación de su hardware hasta su despliegue y eliminación, incide considerablemente en el consumo energético y la generación de residuos electrónicos.

Los grandes centros de datos, esenciales en el procesamiento de la IA, contribuyen a este problema debido a su alta demanda de energía, a menudo no renovable. Y podríamos sumar las enormes cantidades de agua que se requieren para controlar su temperatura durante las temporadas de verano.

Ante este panorama actual, los estudios sobre una IA más sostenible se vuelven imprescindibles. La mayoría de las personas no son conscientes del impacto ambiental de programas como el ChatGPT, pero no significa que ese impacto no esté ahí. Por lo tanto, emprender de forma sustentable es una necesidad.

La inteligencia artificial al servicio de la sostenibilidad

Otra parte del asunto, como manifestamos al comienzo, es cómo contribuye la inteligencia artificial a un mundo más sostenible. Cómo puede ayudar, por ejemplo, a reducir las emisiones mejorando la eficiencia energética de las empresas. Desde la IA se puede avanzar en cómo hacer un uso más eficiente de la energía en todos los aspectos del negocio.

Este cambio ya está en marcha por parte de grandes empresas y el ejemplo más claro es IndesIA, una asociación liderada por compañías como Telefónica, Repsol, Avantia, Microsoft, Ferrovial, Inditex, Airbus y Acerinox, entre otras. Son las propias empresas las que consideran que es necesario trabajar con la inteligencia artificial en pos de un futuro más sostenible.

Iniciativas contra el cambio climático

Una de las iniciativas desde IA contra el cambio climático busca estimar mucho más rápido las emisiones de energía de cualquier actividad económica, a través del Big Data y algoritmos de IA. Incluso, desde el Observatorio de BigData e IA Analítica se ha creado un consorcio para para hacer lo que llaman un espacio de datos verdes. La idea es cruzar estos datos, públicos y privados, para entender mejor cuál es el impacto de los sectores económicos en las emisiones.

Se pueden hacer muchas acciones con IA para reducir las emisiones, entenderlas mejor y a partir de allí establecer una política más limpia basada en los datos. Muchos especialistas sostienen que el futuro será sostenible o no lo será, y la inteligencia artificial no le escapa a dicho paradigma.